El endeudamiento irracional. La falta de estrategias para organizar la entrada y salida de divisas del mercado interno. La política monetaria ingenua. Se trata de un modelo insustentable y que no fue exitoso para incrementar el bienestar de la mayoría de la población. Los inversores que apostaron por la deuda no pudieron recordarlo. Bebieron el agua del Lete. Los griegos creían que era el río del olvido.

Un gobierno neoliberal en Argentina lo hizo de nuevo. La economía era una de las más desendeudadas del mundo hasta 2015. Pasaron menos de cuatro años y en un mundo con dinero casi gratis no sólo perdió el acceso a nuevo financiamiento, sino que no pudo cumplir en tiempo y forma con los vencimientos de la deuda de corto plazo. 

La improvisación de los últimos días incrementa el nivel de pánico financiero. Los bancos de inversión internacional huyen de activos argentinos y difundieron informes entre sus clientes en los que aseguran que la economía ingresó en una espiral irreversible. Son las mismas entidades que aseguraban antes de que comience la corrida de 2018 que el país atravesaba un ciclo de crecimiento virtuoso.

Lo más productivo en este momento es identificar las principales amenazas que enfrenta la economía para las próximas semanas. Las variables claves para analizar son siete: depósitos en moneda extranjera en los bancos, plazos fijos en pesos, reservas internacionales, Leliq, devaluación, dólar futuro e inflación. Estos indicadores marcan el ritmo de la crisis y potencian la inestabilidad de la macro. Son las siete plagas de la city.

Depósitos

En menos de 15 días se retiraron de los bancos cerca de 3500 millones de dólares (10 por ciento del total). La cifra es equivalente a un punto del PIB y a 5 puntos de las reservas. La compra de dólares para ahorro es un elemento de tensión estructural. Pero si encima estos dólares en lugar de quedarse dentro del sistema bancario salen de circulación el problema se duplica.

Plazos fijos y Leliq

La caída de los depósitos en dólares es un catalizador poderoso de inestabilidad financiera. Esto se debe a que tiene un efecto réplica. El pánico se transmite entre los inversores. El desarme de los plazos fijos en pesos aparece como la principal amenaza latente. Los datos del Banco Central llegan hasta el lunes 26 de agosto. Los depósitos a plazo fijo bajaron 18 mil millones de pesos respecto del mes anterior pero por ahora no muestran un retroceso fuerte en lo que va de agosto.

Este dato debe seguirse día a día. El desarme de plazos fijos para la dolarización puede ser un frente de importantes tensiones para el Banco Central. Los bancos deberán cancelar las letras de corto plazo Leliq para poder responder a la demanda de pesos de los clientes. La cifra de Leliq no es menor: suma un monto equivalente al de la base monetaria (pesos circulando en el mercado interno y dinero encajado en los bancos).

Reservas

Los grandes operadores creen que en el Central faltan dólares y aceleran la decisión de retirar ahorros y dolarizar los activos. Las reservas se están usando para intentar frenar la devaluación en montos que no tienen posibilidad de sostenerse en el tiempo. La semana pasada se rifaron a un ritmo diario de 300 millones de dólares e igual el tipo de cambio cerró arriba de 60. En 10 días a esta velocidad se perderían 3000 millones de dólares. En un mes se perderían unos 9000 millones y en menos de dos meses se terminarían las reservas netas del Central.

Devaluación y dólar futuro

El tipo de cambio por arriba de 60 pesos no parece ser de equilibrio para el mercado. Las expectativas de devaluación siguen firmes en una economía con piso de inflación de 50 por ciento y en plena crisis de credibilidad. La suba del dólar en agosto suma 36 por ciento y esta cifra se eleva al 58 por ciento en lo que va del año.

El Banco Central ya no tiene contratos de compra de dólar futuro y en las últimas semanas ofreció una importante cantidad de contratos de venta. Esto es un riesgo si se producen nuevas rondas de devaluación. El Central deberá desembolsar importantes pagos. La cifra se ubicaría entre 15 y 30 mil millones de pesos.

Inflación

La distorsión de los precios es otro de los principales problemas del mercado interno. Genera una fuerte incertidumbre. Las expectativas inflacionarias se encuentran en alza por el salto del tipo de cambio y empiezan a aparecer nuevos miedos en el mercado. En los momentos de crisis financiera y ruptura absoluta de la credibilidad resulta difícil descartar opciones como un efecto espiral del proceso inflacionario.