La Unión Industrial Argentina (UIA) elaboró un documento para presentarle a todos los candidatos a presidente durante la campaña electoral. El primero en recibirlo fue Alberto Fernández, del Frente de Todos, durante una reunión con 27 empresarios en la sede porteña de la UIA. La plataforma, titulada “Plan Productivo 2020-2023”, tiene como objetivo generar valor agregado y aumentar las exportaciones. Para eso, exige medidas como la baja de la inflación y las tasas de interés, eliminación de retenciones a bienes industriales y  reducción de la presión impositiva. Fernández se mostró de acuerdo con la mayoría de los planteos, pero sobre el punto relacionado a los impuestos, aclaró: “El planteo es cierto, pero hay que tener en cuenta que Macri deja un déficit fiscal de más de 7 puntos”.

El documento establece medidas prioritarias para el corto plazo: alcanzar una reducción “sensible” de la inflación y tasas de interés “razonables”; eliminar las retenciones para bienes industriales y alimentos elaborados; retrotraer el valor de la tasa estadística para importaciones; sancionar una ley pyme que reduzca la presión impositiva; líneas de crédito para la inversión y bonificación de tasas; reducir la presión fiscal a nivel nacional. 

Luego para el mediano plazo piden avanzar en negociaciones internacionales para encontrar nuevos mercados para el sector privado. Pero aclaran que debe ser “una inserción inteligente”. Otras de las medidas para el mediano plazo es la sanción de una ley 4.0 para sumar tecnología en el entramado productivo y que se establezca una agencia científica con financiamiento a la investigación y el desarrollo.

El “Plan Productivo” tiene como principal objetivo agregar valor y aumentar las exportaciones. “Así nuestro país podrá generar las divisas que permitan sostener el crecimiento, que es el que permitirá crear más empleo, aumentar el bienestar de la población y garantizar sustentabilidad fiscal y externa”, dice el informe. Está estructurado en dos pilares: condiciones macroeconómicas “para crear un entorno económico y competitivo” y políticas productivas para mejorar la competitividad.

El documento explica que la inestabilidad macroeconómico fue una de las causantes de que la producción industrial se haya visto “golpeada”. “Déficits en nuestra cuenta corriente se traducen en saltos bruscos del tipo de cambio, que impactan en el consumo, la inversión y la capacidad exportadora del país”, asegura el texto. Para lograr una macroeconomía estable, pide una política monetaria y cambiaria previsible; un sistema financiero que garantice el acceso a instrumentos; y una estructura tributaria “que incentive la producción”.

El pilar de las políticas productivas lo divide en tres dimensiones. En la primera, relacionada a los costos y a la competitividad, explica que los costos de los bienes industriales están asociados a costos “ajenos” al proceso productivo, como el transporte en un territorio extenso, los impuestos en la cadena productiva, y el financiamiento. Por eso, entre las áreas de trabajo, proponen una reforma tributaria, financiamiento productivo, transporte y logística del país, potenciar la producción de energía y mantener una agenda ambiental para que la producción sea sustentable.

La segunda dimensión de las políticas productivas está relacionada a la tecnología y a la productividad. “Tenemos que acordar marcos normativos que nos permitan ser protagonistas de la Cuarta Revolución Industrial”, dice. Para eso buscan “actualizar las nuevas formas de trabajo” y trabajar en la formación educativa del trabajo del futuro. La última dimensión tiene que ver con el desarrollo regional, y pide trabajar en el diálogo entre todos los actores del territorio, dado que el entramado productivo está formado en un 99 por ciento por micro, pequeñas y medianas empresas, que representan el 50 por ciento del empleo formal y 10 por ciento de las exportaciones.