Desde París 

Para mí es un honor que los norteamericanos me ataquen”, dijo el papa Francisco cuando el periodista francés Nicolas Senèze, corresponsal del diario católico La Croix en Roma, le entregó, en el avión que los llevaba a Mozambique, su investigación sobre el complot de los norteamericanos contra su papado: “Cómo América quiere cambiar de Papa” (Comment l’Amérique veut changer de pape, Bayard, 276 páginas). 

Los detalles de este complot, los nombres de los protagonistas y de los grupos a los que obedecen están ampliamente expuestos en estas páginas que detallan, desde el inicio, la mecánica de la hostilidad. El operativo tiene un nombre: The Red Hat Report: un lugar de origen: Estados Unidos. Un círculo preciso que mueve los hilos y el dinero: los sectores ultraconservadores híper ricos de Estados Unidos. Y una víctima asediada: el Papa Francisco. Las piezas de este juego de calumnias y poder encajan en los intercisos del rompecabezas que los adversarios del sumo pontífice han ido armando en los últimos años. El golpe empezó a fomentarse en Washington, en el año 2018. El grupo de ultraconservadores se reunió en la capital norteamericana para fijar dos metas: dañar lo más posible la figura de Francisco y adelantarse a su sucesión eligiendo entre los posibles cardenales el más idóneo a sus intereses conservadores. 

The Red Hat Report es el nombre del informe que encargaron a ex policías y miembros del FBI, abogados, gabinetes especializados, periodistas y universitarios para estudiar la vida y las ideas de cada cardenal con el fin de destruir su carrera o, al contrario, beneficiarla para cuando llegue el momento oportuno. Y mientras llega ese momento, el grupo puso manos a la obra con la meta de llevar a cabo lo que Senèze llama “un golpe de Estado” contra el Papa Francisco.

Una mañana de 2017, Roma amaneció cubierta con afiches contra el Papa. Fue el primer acto de la ofensiva: el segundo y, sin dudas, el más espectacular, intervino en agosto de 2018 cuando, por primera vez en la historia del Vaticano, un cardenal hizo pública una carta exigiendo la renuncia del Papa. Se trata de Monseñor Carlo Maria Vigamo, ex nuncio del Vaticano en Estados Unidos. El corresponsal de La Croix en el Vaticano detalla la odisea maligna de este grupo de poder en su empeño por sacar del medio a un Papa cuyas posiciones contra el liberalismo, la pena de muerte, a favor de los inmigrados y su inédita defensa del medio ambiente a través de la encíclica Laudato engloba una corriente contraria a la de estos empresarios. Los complotistas poco tienen de santos: son adeptos a la teología de la prosperidad, poseen empresas ligadas a los seguros y hasta la explotación del Amazonas. Francisco es un clavo bajo sus pies y una cruz sobre sus ambiciones. 

Según Senèze, organizaciones caritativas como Los Caballeros de Colón (pesan 100 mil millones de dólares gracias a las compañías de seguro que administran), el banquero Frank Hanna, la red de medios Eternal World Television Network (EWTN), cuyo promotor y abogado, Timothy Busch, creó el Napa Institut con la intención de difundir “una visión conservadora y libre de la economía”, están entre los miembros más activos. Pero hay otros como Lagatus, o George Weigel y su ya fomoso think tank Ethics and Public Policy Center. En dialogo con Página/12,  Senèze desenvuelve la trama de un complot que, pese al poder de sus actores, no logró quebrar al Papa.

--Historia de novela, pero historia real: el Papa Francisco fue y es objeto de una de las campañas más densas que hayan existido contra un sumo pontífice.

