Una encuesta sobre 300 mujeres policías y penitenciarias de la provincia de Santa Fe dejó al descubierto un vasto espectro de inequidades de género que interpela al Ministerio de Seguridad. Variantes de violencia que van desde el acoso laboral y sexual por parte de jefes y compañeros (la mitad de las encuestadas lo padeció) hasta el relegamiento en la carrera policial (8 de cada 10 nunca ocuparon un puesto de mando) por un sistema de evidente corte patriarcal.

El sondeo empezó a hacerse en julio, entre las 4000 empleadas de la fuerza, del Servicio Penitenciario y el Instituto Autárquico de Industrias Penitenciarias (Iapip), y corrió por cuenta de la Red de Mujeres de Policía. Entre las respuestas, el 52,8% reveló haber sufrido violencia de género en su trabajo; en el 56% de esos casos, fue de índole psicológica, pero también simbólica (25,8%), sexual (8,1%), económica (4,4%) y física (5,6%). En su mayoría (69%) el agresor fue un jefe.

Más estridente aún es que el 86% de esas situaciones no fue sancionado ni resuelto por parte de la institución. "La mayoría de las compañeras denuncian cuando el acoso ya es grave. A mí me pasó con una jefa: no podía entrar a la comisaría, me daba pánico. Y no denuncié porque pensé que esa mujer iba a entender lo que me pasaba, tal vez a ella le hacían algo igual. Hay muchas cosas que están naturalizadas. Muchas asumen una actitud patriarcal para no quedar excluidas (de la posibilidad de ascenso), si no no habría jefas mujeres. Aquella que no cumple ese papel autoritario queda vista como que no cumple con las expectativas", comentó a Rosariol12 Tania, una de las que integran la Red.

"Las compañeras denuncian cuando el acoso ya es grave. La que no asume un rol autoritario no cumple con las expectativas"

 

El 60% tiene más de 5 años de antigüedad, y 17,7% tiene más de 15 años de carrera, suficiente trayectoria como para ocupar cargos de mando, y la mayoría con alguna clase de capacitación, incluso universitaria. Pero solo 2 de cada 10 ha llegado hasta esas instancias jerárquicas.

"¿Para qué tienen hijos?", es un reproche que suelen escuchar. Pues el 82,3% tiene hijos, pero el 44% trabaja en una localidad diferente de donde reside, y eso las lleva a dejarlos por uno, dos o tres días según el horario que le asigne su jefe. "Muchas prefieren pasar dos días seguidos trabajando en sus destinos, para poder descansar más días y estar cerca de sus hijos. Otro de los motivos es el costo del viaje", observa la encuesta. La mitad de las empleadas policiales son jefas de hogar o madres solteras. Por esa misma lógica de la dinámica laboral en la policía, estas mujeres afrontan dificultades puntuales ante la necesidad de amamantar a su bebé o tomar 24 horas de franco por "día femenino".

El 45% de las agentes respondió que sí ha tomado licencias por patologías psicológicas o psiquiátricas. En el 82% de esos casos, se motivó a una situación de acoso laboral de un jefe o compañero, y el 18% por acoso sexual.

 

La intención de fondo es que el Senado provincial sancione como ley la creación del Centro Integral con Perspectiva de Género, una iniciativa de la diputada Alicia Gutiérrez que en agosto mereció media sanción unánime en Diputados. "Nos falta avanzar mucho. La Policía es una institución patriarcal y arcaica", concluyó Tania.