La votación fue a mano alzada. Los congresales de la CTA de los Trabajadores votaron por unanimidad las tres propuestas centrales del Congreso que propuso su secretario general Hugo Yasky: “aportar a la unidad del campo popular y la lucha de la clase obrera con mandato a la conducción de la CTA a iniciar el proceso de unificación con la CGT”, el mandato para “ser parte del diálogo de una concertación social” con el futuro gobierno y “porque la independencia de clase no es neutralidad, el compromiso político de apoyar la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner” en las elecciones del 27 de octubre. Centenares de delegados de todo país reunidos en el microestadio de Lanús celebraron la decisión junto a dirigentes de la CGT, del Frente Sindical y de la CTA Autónoma, además de representantes de 15 organizaciones gremiales de América Latina y Europa, junto a candidatos, legisladores e intendentes del Frente de Todos. El candidato presidencial Alberto Fernández cerró el acto haciendo suyo un comentario de un ex compañero de Gabinete, al comparar “el gesto de la CTA es estratégicamente y políticamente tan grande como el gesto de Cristina”, cuando decidió dar un paso al costado para generar la unidad del peronismo y el campo nacional y popular para vencer a Cambiemos. Fernández describió el país que deja el gobierno de Mauricio Macri y se comprometió a mejorar la situación de los trabajadores y dar mejores salarios a maestros y jubilados porque “vamos a dejar de pagarles a los usureros la plata que se llevan los bancos”.

Tras una larga jornada de debate, precedida por asambleas en todo el país, Yasky comenzó su discurso fundamentando las decisiones que se iban a adoptar “en la unidad que se forjó en la lucha en las calles de los trabajadores de la CTA junto a gremios de la CGT” y especialmente en sus regionales, y llamo a ser “capaces de construir esa unidad”. También explayó el mismo concepto en el plano político, cuando los distintos sectores gremiales volvieron a juntarse en la Mesa de Acción Política del Justicialismo para resistir la intervención judicial del PJ y la decisión de CFK de respaldar a esa mesa y el PJ recuperado como el comienzo de la unidad del peronismo y el campo popular. “Hace falta esa unidad gremial, más unidad para reconstruir un país endeudado y hundido”, soltó. “Los argentinos tenemos una nueva oportunidad” –continuó Yasky— y llamó a generar “una avalancha de votos” el 27 de octubre “por la justicia social, la escuela pública, los derechos humanos, para decirle sí a una Argentina de pie con justicia y trabajo”.

Sobre el escenario se ubicaron un diverso conglomerado de dirigentes sindicales como Víctor Santa María, Omar Plaini, Hugo y Pablo Moyano, Sergio Palazzo, Pablo Micheli, Beto Pianelli, dirigentes de segundas líneas del Smata, la UOM y hasta dirigentes sociales como Daniel Menéndez, entre muchos otros. Mientras los dirigentes de la CTA exponían sus propuestas desde el escenario levantado en la calle y ante numeroso público, los delegados del congreso seguían los discursos desde las pantallas gigantes montadas en el microestadio. En tanto, las primeras filas de la platea se poblaban de referentes del Frente de Todos.

Afuera, el dirigente de la UGT española, José “Pepe” Alvarez, celebraba que la unidad gremial y política “transforma a la Argentina en la primera barricada al fascismo en América Latina”, ante representantes de la CUT brasilera –recibidos al grito de “Lula libre”--, Chile, Paraguay, Uruguay, Francia e Italia, entre otros. Adentro, las sillas se iban ocupando: numerosos intendentes del conurbano bonaerense, diputados nacionales y provinciales, ex ministros como Carlos Tomada y Jorge Taiana.

Tras la votación del mandato a la CTA para iniciar la unidad con la CGT y el respaldo a la fórmula de los Fernández, llegó el turno de los candidatos del FdT. El primero fue el local Edgardo Depetri, candidato a intendente de Lanús, ex minero de Río Turbio y uno de los fundadores de la CTA. “Antes que nada soy un trabajador”, dijo Depetri para celebrar la decisión gremial y política y recordó a “grandes luchadores· del sector ya fallecidos como Mary Sánchez y Germán Abdala", a quienes imaginó compartir la propuesta que votó la central.

Axel Kicillof envió un mensaje grabado desde el Clío con el recorre toda la provincia. “Necesitamos la unidad del movimiento obrero”, dijo el candidato a gobernador y destacó “el enorme trabajo de la CTA” en lo gremial y político. Su compañera de fórmula, Verónica Magario, señaló desde el escenario a la gobernadora María Eugenia Vidal como “cómplice y participe” de Macri por llevar adelante un gobierno “contra los trabajadores”. El diputado Felipe Solá y la candidata a vicejefa de gobierno porteño, Gisela Marziotta, también tuvieron una silla en el escenario.

“Como ejemplo de lo que sucede hoy, quiero rescatar a cada uno de ustedes como militantes sindicales, que sufrieron la estigmatización y la represión, para avanzar sobre los derechos de la sociedad”, dijo Máximo Kirchner y remarcó que su “respuesta fue la unidad. Quisieron quebrarnos y resistimos”. Luego, Máximo arrancó una sonrisa cuando dijo que iba a sacar “mi iPhone” –en realidad una libreta de apuntes—para repasar los números de la deuda que deja el macrismo y señalar que en apenas seis meses de este año se fugaron 40 mil millones de dólares de las reservas. Después llamó a militar para conseguir una caudal de votos que fortalezcan al futuro gobierno.

El cierre fue para el candidato presidencial, ovacionado. “Todos estamos muy contentos, estamos viviendo un día muy importante”, comenzó Fernández y siguió con los deja vù que le produce el macrismo. Recordó que estuvo en el microestadio de Lanús cuando un congreso del PJ proclamó a Néstor Kirchner como candidato en 2003 y que la reservas que describió Máximo son las mismas que dejó el gobierno la Alianza. "Cuando miro el presente y miro lo que vamos a encontrar, es casi un país igual como el que recibimos en 2003. El daño que le hizo al país la salida de la convertibilidad es igual al daño que le ha hecho Macri, con la diferencia que Macri lo hizo en cuatro años", enfatizó Fernández.

“Yo, gracias a Dios, veo que muchos se han dado cuenta que el cambio no son ellos, el cambio somos nosotros, el cambio es terminar con este presente y no son ellos los capacitados para hacerlo”, destacó el candidato presidencial. Fernández recurrió a un repaso histórico para marcar los destrozos de las experiencias liberales en los últimos 50 años, como la dictadura, el menemismo, la Alianza y el macrismo para sostener que los gobiernos populares fueron quienes “volvieron a levantar al país”.

"Me preguntan de dónde voy a sacar la plata y yo digo que voy a sacar la plata de dejar de pagar la usura que se llevan los bancos. Vamos a dejar de pagarle a los usureros para que los maestros tengan un salario digno, para pagarle a los jubilados, para que todos los trabajadores tengan su paritaria", resaltó el candidato del Frente de Todos y agregó: "Vamos a levantarnos una vez más y vamos a ser la Argentina que nos merecemos". El Congreso de la CTA de los Trabajadores había concluido. Pero no para Fernández que tuvo que salir a saludar y hablar con la gente que se había conglomerado sobre avenida 9 de Julio para expresarle su apoyo.