Ha sido galardonado por la Academia Sueca con el Premio Nobel de Literatura 2019 Peter Handke. El escritor recibió la noticia con sorpresa, tal como reportan las crónicas periodísticas.

El polémico premio contribuye del algún modo a poner sobre el tapete autoras, autores y sus obras que la industria editorial con su lógica mercantil no siempre divulga.

Recuerdo cuando Svletana Alexievich, autora de libros tan importantes como Voces de Chernobyl y La guerra no tiene cara de mujer recibió la distinción quedaron en evidencia y salieron a la luz temáticas que los tecno burócratas querían borrar de la memoria colectiva. Otro tanto ocurrió con Elfriede Jelynek, feminista, libertaria y denunciante de los horrores de la policía secreta durante los años del nazismo.

Por qué no evocar también el revuelo cuando recibió el Nobel Alexander Solyenitsin y su magna obra El archipiélago Gulag, el escritor japonés Kenzaburo Oe y sus diatribas contra el Estado Nipón.

Peter Hanke, nació en Griffen (Austria) en 1942. De sus narraciones iniciales y que tuvo resonancia Kaspar y el pupilo quiere ser tutor, su labor ha sido intensa y múltiple, guionista junto al cineasta Win Wenders de Las alas del deseo, ensayista, traductor, memorialista. Según da cuenta en una reseña, se cuentan entre sus obras principales: Los avispones (1966), El miedo del arquero al penal ( 1970), Carta breve para un largo adiós (1971), Ensayo sobre el cansancio ( 1979), El año que pasé en la bahía de nadie (1999) y Desgracia impeorable (2010).

Prolífico autor, polémico por sus declaraciones políticas, denunciante implacable del ascenso neonazi en Austria. Letras inquietantes para reflexionar sobre la condición humana en las sociedades contemporáneas.

 

Carlos A. Solero