Este jueves al mediodía, en Entre Ríos y Belgrano el clima era de concentración y marcha. La sesión en Diputados por la emergencia alimentaria era acompañada por las organizaciones sociales que impulsaban la sanción de la ley y el tránsito estaba complicado en varias cuadras a la redonda. Lo mismo que ocurre en cada sesión parlamentaria que concita público. Pero había algo distinto. Los agentes de tránsito llevaban colgada del cuello la foto de su compañera Cinthia Choque, muerta tras ser atropellada por el periodista Eugenio Veppo en Figueroa Alcorta, en la madrugada del sábado. Además, los agentes no dirigían el tránsito, se limitaban a mirar lo que sucedía y formaban corrillos en las veredas. 

Peatones y automovilistas también reaccionaban distinto frente a los de tránsito. No había los habituales gritos descalificadores ni gestos de repudio. 

A lo largo de Belgrano, había muchos grupos de agentes de tránsito con la foto de Choque. Y en la 9 de Julio, donde estaban todavía los que acampaban desde la noche anterior, en las inmediaciones del Ministerio de Bienestar Social. Y en San Telmo también. 

"Hoy estamos con retención de tareas. Sólo ayudaremos si es necesario abrir paso por una emergencia, a ambulancias, bomberos... Pero estamos en estado de asamblea y mañana (por el viernes) haremos otro pronunciamiento público. No queremos seguir así. Queremos que se haga justicia con nuestros compañeros. Queremos que se resguarde nuestra seguridad", explicó una agente. 

Tal como consignó Página/12, a partir de la muerte de Choque, sus compañeros de trabajo denunciaron las condiciones laborales que padecen los agentes de tránsito: son monotributistas, no tienen seguro ni ART y deben cumplir su tarea sin acompañamiento policial, lo que los deja desprotegidos ante situaciones de violencia. En la noche del sábado, Veppo también chocó al agente Santiago Siciliano, quien está internado en el hospital Fernández con una fractura de cráneo y en la manifestación sus colegas señalaron que no tiene una obra social que cubra el tratamiento que necesitará después.

Además de pedir justicia por la muerte de Choque y asistencia para Siciliano, los agentes de tránsito reclaman que cambien sus condiciones laborales. “Lo que estamos haciendo es pelear para lo que le pasó a los compañeros sea cubierto de alguna manera y que se visibilice nuestra precarización laboral”, sostuvo una agente. Los agentes son monotributistas y denuncian que sólo son pasados a planta transitoria o permanente “si tenés algún amigo o conocido”. “Nosotros vamos a seguir con la medida de fuerza hasta que nos den una respuesta”, prometió.

 

 

 

 

“Los conductores frenan para insultarte, escupirte, a veces te zamarrean”, contó a Página|12 Martín, trabajador de tránsito hace 6 años en el Gobierno de la Ciudad y que participó junto a otros compañeros de la manifestación en el Obelisco para exigir justicia por Cinthia Choque, la agente de tránsito que fue atropellada por el periodista Eugenio Veppo. “Esto lo vivimos de manera constante, hace años que hablamos de estos temas con nuestros compañeros y superiores porque todos vivimos la misma problemática”, destacó Martín.

A partir de la muerte de Choque, sus compañeros de trabajo denunciaron las condiciones laborales que padecen los agentes de tránsito: son monotributistas, no tienen seguro ni ART y deben cumplir su tarea sin acompañamiento policial, lo que los deja desprotegidos ante situaciones de violencia. Veppo también chocó al agente Santiago Siciliano, quien está internado en el hospital Fernández con una fractura de cráneo y en la manifestación sus colegas señalaron que no tiene una obra social que cubra el tratamiento que necesitará después.

“Nosotros queremos que se haga justicia por nuestros compañeros, que esto no vuelva a pasar. No podemos salir a la calle sin tener el resguardo de nuestra propia integridad”, dijo a este medio Gabriela, otra trabajadora de tránsito que cumple sus funciones en zonas de Chacarita y Paternal. “Salimos desprotegidos y en muchos casos no nos resguardan, nos mandan solos. A veces estamos en situaciones complicadas, pedimos la ayuda de un móvil (policial) y nos dicen que no”, agregó.

Gabriela contó que la semana pasada le tocó hacer control de tránsito en la intersección de las avenidas Warnes y Jorge Newbery. “Pasó un conductor en un motovehículo que venía con un acompañante sin casco. Por esta razón, la ley nos avala a retenerle la licencia. El conductor se violentó conmigo y con mi compañera e intentó pegarnos”, relató. Debido a que el móvil policial que pidieron como apoyo no llegaba, señaló la agente, su compañera frenó a un patrullero que pasaba por ahí.

M. trabaja como agente de tránsito hace tres años y recientemente comenzó a desempeñar sus funciones los fines de semana y feriados en el turno noche. “El turno noche es complicado, a veces nos encontramos con peatones que están borrachos, nos insultan, nos tiran botellas de vidrio. También hay compañeras mías que han sido acosadas”, afirmó la agente.

Asimismo, M. destacó que “no sólo hacemos tránsito”, sino que se dedican a “proteger al ciudadano ante violencias”. Es decir, si ven que una persona sufre un robo, deben asistir a la víctima y llamar a las fuerzas de seguridad. “Estamos atentos a todo lo que pasa a nuestro alrededor”, aseguró.

