La soprano lírica Jessye Norman, una de las grandes voces de las últimas décadas, murió el lunes en Nueva York, a los 74 años. Reconocida en todo el mundo, Norman completó el camino que habían comenzado otras cantantes afroamericanas, a quienes agradecía "poder elegir cantar ópera francesa o alemana, en lugar de que digan ‘cantarás Porgy and Bess’”, según declaró. No sólo recorrió los teatros más importantes, también actuó en ceremonias como la asunción de Ronald Reagan y la de Bill Clinton.