"Un salto cualitativo". Así definió la periodista feminista vasca Irantzu Varela al ataque que salió de las redes y se instaló en las paredes de una casa lindera al lugar donde trabajó por años, situado justo enfrente del edificio donde lo hace ahora, en Pikara Magazine. Irantzu conoce de insultos desde que comenzó a hacer La Tuerka, su microespacio feminista que antes estaba en el programa El Tornillo y ahora en La Frontera. Recibir insultos es una descripción un poco vaga para referirse a las amenazas de muerte, deseos de que la violen, y todo tipo de agresiones que le dejan en twitter y las otras redes sociales. Las feministas públicas lo saben también, nada parece más fácil que decirles “asesinas”, que necesitan “una buena pija” y cosas así. Esta vez, Irantzu decidió hacer un video en el que habla de esa agresión, que dejó el espacio virtual y se hizo más real que antes. “Desde que empecé a hacer periodismo feminista, hace ya años, sufro amenazas, insultos y acoso sobre todo en las redes sociales. Ha habido un salto cualitativo”, dice en ese video en el que está seria, tan seria como la ocasión lo requiere. “Ha aparecido una pintada en la que pone mi nombre, y mi apellido y un comentario soez y ridículo y una polla (un pene), pero bueno, por mucho que la amenaza pueda ser una estupidez, y no hay una amenaza directa, y el comentario no tenga más trascendencia, yo creo que es un salto cualitativo, desde luego para mí lo es, cuando tengo que leer mi nombre y mi apellido pintados con spray, no con un rotulador, no con algo que alguien lleva habitualmente en la mochila, enfrente del lugar donde trabajo y al lado del lugar donde trabajaba antes”, así lo describe y lo difundió por sus redes, como también lo hizo el periódico Público, en el que está el programa La Frontera.

 

Para Irantzu, los agresores quieren dejarle claro que saben dónde está y dónde estaba antes. “Esto es mi barrio, esto es mi casa, aquí conmigo está mi gente y ni yo ni mi gente vamos a permitir la intimidación, la amenaza, ni silenciar por hacer algo tan sencillo como pretender reivindicar nuestros derechos y nuestra libertad. Así que desde luego que me ha parecido una amenaza, me ha parecido un mensaje intimidatorio, me parece que es saltar de las redes al espacio físico y hacerlo en mi casa es grave”, afirmó en un mensaje que se viralizó rápidamente. Claro que los violentos no conseguirán su objetivo. “El miedo no me lo voy a permitir, y el callarme por miedo tampoco”, dijo y recordó lo mismo que expresó en la entrevista publicada en agosto en Las12. “Sabemos que no son cuatro locos aislados, que están organizados, que nos odian, y que al fin y al cabo son los mismos que nos matan, que nos violan y nos torturan por ser mujeres, así que vamos a poner medidas ya, autodefensa feminista, responsabilidad a las instituciones y responsabilidad a los medios de comunicación para darle la importancia que tiene a estas situaciones, que me pasan a mí y le pasan a todas las mujeres que son visibles desde el feminismo”, expresó Irantzu.