Los controles cambiarios permitieron en los primeros tres días de la semana contener las expectativas de devaluación. El dólar cerró este miércoles en 58,06 pesos y marcó un retroceso de 43 centavos. El tipo de cambio mayorista se ubicó en 56,00 pesos y computó un leve incremento de 2 centavos. El Banco Central intervino de nuevo con algunas ventas de reservas para sumar oferta. La divisa se ubicó 5 por ciento por debajo del pico anotado la semana pasada. En el mercado empiezan a preguntarse si estos controles son suficientes. Las reservas bajaron otros 405 millones de dólares y finalizaron en 51.744 millones.

El fuerte rebote de la bolsa porteña fue uno de los puntos destacados de la jornada. Se registró un aumento del 7 por ciento. Las acciones de los bancos fueron las que más aumentaron. Se subrayaron las subas de 17 por ciento de Supervielle y de 13 por ciento de Galicia. Las energéticas también marcaron aumentos importantes. Transportadora Gas del Sur registró un alza de 8 y Central Puerto avanzó el 5.

Esta semana cambió el humor de los inversores. El lunes –sin actividad financiera en Estados Unidos- las acciones de la bolsa porteña habían registrado subas de más del 10 por ciento. El martes hubo un pesimismo recargado y algunas firmas perdieron el 20. El miércoles los rebotes permitieron compensar buena parte de esa caída. El mercado argentino es un parque de diversiones con tobogán, subibaja y calesita. El nivel de especulación financiera alcanza niveles absurdos. Las apuestas son de todo tipo y color. Las operaciones con el cupón PBI de mitad de semana lo dejaron claro. Fueron la perla de la fecha. La orden de compra de un inversor lo hizo subir 41 por ciento en un solo día.

Esta transacción se hizo a precios de remate y por poco volumen pero dejó una lección. No todos los inversores piensan en el cortísimo plazo y el desplome económico de estos meses. Las crisis no son eternas. El derrumbe de la actividad este año puede ser la oportunidad para registrar un fuerte rebote en los próximos. Las políticas en favor del consumo y la producción dieron buenos resultados en otros momentos para impulsar el mercado interno. El cupón PBI promete ganancias extraordinarias si la economía levanta.

Reservas

El Banco Central continúa perdiendo reservas internacionales. Este miércoles la caída fue de 405 millones de dólares y en la semana el retroceso acumulado ascendió hasta 2356 millones. La autoridad monetaria redujo fuertemente su volumen de intervenciones en el mercado cambiario. La semana pasada vendió divisas a un ritmo de 300 millones de dólares para lograr sostener el tipo de cambio en torno de 60 pesos. Esta semana -indican operadores- no se hicieron ventas superiores a los 50 millones de dólares diarios. El Central dejó de informar el monto preciso.

El principal factor de caída de reservas fue la salida de depósitos. El último dato disponible de la autoridad monetaria es del viernes 30 de agosto. En esa jornada se perdieron 1107 millones de dólares (los depósitos bajaron de 27.751 a 26.644 millones). En el equipo económico aseguraron que en los últimos dos días el ritmo de caída se moderó. Desde las elecciones del 11 de agosto el rojo fue de 5865 millones.

Controles cambiarios

El mercado por ahora no termina de convencerse que los controles cambiarios sean efectivos para contener los desequilibrios financieros. La expectativa es que esta fue una primera medida y con el correr de las semanas se continuarán incrementando las regulaciones. Por el momento no están limitadas las compras de dólares comerciales (para importaciones) y la cifra para personas individuales tiene un tope de hasta 10 mil dólares.

Los operadores con más experiencia aseguran que irán apareciendo los comportamientos defensivos de los inversores. Los importadores adelantarán compras (o harán facturas por valores superiores a los reales) para hacerse de dólares oficiales y en el mercado minorista se observará un incremento de los CUIT de individuos que solicitan compra de divisa (esto se llama hormigueo y tiene efecto importante en cantidades). 

En el mercado de bonos, el riesgo país finalizó en 2338 puntos básicos, con una baja de 193 puntos o 7,6 por ciento.