---El Papa Francisco no sirve los intereses de este grupo de empresarios ultraconservadores y por ello decidieron, de alguna manera, licenciarlo. Actuaron igual que lo hubiese hecho el consejo de administración de una empresa cuando despide al director porque este no alcanzó los objetivos deseados. Esta gente cuenta con enormes recursos financieros pero, pese a ello, durante el mandato de Francisco no lograron influenciar su línea. Por ello se fueron acercando a las personas que, dentro de la Iglesia, estaban contra Francisco. Algunos, como Monseñor Vigamo, llegaron incluso hasta exigir públicamente su renuncia. Creo, de todas formas, que este grupo de ultraconservadores sobrevaluaron sus fuerzas. Monseñor Carlo Maria Vigamo, por ejemplo, sobrevaluó su influencia y no calculó la lealtad de las personas que, dentro del Vaticano, no estaban dispuestas a traicionar al Papa, incluso si muchas eran criticas con Francisco.

--El operativo The Red Hat Report tenía dos objetivos, uno ahora y otro más tarde.

--Efectivamente. Como no lograron derrocar al Papa, ahora preparan una nueva etapa. Francisco tiene 84 años y podemos pensar que estamos cerca del fin de su pontificado. Lo que están haciendo es preparar el próximo conclave. Para ello han invertido mucho dinero, han contratado a ex miembros del FBI para preparar dossiers sobre los cardenales que participarán en el cónclave para descartar aquellos que tienen la intención de continuar con las reformas que aplicó el Papa Francisco. El problema de esta geste es que, al menos por ahora, no cuenta con ningún candidato verosímil. No les será fácil. Sin embargo, lo que sí pueden hacer es dañar la credibilidad de los candidatos más reformistas y obtener de esa manera la elección de un candidato débil y manipulable para desmontar las reformas de Francisco. Cuentan para ello con un gran presupuesto. Creo profundamente que la mayoría de los católicos norteamericanos respaldan al Papa Francisco. Pero en Estados Unidos la cantidad no basta. A la cantidad hay que agregar el factor dólar.

--Estos grupos ya existían antes pero nunca habían actuado con tantas evidencias.

--Son empresarios con enormes medios a su disposición. Cada uno de ellos fue creando su grupo de reflexión dentro de la Iglesia, su escuela de teología, su universidad católica, su gabinete de abogados para defender la libertad religiosa. Es una nebulosa que funciona mediante una red de instituciones privadas y que ha llegado a dominar el catolicismo norteamericano. Son por ejemplo ellos quienes donaron mucho dinero a las diócesis norteamericanas que tuvieron que pagar enormes indemnizaciones luego de los casos de abuso sexual. Por eso pueden imponerles una dirección a las diócesis. Por ejemplo, Tim Busch está presente en todas las etapas de este montaje. Para proteger poderosos intereses económicos en el Amazonas, estos grupos pesan con toda su fuerza para desviar la atención y evitar así que se hable demasiado de ecología. Siempre tratan de distraer la atención en los debates fundamentales, por ejemplo, en los sínodos, e imponer sus puntos de vista, o sea, sus intereses.

--¿ Y cómo un grupo tan poderoso pudo dejar que Francisco fuese electo Papa ?

--No se dieron cuenta porque la elección de Francisco se llevó a cabo según otras necesidades: este Papa fue electo debido a la crisis en el seno de la curia y gracias a la voluntad de los obispos del mundo entero de sacar a la iglesia del debilitamiento creado por las malas combinaciones de la curia italiana. Bergoglio se impuso así para reformar la Iglesia. Pero su ideología choca con la visión que los católicos ultraconservadores de Estados Unidos tienen de la Iglesia. Hay, además, otro ingrediente propio al catolicismo norteamericano: un desprecio innato de los católicos blancos norteamericanos por los latinos. El sector WASC (White, Anglo-Saxon Catholic) menosprecia a los hispanos porque estos son pobres, no tuvieron éxito. Los WASC están muy influenciados por la teología de la prosperidad difundida por los evangelistas.

--¿Donald Trump juega en este patio?

--No creo que Trump tenga muchas convicciones propias. Es seguro que los escucha, pero quien tiene una cercanía con ellos es el vicepresidente, Mike Pence. Las confrontaciones son numerosas entre Washington y el Vaticano. El tema de la pena de muerte, la impugnación del Papa Francisco de un liberalismo fuera de control, etc, etc. El Papa, finalmente, ataca los fundamentos del poder económico de Estados Unidos.

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