Los encuestadores evaluaban ayer lo que para la mayoría de los medios fue una pifiada respecto de la diferencia entre la fórmula Fernández--Fernández y la fórmula Macri--Pichetto. Si se toma en cuenta que buena parte pronosticó que la ventaja de FF eran 15 puntos, quedaron lejos de los ocho que se registran en el conteo provisorio.

* Hay una aclaración inicial. Los consultores piden esperar el recuento definitivo. Cuando el gobierno dio a conocer los primeros cómputos, a las 21 del domingo, la luz entre una y otra fórmula eran seis puntos. Al final de la noche se amplió a ocho, con tres por ciento sin escrutar, principalmente de la Provincia de Buenos Aires. Según creen los propios consultores, el escrutinio provisorio terminará 49 a 40, o sea nueve puntos. Pero --sostienen--, como ocurrió en las PASO, que el escrutinio definitivo puede llevar la diferencia a diez puntos, o incluso 11. O sea, que consideran que hay que esperar y evaluar después.

* Aún así, hay un hecho básico: casi todos diagnosticaron bien el voto de Alberto Fernández, cerca del 50 por ciento. El error fue no haber percibido el ascenso de Macri, aunque las encuestas vieron cierta tendencia: hace un mes, llegó a haber 20 puntos de diferencia y el margen se empezó a estrechar.

* Un error puede estar en no contar con muestras fiables en la zona que se podría llamar sojera: Santa Fé, Córdoba, Entre Ríos, Mendoza, San Luis y el interior de la Provincia de Buenos Aires. Ahí la fórmula oficialista ranqueó mucho más alto de los esperado. Es una zona a la que le fue mejor que al resto y ahí podría haber una explicación socioeconómica del voto, lo que no quita la existencia del error muestral.

* Hay algún consultor que cree que hubo voto oculto, es decir personas que votaban a Macri pero no lo decían. Sería especialmente real en la franja de los que no concurrieron en las Paso y sí lo hicieron ahora, más de un millón de votantes en total, de los cuales 800.000 se inclinaron por Macri-Pichetto. Son ciudadanos poco afectos a la política y que rehúyen a las encuestas, tanto las comunes como las de boca de urna que se hacen en las esquinas de los centros de votación. Los sondeos mostraban una enorme impopularidad de Macri, básicamente por los desastres económicos, de manera que se percibió cierta vergüenza a declarar el voto al mandatario. Aún así, es un error, porque las encuestas deberían percibir la existencia de ese voto oculto o vergonzoso.

* La polarización, es decir la pérdida de votos de las terceras fuerzas, tiende a ser una corrida de última hora hacia el llamado voto útil. Está claro que Lavagna cayó dos puntos, Gómez Centurión uno y Espert 0,70. La mayor parte fue hacia Macri. Es una tendencia que se percibió, pero tal vez no en la magnitud que correspondía.

Por supuesto que una cosa son las encuestas y otro el fenómeno del voto. Queda para analizar no sólo la tendencia del apoyo a Macri de estos cuatro años (ver nota central), sino el significado de ese 40 por ciento obtenido por el presidente que registra las peores estadísticas, los records negativos más notorios, desde el regreso de la democracia .

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