La Libertadores es en la vida de River una obsesión, tal como cantan sus hinchas desde hace décadas, y el exitoso entrenador Marcelo Gallardo está a un paso de superar en su ciclo de cinco años las dos Copas que el club exhibía en sus vitrinas durante toda su historia, hasta su arribo en 2014. Sin dudas, su llegada cambió para siempre la relación de River con el trofeo más preciado por todos los hinchas.

En ese contexto, desde que comenzó a jugarse la Libertadores a principios de los sesenta, River fue sumando frustraciones a nivel internacional, hasta que recién en 1986 consiguió dar la vuelta con el recordado equipo de Héctor "Bambino" Veira, que la conquistó por primera vez tras doblegar al América de Cali en la final. En el camino habían quedado dos finales perdidas, ante Peñarol en 1966 y ante Cruzeiro en 1976, casualmente ambas en Santiago de Chile, sede de la final de esta edición.

Luego de ese éxito, pasó una década hasta que otro gran equipo, dirigido por Ramón Angel Díaz y con el "Muñeco" con los pantalones cortos en el campo de juego, logró la segunda Libertadores, en 1996, tras dobelgar a idéntico rival, el América de Cali colombiano.

Esas conquistas precedidas de sinsabores, recobraron notoriedad en el ciclo de Gallardo, que poco más de un lustro ganó dos Libertadores y está en las puertas de una tercera, que definirá ante un rival brasileño, que surgirá entre Flamengo y Gremio de Porto Alegre.

Gallardo fue el artífice en la obtención de las ediciones de 2015 al ganarle la final a Tigres de México y la más recordada, la de diciembre de 2018 precisamente ante Boca en Madrid, con un tinte histórico y único.

"No soy de mirar con precisión las estadísticas, pero cuando uno pueda alejarse un poco y tomar conciencia de lo relevante de este ciclo, seguramente le daré el valor que se merece, algo que el día a día muchas veces no permite", remarcó Gallardo sobre la importancia de su gestión en la historia del club. Además de la dos Libertadores y la posibilidad cierta de la tercera, el técnico sumó a las vitrinas del club una Sudamericana y tres Recopas, una cosecha inédita en la historia de River.

Lejos de conformarse, Gallardo irá por más gloria a la que ya consiguió al convertirse en el DT más ganador a nivel internacional del club y con el mérito de mayor peso de haber eliminado por quinta vez consecutiva a Boca en los cruces definitorios. River se quedó con las series de la Sudamericana 2014, la Libertadores 2015, la final de la Libertadores 2018 y la semifinal de anoche, a lo que se sumó el título de la Supercopa argentina 2018.

Por eso, poco importó que el martes su equipo haya jugado uno de los partidos menos lucido de su ciclo y que por varios pasajes haya sido superado por Boca. El objetivo era otro, y estaba cumplido. Por eso, reconoció que no entraba en su cuerpo por la felicidad de eliminar al rival de siempre.

"Si me pongo a analizar el partido debo decir que hubo muchos cortes, muchas faltas, muchas pelotas adentro del área, pero tengo una felicidad enorme, y por eso me cuesta ahora revisar el juego", comenzó explicando Gallardo tras el partido en la Bombonera.

"Por los jugadores y los hinchas tengo esa felicidad que no me entra en el cuerpo, de volver a dejar afuera a Boca y jugar una nueva final", remarcó el Muñeco, que se deshizo en elogios para sus futbolistas. "Me saco el sombrero con este grupo de jugadores, porque por ahí no tomamos en cuenta la relevancia de llegar a otra final nuevamente y volver a dejar a Boca afuera", insistió Gallardo. 

Más allá de sus palabras, está más que claro que los hinchas de River tienen plena conciencia de la relevancia del ciclo Gallardo, un antes y un después en la historia del club.