El presidente de Brasil Jair Bolsonaro, le pidió a un grupo de estudiantes que le digan a su profesora que lea las memorias del militar Carlos Alberto Brilhante Ustra, reconocido como torturador por la justicia durante la dictadura. Los adolescentes se acercaron al Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial ubicada en Brasillia, donde le pidieron al presidente que le mande un saludo a su profesora. Pero Bolsonaro, en tono jocoso, condicionó el mismo a una pregunta: “¿es de la izquierda de Venezuela?”. El estudiante le respondió que es del Partido de los Trabajadores (PT). "Díganle que lea el libro 'La verdad sofocada'. Simplemente que lo lea. Luego ella sacará sus conclusiones. Hay hechos, no bla, bla, bla de izquierda, no", les dijo el presidente.

Este libro reúne las memorias del militar y torturador brasileño fallecido en 2015, que en otra ocasión ya fue reconocido por Bolsonaro como un “héroe nacional que evitó que Brasil cayese en aquello que la izquierda quiere hoy en día". Ustra fue encargado de múltiples secuestros y torturas como Jefe de los Servicios de inteligencia y represión del Ejército entre 1970 y 1974, durante la dictadura que se prolongó de 1964 a 1985. En 2008 fue condenado por torturar a un periodista, sin embargo el proceso fue archivado por un tribunal brasileño. Los magistrados determinaron que la demanda de los familiares de la víctima se produjo dos décadas después de la Constitución de 1988, que reconoce la amnistía de los delitos practicados durante la dictadura militar. Brasil no llegó a sentar en el banquillo a los militares acusados de cometer crímenes durante la dictadura, invocando la Ley de Amnistía de 1979.

Esto se produce luego de que la semana pasada, en el marco de la Asamblea de las ONU, el Grupo de trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias, afirmara que el Estado brasileño aún tiene "mucho trabajo" por hacer y debe esforzarse más para reparar a las víctimas de la dictadura militar. "Hay mucho trabajo por hacer en relación a la reparación de las víctimas de la dictadura militar brasileña", señaló el experto argentino Luciano Hazan, miembro de este grupo de trabajo. Estas recomendaciones colisionan con la posición del presidente brasileño que tanto antes como después de su llegada al poder justificó el régimen militar en nombre de la lucha contra el comunismo.