Una versión sobre Uruguay dice que se trata de un país que elude la grieta, un “paisito”, como lo llamaba Mario Benedetti, tranquilo y previsible. Pero esta campaña camino a las elecciones del 27 de octubre transita por aguas turbulentas y hasta se habla de un eje bolsonarista liderado por el ex comandante del Ejército Guido Manini Ríos.

El Frente Amplio (FA) apuesta a continuar el proyecto de centroizquierda que lleva 15 años en el gobierno, con el candidato Daniel Martínez a la cabeza de los sondeos en torno al 30 % de los votos, a 5 puntos de conservador Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional (Blanco), un margen que de por sí configura un escenario complicado para la coalición oficialista. El economista liberal Ernesto Talvi, candidato del Partido Colorado, obtendría alrededor del 15% y el ultraderechista Cabildo Abierto, de Manini Ríos, alcanzaría cerca del 10%. De cara a un ballottage, el FA se enfrentaría a tres derechas, si no cuatro.

El historiador y politólogo Gerardo Caetano afirma que Manini Ríos es un cisne negro de esta campaña, un fenómeno poco uruguayo. En esta entrevista con Página/12, el profesor de la Universidad de la República señala que Cabido Abierto “emergió a la derecha de los partidos Blanco y Colorado: es una formación de ultraderecha con visiones bolsonaristas, liderada por un militar con apellido histórico. El abuelo de Guido, Pedro Manini Ríos, rompió con José Batlle y Ordóñez en 1913 bajo el dicho ´somos colorados, no socialistas’”. El hermano de Guido, Hugo Manini Ríos, fue, en los años sesenta, fundador de Juventud Uruguaya de Pie, un partido de ultraderecha vinculado a los paramilitares”.

--¿Quiénes conforman el “eje bolsonarista”?

-- Manini Ríos, Juan Sartori y Edgardo Novick. Juan Sartori es otro cisne negro, un outsider del Partido Nacional, quien nunca votó en Uruguay, se fue a los 15 años y ahora volvió descubriendo la política. Sartori salió en segundo lugar en la interna blanca y tiene una lista al Senado. El empresario Novick, del Partido de la Gente (N.de la R: tiene un 2% de intención de voto) festejó el triunfo de Bolsonaro en Brasil.

-- En marzo, el presidente Tabaré Vázquez destituyó al jefe del Ejército Guido Manini Ríos porque cuestionó la actuación judicial en casos de violaciones a los derechos humanos de militares.

-- Es un comandante que transgredió la regla institucional permanentemente y generó críticas al interior del Frente Amplio, dado que había sido nombrado por el entonces ministro de Defensa Eleuterio Fernández Huidobro, ex tupamaro. El Ejército uruguayo es renuente a asumir sus responsabilidades del pasado dictatorial, con un pacto de silencio. Al mismo tiempo, rechaza reformar las jubilaciones de privilegio de los militares.

Hoy Cabildo Abierto tiene un 9 por ciento de intención de voto, quiere decir, 3 senadores y 10 diputados; es la llave del próximo gobierno, que no tendrá mayoría en el Congreso. El Frente Amplio tiene complicado el escenario electoral: las encuestas no le dan mayoría legislativa, no va a tener el 50 por ciento más una de las bancas en ambas cámaras. Las oposiciones sí alcanzarán mayoría, pero el liberal Talvi dijo que no va a formar gobierno con Manini Ríos ni Novick. Lacalle Pou sí haría una coalición multicolor con la ultraderecha.

--¿Ernesto Talvi busca mostrar un perfil más moderado?

--Es un hombre que lideró un think tank liberal duro, CERES, durante 20 años. Tiene un pasado claramente neoliberal. Hace dos años se metió en la vida política. Adoptó un discurso más batllista, de centro, dentro del Partido Colorado. Así compite con votantes desencantados del FA.

--¿A qué se debe el descontento de un sector que votó al Frente Amplio?

-- Este último gobierno no ha sido transformador, pero ha tenido el mérito de mantener cierta autonomía respecto a una coyuntura de desaceleración económica en el mundo y de recesión brutal en la región. Los tiempos económicos no calzan con los tiempos políticos. Tenemos 10 por ciento de desocupación, hay baja de inversión, déficit fiscal del 4,7 por ciento, la inflación está controlada; esto ha generado una situación económica que no es la de los últimos 15 años.

En 2004 el PBI era de 15 mil millones de dólares y hoy de 60 mil millones dólares, 16 años de crecimiento ininterrumpido y aumento del salario real superior al 55 %. La pobreza era del 40 por ciento en el 2002, hoy es del ocho por ciento. Piensa el impacto de la crisis argentina en Uruguay, donde el 60 por ciento del turismo es argentino.

--¿Cuánto impacta en las elecciones de Uruguay la derrota en las PASO de Mauricio Macri?

--El fracaso de Macri impacta mucho sobre la oposición uruguaya, prácticamente sin excepciones. Cuando ganó Macri las presidenciales y luego las elecciones legislativas, hicieron una adhesión uniforme y acrítica. Macri era como el futuro y ahora tratan de correrse y de asociarlo con el gobierno del Frente Amplio, lo cual es difícil. Macri, después de la derrota, ha querido señalar que esta deriva del dólar, la caída de los bonos argentinos, esta situación irrespirable es causada por el voto. Quiere disciplinar a los ciudadanos y penalizarlos porque no le dieron la razón.

--El plebiscito que se vota el 27 de octubre impulsado por el senador blanco Jorge Larrañaga plantea una reforma constitucional para que la Justicia pueda autorizar allanamientos nocturnos; configuración de guardia nacional de hasta 2000 efectivos, que significaría presencia de militares en las calles; e incremento de penas (cadena perpetua para delitos graves). ¿Puede ganar?

-- Las tendencias lo daban favorable, pero está bajando. Larrañaga lo impulsó solo. Fue visto como un manotazo de ahogado, ya que perdía la elección interna del Partido Nacional. Curiosamente, el partido militar de ultraderecha no apoya, porque los militares tienen una distancia respecto de involucrarse en seguridad interna. Pero en sus propuestas extremistas propone patrullajes serenos en la noche conformados por militares retirados y policías con habilitación de portación de armas. La hipótesis en Argentina de que intervenga el Ejercito es inviable; en Uruguay tenemos a un Ejército que no ha modificado sus visiones de la dictadura, sobre todo en su cúpula, y que resiste cualquier revisión de sus privilegios. Guido Manini Ríos mantiene vinculación directa con las Fuerzas Armadas. Muy preocupante.

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