“Hace dos semanas estaba en un control de alcoholemia en el Metrobús. Un auto pasó muy cerca mío y, gracias a que mi compañera me gritó que me corriera, no me pasó nada”, contó M. Para realizar los controles, explicó, los agentes visten chalecos refractarios y bastones con luces y, además, utilizan “luces, conos y está el móvil de tránsito con las luces prendidas”. “Estamos muy visibles”, señaló M.

Por su parte, Martín contó que la semana pasada intentó frenar una camioneta con su compañera de turno. “El tipo (el conductor) no daba señal de moverse y, en un momento, me tira la camioneta encima. Si no te corrés, te pasan por arriba”, aseguró. Martín explicó que, para frenar un vehículo para un control, los agentes se paran a un costado de los autos, para indicarles dónde deben colocarse. Sin embargo, señaló el agente, los conductores “se manejan para ponerte el auto de frente y tirártelo encima igual, mirándote a la cara”.

“Parece que es mentira, pero esto pasa todo el tiempo --afirmó Martín--. La gente no te cree, piensa que te estás exponiendo, pero yo no me quiero exponer. No quiero tener una compañera asesinada por una persona que sabe lo que tiene que hacer y qué no (cuando conduce un auto un auto)”.

El agente también detalló que, hace unos meses, “a una compañera le tiraron un colectivo encima”. Según Martín, además de estas agresiones, los colectiveros “cuando te ven en la calle, sueltan el aire que tienen en las ruedas para que te asustes con el ruido”. “Yo ya aprendí a ignorarlos, pero una persona que es nueva y le hacen eso se puede sobresaltar y te puede llevar puesto cualquiera”, afirmó.

“En realidad, el maltrato no es hacia la persona que te frena, sino que es hacia el uniforme. Piensan que estamos con un partido político, pero eso no es así”, aseguró M. La agente sostuvo que en los controles “tratamos de no llegar a la multa”, sino que, si el conductor está utilizando el celular, intentan convencerlo de que no lo haga.

Además de pedir justicia por la muerte de Choque y asistencia para Siciliano, los agentes de tránsito reclaman que cambien sus condiciones laborales. “Lo que estamos haciendo es pelear para lo que le pasó a los compañeros sea cubierto de alguna manera y que se visibilice nuestra precarización laboral”, sostuvo Gabriela. Los agentes son monotributistas y denuncian que sólo son pasados a planta transitoria o permanente “si tenés algún amigo o conocido”. “Nosotros vamos a seguir con la medida de fuerza hasta que nos den una respuesta”, prometió Gabriela.

 

Mientras el secretario de Transporte de la Ciudad, Juan José Méndez, calificaba como una "tragedia indignante" a la muerte de la agente de tránsito Cinthia Choque y las heridas sufridas por el agente Santiago Siciliano, más de un día después de que fueran embestidos por un auto conducido por el vocero de prensa del del en el barrio porteño de Palermo, los compañeros de los agentes atropellados se concentraban en el Obelisco para reclamar justicia y denunciar el estado de precarización laboral en que se encuentran.

Los agentes, vestidos con sus uniformes celestes y amarillos, levantaron carteles con los nombres de las víctimas y reclamaban justicia. En las redes, al reclamo por el trágico hecho, se sumaron denuncias por la precarización. Una amiga de Cinthia -la joven fallecida-, Jessica Bravo, que compartió con ella cuatro años en las guardias callejeras, aseguró que "teníamos que tener todos los sentidos despiertos".

 

Bravo agregó que durante un tiempo los guardias estaban acompañados por policías, "pero el 80 por ciento de las veces era sin policía", aclaró. Y sostuvo que habitualmente ese tipo de guardias los enfrenta a "personas que están bajo el efecto del alcohol o estupefacientes. Incluso, sin estarlo, los conductores suelen reaccionar de forma violenta".

La ex compañera de Cinthia Choque estuvo durante cuatro años en las mismas condiciones de precarización en que estaba la joven fallecida y el grueso de los guardias de control vehicular, pero finalmente decidió renunciar porque el trabajo deterioraba su salud. Bravo recordó que los jefes los presionan para que obtengan positivos en los controles de alcoholemia. "Pero hay noches que parás más de 100 autos y no tenés un positivo o gente con licencia vencida. Te hacía sentir culpable porque no traías números. No nos pagaban por comisión, sin embargo nos presionaban", recordó.

 

El secretario de Transporte, Méndez, sostuvo que entre los agentes de tránsito "hay dos modalidades de contratación, la de monotributistas es una de ellas", reconoció, pese a la ilegalidad de la relación laboral, literalmente trabajadores en negro. "Después de que pasa un tiempo, aquellos que quieren van siendo incorporados a las plantas del Gobierno de la Ciudad. En promedio son entre tres y cuatro años, aunque a veces ocurre antes", sostuvo Méndez, pese a que Cinthia Choque llevaba seis años sin que la hubieran incorporado en planta. Méndez también aseguraba que "todos los trabajadores tienen ART y todos los trabajadores tienen seguro", pese a que los guardias que reclamaban en el Obelisco aseguraban lo contrario.