Muestras de artes visuales, fotografías, performances, lecturas, cine, música y una feria de libros integran la primera edición del ciclo Zelaya en el Jardín. Serán tres días en el “oasis verde” de Zelaya (Zelaya 3134), la sala de Federico León ubicada en el barrio del Abasto. El pasto, un limonero y una rosa china se constituirán como elementos escénicos. La entrada será libre y gratuita, el viernes, sábado y domingo a partir de las 19.
“Todo sucederá en el jardín, un espacio importante en Zelaya. Es la primera vez que lo hacemos. Puede generar un movimiento interesante. Es un experimento. Pienso Zelaya como un espacio-jardín en medio del Abasto en el cual se puede profundizar sobre ciertas prácticas del hacer creativo. Una cercanía entre obras y públicos en formato "acústico-íntimo”, dice el director de teatro y cine, quien en 2015 abrió esta sala en la que era su vivienda. “Me interesa que artistas de distintas disciplinas puedan intercambiar experiencias y reflexionar sobre sus propios procesos. Abrimos las puertas para compartir vínculos, miradas, diálogos.”
Durante la primera de las tardes se verán creaciones familiares realizadas entre hermanas, madres, padres, hijas e hijos. El cruce disciplinar es otro de los ejes de la totalidad del ciclo, con “obras que no se pueden clasificar”: un criterio muy vinculado a la programación y los talleres y seminarios que suceden en Zelaya. Reato³ está compuesta por objetos, cuadernos y dibujos de Juan Francisco, Pablo y Emilio Reato; Me quedé largo rato es una proyección de fotos de Marianela Portillo del Rayo; Guillermina Etkin presentará una hora de música electrónica experimental; Hermanita, de Inés y Laura Copertino une a dos hermanas sentadas al mismo piano reviviendo su infancia y juventud a través de la música; Las Nubes son las conversaciones escénicas que mantendrán Vivi Tellas y Rita Pauls. Participa también un nuevo proyecto electro pop de Dani Umpi. Esta es nada menos que la programación de la primera de las jornadas. El sábado habrá lecturas con curaduría de Agostina Luz López y Denise Groesman. Y el domingo un ciclo de cortos a cargo de Vladimir Durán.
“Me interesa que los artistas propongan una relación particular con el espacio. El jardín tiene mucho para ofrecer. Al mismo tiempo está la idea de una curaduría compartida, de una cadena curatorial”, agrega León. Un dato que revela la esencia del encuentro es que no habrá ninguna obra teatral propiamente dicha: la sala estará cerrada; el aire libre será escenario y protagonista absoluto.