El gobierno de Cambiemos cerrará su mandato con otro record negativo: les autorizó a las prepagas en los últimos doce meses el mayor incremento en la cuota desde la sanción de la ley que regula la actividad, en 2011. Cuando entre en vigencia al ajuste de noviembre autorizado esta semana, el séptimo en el trancurso de 2019, el incremento en el bolsillo del afiliado habrá llegado al 69,6 por ciento interanual, por encima de la inflación. “Más grave aún es que en el lapso de casi cuatro años de gobierno, la actual gestión autorizara un incremento que alcanza al 283,95 por ciento”, señala un informe de Defensa de Usuarios y Consumidores (Deuco). Un socio que pagaba en 2015  una cuota de 4883 pesos deberá abonar el mes próximo 18.750 pesos y con prestaciones recortadas respecto cuatro años atrás.

Para contener la inercia de ajustes que este sector venía mostrando hasta 2011 –año en que la cuota acumuló un alza de 37,9 por ciento-, el Congreso aprobó en diciembre de ese año la Ley de Prepagas. “Hay que garantizar el derecho de todos los usuarios. Y que nadie se sienta perseguido; no queremos que se fundan, sólo queremos equilibrar y podemos hacerlo sin pelearnos”, señaló la entonces presidenta Cristina Fernández al promulgar la ley. La norma establece que el valor de las prestaciones son reguladas en forma conjunta por la Superintendencia de Servicios de Salud y la Secretaría de Comercio, quienes autorizan la modificación de las cuotas después de evaluar los costos de las empresas. Desde la aplicación de esa ley hasta fin de 2015 la cuota de las prepagas aumentó 144,14 por ciento, promediando un alza del 25 por ciento por año: en 2012 aumentó 15,6 por ciento; en 2013, un 27,7 por ciento; en 2014, un 28,6 por ciento y en 2015, 28,6 por ciento.

Pese a que el gobierno de Cambiemos no desreguló formalmente la actividad de la medicina prepaga, en los hechos no interpuso ninguna traba a cada uno de los aumentos solicitados por las compañías, los cuales fueron siempre por encima de la inflación promedio, al tiempo que autorizó la flexibilización en los servicios que prestan. Les permitió desde comienzo de año ofrecer planes parciales que sean complementarios al programa médico obligatorio. También estableció que la Secretaría de Comercio ya no intervendrá en el proceso de autorización de los aumentos de las cuotas de la medicina prepaga.

Esta semana autorizó un nuevo aumento del 4 por ciento desde noviembre, el cual se suma al 4 por ciento que comenzó a regir este mes. El aumento acumulado en un año (desde octubre de 2018 hasta noviembre de 2019) será de 69,6 por ciento, y en los últimos cuatro años ese ajuste se alcanzó el 283,95 por ciento. “El aumento fue superior a la inflación del mismo período que ronda el 55 por ciento e inclusive mayor a los aumentos de los alimentos que fue del 65 por ciento”, según el relevamiento de la entidad de consumidores que conduce Pedro Bussetti.

Un afiliado que en 2012 pagaba una cuota mensual de 2000 pesos, en diciembre de 2015 abonaba 4883 pesos. El mismo afiliado en noviembre de 2019, luego de soportar los incrementos autorizados por el macrismo deberá enfrentar una cuota de 18.750 pesos, con menores prestaciones que hace cuatro años. Como resultado, el precio de las cuotas en relación a los salarios pasó de representar el 19 por ciento en diciembre de 2015 al 30,4 por ciento en la actualidad.

“La liberación absoluta de precios que forma parte de la filosofía económica del actual gobierno, derivó en que miles de afiliados a las empresas de medicina prepaga se desafiliaran, redujeran su cobertura adhiriendo a planes de menor costo, migraran a empresas low cost y en el caso de miles de jubilados, se reintegraran a las filas del PAMI, la obra social con la cual no se venían asistiendo”, señala el informe de Deuco. En lo que va de este año, el 59 por ciento de los que poseen una prepaga consideró cambiar de cobertura médica, según un estudio del sitio Mi Obra Social consignado esta semana en una nota de Página/12.