En medio de las nubes densas de Buenos Aires, con el horizonte tapado pero el futuro en marcha, comenzó la octava edición de Media Party en la Ciudad Cultural Konex, un evento que desde Buenos Aires se fue convirtiendo en el faro de la región para pensar y alumbrar el presente y futuro de los medios. 

Hasta allí se acercaron más de 1200 personas que coparon la Gran Sala para oír la primera maratón de charlas, que continuará durante todo el jueves, el viernes y el sábado. Ni dólar ni mercados, ni futuros ni reperfilamiento, durante las primeras keynotes –charlas de 20 minutos para conocer nuevos modelos y formatos de hacer periodismo o herramientas vinculadas al manejo de información– se asistió a la combinación de dos momentos: de un lado, lo que ocurre con el mundo de los medios y, por el otro, lo que podría suceder a futuro.

Este año, uno de los focos vuelve a ser el de las fake news, la desinformación y la información incorrecta o descontextualizada, ese tema que desde hace unos años llegó para instalarse con fuerza. Se observa no solo en los sitios específicos, como el que planifican desarrollar los ganadores del Hackaton de abril –los Fake News Fighters, que fueron de los primeros expositores de la mañana– sino porque todas las plataformas hablan de métodos de chequeo, como por ejemplo contó Diana Iris Peredo, de Pictoline. El ecosistema digital de la comunicación es un potente lugar para conocer, informar, investigar y desnudar verdades, pero requiere de un metódico –y a veces artesanal– trabajo de chequeo.

Justamente, uno de los primeros momentos salientes de la mañana de apertura de la Media Party fue la presentación de Giancarlo Fiorella, el joven venezolano responsable de entrenamiento e investigación de Bellingcat para Latinoamérica. El proyecto –cuyo nombre sale del cuento en el que los ratones le ponen la campana al gato para saber cuándo está por atacarlos– se ocupa de investigar a gran escala sobre temas de alto impacto en base a fuentes abiertas

Esto significa que investigan a partir de lo que hay en Internet, disponible para todos y sin necesidad de buscar en sitios u oficinas ocultas: videos, fotos, documentos, todo tipo de cuestiones colgadas en ese magma interminable de la web. 

El impacto, pese a lo que podría suponerse, es altísimo: fueron capaces de llegar a descubrir, por ejemplo, un video con el sistema de misiles antiaéreo que derribó el avión MH17 de Malasian Airlines el 17 de julio de 2014, en Ucrania.

El caso del sistema antiaéreo que derribó el MH17 de Malasian es paradigmático y por eso Fiorella lo detalló paso a paso: llegaron por un video que un taxista ucraniano tenía en su taxi, chequeando imágenes satelitales para hallar una estación de servicio que se veía en las imágenes y luego ubicando temporalmente el video a partir de una base de datos pública de precios históricos de la nafta en Ucrania. El periodismo –a pesar y gracias a los múltiples avances tecnológicos– evoluciona pero sigue siendo un oficio, un metódico y creativo trabajo artesanal.

¿Cómo toman la fuerza o los propios movimientos de los actores de poder y lo que dejan como huellas online? “Todo es cuestión del método”, explicó Fiorella. “De geolocalizar para saber de dónde son las imágenes obtenidas, de temporalizar para ver de cuándo son, y luego de ver quiénes son los actores involucrados.” 

Con poco más de 10 personas desparramadas a lo largo de Europa y Norteamérica trabaja esta organización, y con fondos provenientes en un 80 por ciento de los talleres especiales que dan para entrenar periodistas en estas herramientas de código y fuentes abiertas. El resto del dinero es de ONG y de la comunidad de lectores y suscriptores. 

Bellingcat, que nació en 2014, en este momento se encuentra trabajando colectivamente –el modo en que siempre lo hacen entre los diferentes investigadores online, y cada uno en su sitio– en un proyecto sobre la guerra en Yemen, los ataques de Arabia Saudita y lo que podrían ser crímenes de lesa humanidad.

Luego fue el turno de la charla que dieron conjuntamente miembros de Facebook y les integrantes de Fake News Fighters, el proyecto que ganó la Hackatón electoral de abril, un evento en el que la Media Party y Facebook trabajaron para seleccionar proyectos originales que se llevarían a cabo durante las elecciones. 

La idea de Fake News Fighters fue partir de links de noticias que tenían imágenes para definir si esas fotografías eran veraces o no en su contexto: una de las aristas para combatir la desinformación es precisamente el tema de la contextualización de la información y de los medios visuales que la acompañan. 

Durante la charla, Facebook anunció un apoyo de 200 mil pesos para su desarrollo, como aliento a su tarea pero también como respaldo a la nueva Hackatón, que tendrá lugar este sábado en el Konex y en el marco de la Media Party.

“Sabíamos que queríamos trabajar sobre fake news pero teníamos un engendro y la gente de Facebook y otros colegas, como los de Chequeado o Desconfío, nos dieron opiniones e ideas. La Hackatón fue un punto muy bueno para eso”, señaló Ana Soffietto. 

El foco, explicaron, está puesto en prevenir la desinformación brindando herramientas a periodistas para chequear antes de publicar: ver qué imágenes y en qué contextos se van a usar. Es que, como alarman, “contrarrestar la viralización posterior de una desinformación es más difícil”.