El dólar cerró la semana a 65 pesos. Este viernes marcó una suba de 1 peso con 66 centavos y en la semana acumuló un aumento de 4 pesos con 27 centavos. El Banco Central volvió a dilapidar reservas internacionales. Ofreció 220 millones de dólares en distintas subastas y además hizo ventas directas. Se sacrificaron cerca de 600 millones en un día. Las reservas terminaron en 43.503 millones de dólares, lo que implicó una caída diaria de un monto impactante: 1755 millones.

Desde la autoridad monetaria salieron a intentar justificar el desplome. “Aproximadamente la mitad de la caída de las reservas se puede explicar solamente por el adelantamiento de dólares físicos a las diferentes entidades bancarias para que, en caso que los clientes los requieran, las sucursales cuentan con billetes disponibles”. La otra mitad de la caída fue por los dólares rifados para intentar frenar la divisa.

La explicación del Central sobre el retroceso de las reservas no resulta compleja de entender. Lo que dice es que le giró divisas de los encajes directamente a las cuentas de los bancos para que puedan responder al aumento del retiro de los depósitos. Las expectativas se deterioraron fuertemente con el correr de los días y esta semana hubo nuevamente cola en los bancos para retirar moneda extranjera de las cajas de ahorro.

La gimnasia de ahorristas para protegerse ante la incertidumbre financiera es probada y el resultado es la presión cambiaria junto con la caída de los depósitos. Pero la causa de esta incertidumbre no es azarosa sino que tiene que ver con la falta de pericia del equipo económico para enfrentar problemas estructurales de la economía. La obsesión en los últimos años de mantener la apertura irrestricta para el movimiento de los capitales y la desregulación para la compra de divisas ahora se paga caro.

Los controles cambiarios de septiembre llegaron tarde para recuperar un cierto equilibrio en el mercado interno. El desorden económico no comenzó en los últimos dos meses y medio sino que simplemente se terminó de acelerar. Los datos duros lo muestran: Desde el 9 de agosto se perdió la tercera parte de las reservas internacionales, el 38 por ciento de los depósitos en moneda extranjera. También hubo un aumento de 1200 puntos en el riesgo país y la bolsa cayó más de 40 por ciento en dólares.

Corrida cambiaria

El dólar minoristas a 65 pesos y el mayorista a 60 empezaron a perder referencia para marcar el ritmo de la devaluación en el mercado interno. Existen por lo menos otras tres cotizaciones que ganaron protagonismo en las últimas semanas y este viernes experimentaron un importante incremento. El dólar de contado con liquidación –el que usan las empresas para fugar divisas del mercado interno- cerró por arriba de 81 pesos.

El dólar bolsa -cotización implícita en las operaciones con bonos- fue otro de los precios de la divisa que marcó un fuerte avance. Se ubicó en 77 pesos con un salto cercano a cuatro pesos. El dólar paralelo mientras tanto terminó la semana en torno de 76 pesos y anotó un salto de 6 pesos respecto del jueves.

Las reservas del Central acumularon un retroceso de 3945 millones de dólares. Casi tres de cada cuatro de esos dólares se explicaron por la intervención del Central para frenar el tipo de cambio. La entidad consiguió que la cotización mayorista cierre en 60 pesos pero no pudo evitar que el minorista tenga un precio casi cinco pesos más elevado. El microcentro porteño fue un atolladero en los bancos y las casas de cambio.

En las plataformas de compra de divisas online tomaron una decisión para evitar problemas este fin de semana. Desactivaron su servicio de venta de dólares 24 horas hasta la apertura del mercado cambiario el próximo lunes. Estas empresas no quieren repetir el error de agosto. El domingo 11 a la noche vendieron divisas a 48 pesos y el lunes siguiente el dólar cotizaba un 25 por ciento por arriba de ese valor.

La bolsa

Las acciones subieron en promedio 3 por ciento. Este avance se explica principalmente porque los activos acompañaron la devaluación del dólar financiero (contado con liquidación). Suben en pesos pero no en medidos en dólares. La cotización del Banco Supervielle lo muestra: en la bolsa porteña marcó un avance de 1 por ciento pero en Nueva York registró una caída de 0,7 por ciento.

Los bonos registraron un comportamiento muy volátil a lo largo de la jornada. Los de corto plazo terminaron con aumento de hasta 4 por ciento. Fue el caso del Bonar 2024, uno de los títulos públicos que ingresó a la lista del reperfilamiento. Los bonos de largo plazo como el Par o el Centenario marcaron pérdidas de hasta 2 por ciento. El riesgo país cerró la semana en 2137 puntos, que refleja la situación de default de la economía macrista.