El 22 de agosto de 2016 dejaba este mundo el barón Jean Baptiste Frederic Isidor Thielemans, también conocido como “Toots”. Tenía 94 años y poca bola le había dado a su prosapia. Más bien, lo contrario. Había dedicado su vida a la armónica y sus enigmas, y maravillado al mundo con el sonido de ese pequeño instrumento que se entreveró con varios de los más grandes del jazz: Miles Davis, Charlie Parker, Ella Fitzgerald o Jaco Pastorius, por nombrar a algunos. Pero antes de aquel frío agosto de 2016, un émulo suyo, el argentino Franco Luciani, ya cargaba con siete discos y, al igual que “Toots”, también había tocado con artistas enormes como Jaime Torres, Mercedes Sosa y Raúl Carnota, entre más.

Algo común había entre los dos, entonces, hasta que una vez, tarde pero seguro, pudieron comprobarlo. Se conocieron en Bélgica, y Franco relata la situación ante PáginaI12: “Varias veces visité su país, y no había tenido oportunidad de encontrarlo, pero finalmente pude ser recibido por él, nada más y nada menos que en su propia casa de La Hulpe, localidad belga cercana a Bruselas. Con unos amigos en común compartimos un rato con él y parte de su familia. Hasta tocamos algunas cosas juntos”, evoca el crédito rosarino que, además, terminó tocándole una versión de “Garúa”.

Sabe qué hace Luciani, entonces, al proponer el homenaje al belga previsto para el jueves 29 de agosto a las 21 en Bebop Club (Moreno 364), bajo un nombre cuya intención va de suyo: “Por amor a Toots”. “Mi amor por él es por su entrega a la música; por su sensibilidad y buen gusto en cada melodía; por su sonrisa y una manera de ser bastante chistosa, atípica al menos para los músicos de las latitudes en donde nació; por el goce y disfrute con cada artista con que trenzaba su armónica; por su amplitud desde el jazz a otra músicas y por su influencia cada vez que toco mi armónica”, enumera el rosarino.

Lo acompañarán Adrián Iaies, Mariano Loiácono y Julia Moscardini. Con los tres, Luciani recreará gemas vinculadas a diversas épocas y formatos. “Hay baladas de los discos de Toots de la década del '50, también esa música brasilera que siempre estuvo presente en sus discos como las que aparecen en Aquarela do Brasil, grabado con Elis Regina. También habrá standards de jazz y algo de lo que grabé en el disco We Do It for Your Love”, informa el armonicista.

Tal disco, publicado en 2016, precisamente demuestra el amor de uno por otro, a través de versiones como la de “Old Friend”, grabada por el mismo Luciani, que además fue gestor y productor del trabajo, que nucleó varios artistas. “Accedí a la música de Toots a través de de mi padre”, cuenta el armonicista. “Ni bien él vio mi amor por la armónica cromática, me lo nombró. Esto fue en el final de mi adolescencia. Lo primero que escuché fue el disco Afinity, que Thielemans grabó con Bill Evans, y luego saqué una conclusión: hay mucha belleza en su música y en el uso de la armónica. También mucha expresividad y una conducción melódica en su improvisación que es realmente magistral. Hay mucho contenido para analizar desde la música y la armónica, y mucho para disfrutar por el simple placer de la música”.

-¿Es el mejor armonicista del mundo?

-No soy de los que creen que hay uno mejor en algo. Más aún en el arte, que es tan amplio y en la música que tiene tantos géneros y modos de hacerse. Pero definitivamente creo que va a estar siempre sentado en la mesa chica del instrumento. Tal vez es el armonicista que más influye en quienes tocamos la armónica, más allá del género que hagamos. Será siempre un faro a seguir.

-¿Qué le ponés de tuyo a Toots?

-Bastante, por el solo hecho de que no intento en este homenaje hacer una copia exacta de sus solos y su modo de tocar. Reconozco que es algo muy interesante de hacer, pero no es el caso. Sí, hay un ida y vuelta constante entre pasajes típicos de su manera de tocar y otras cosas mías. Toco algunos solos casi tal cual él los hacía, porque también es una manera de "interpretar su interpretación", que también era una creación. De todos modos, confieso que incluso en mi música hay influencia de su concepto melódico en la improvisación. Toots era un gran creador de melodías y eso lo considero más allá del género del jazz.