El fútbol está metido en nuestra sangre y casi naturalmente se mezcla en los hechos cotidianos. Las recientes elecciones nacionales y sus inmediatas derivaciones dejaron picando algunos comentarios tribuneros.

Goleada

Las finales de fútbol en las que hay una clasificación o un título en juego duran 180 minutos. Son dos partidos de 90 y eventualmente un alargue. En las elecciones nacionales hay una primaria, una elección oficial y eventualmente un ballotage, que viene a ser el alargue.

Si un equipo de fútbol gana 8-0 el partido de ida y luego vence 2-0 el partido de vuelta evita el alargue y los penales, y se impone por goleada. Que el ganador no haya podido repetir el 8-0 no implica otro mérito para el perdedor, que el de evitar la repetición del papelón. Que hablen de empate técnico o que digan que el resultado debería dejarle un gustito amargo al que se impuso claramente es manipulación, sanata, verso de los desesperados perdedores.

Boca ganó el partido de vuelta en las semifinales de la Copa, pero no se conocen casos de hinchas de River tristes, porque el pase a la final llegó después de una derrota.

Cuando el que perdió no pudo darlo vuelta como imaginaba, los otros pueden cantarle tranquilamente "si querés darlo vuelta no te quedes con ganas, que hay una calesita en el parque Lezama".

El Var

Algunos árbitros aplican el VAR a la manera de los "zorros grises" de las rutas, que eran policías escondidos detrás de un árbol esperando que el automovilista cometiera una infracción para castigarlo. No cobran por lo que ven claramente, buscan el error, el defectito con lupa. Son como las señoras de la alta burguesía, que pasan el dedo por los muebles para comprobar si la mucama limpió bien. Algunos periodistas políticos de cuarta funcionan con la lógica de zorros grises, árbitros del VAR, y patronas burguesas. Quieren saber porque fulano subió o no subió al palco, porque Mengano miró feo a Zultana, qué va a pasar con Fulanito y Fulanita cuando tengan que tomar decisiones. Buscan roña. Quieren encontrar en offside a los que ganaron el campeonato, pero no se dan cuenta que los que quedan fuera de juego son ellos.

Pan y queso

Cuando se eligen a los jugadores preferidos en el fútbol se ven claramente quién es quién. Ellos y nosotros:

-Trump.

-Evo Morales.

-Bolsonaro.

-Lula.

-Piñera.

-Pepe Mujica.

-Angela Merkel.

-López Obrador.

-Guaidó.

-Maduro.

Y vos, ¿de qué lado estás?

Abrazo

El abrazo de Alberto Fernández con el pibe Braian trajo a la memoria una foto de fútbol que Don Ricardo Alfieri tituló "el abrazo del alma". Todos la recuerdan: era un pibe sin brazos ubicado junto a Tarantini y Fillol que arrodillados festejaban la obtención del campeonato Mundial de 1978. Como un simbolismo de profundo contenido, el presidente se sacó una foto con el joven presidente de mesa que había sido discriminado vilmente y le dio un abrazo. Abrazo del alma.

Tarjeta Roja

Si vos pegás patadas de atrás, sobornás, metés codazos a mansalva, ensuciás, escupís a los contrarios, desconocés la autoridad del referí, pinchás la pelota cuando vas ganando, querés jugar con 12 cuando vas perdiendo y hacés mierda todo lo que tocás es muy difícil que no te saquen, al menos de vez en cuando, la tarjeta roja. Es muy sugestivo si no lo hacen.

El periodista Roberto Defer lleva prolijamente la estadística de una sección de mucho peso de Clarín. Se trata del semáforo que a diario premia o castiga, según la óptica de los responsables de la edición del diario. En los 1423 días del gobierno de Cambiemos,¿sabés cuantas apariciones de Mauricio Macri se registraron en el semáforo de Clarín? ¡Cero! Una notable diferencia con Cristina Kirchner que apareció 32 veces.

¡Treinta y dos a cero!

Energúmenos

En las canchas hay tipos, los plateístas sobre todo, que dicen cualquier barbaridad a los jugadores del equipo contrario. Insultan a las madres, a las hermanas, los carajean, los tratan de fracasados y otras barbaridades similares.

Después de las elecciones de la semana pasada, en las redes sociales se leyeron insultos para superar a los peores energúmenos.

Una diputada que trato de monos a los votantes del Frente de Todos. "El mono solo quiere bananas. Con bananas se queda adentro de la jaula, cómodo y haciendo caca en una zanja. Enseñándole a sus hijos cómo comerse los piojos, tal como le enseñó su abuelo a él. El mono grita y canta como en la selva. Se cree libre, pero está preso… y contento porque le alcanza para bananas".

Eduardo Amadeo le deseó una úlcera a Raúl Eugenio Zaffaroni, Pablo Echarri y Dady Brieva. Raul Lavié cree en el voto calificado porque "el voto de jóvenes de la provincia de Buenos Aires es peligroso para la democracia". No son pocos los que piden voto calificado cuando les toca perder.

Cantitos finales

Se viene la guerrilla mediática para atacar a cada uno de nuestros jugadores. Estemos atentos, no entremos en el juego y por ahora cantemos con alegría:

Dedicado a Cristina:

"No me importa lo que digan /lo que digan los demás/yo te sigo a todas partes/cada vez te quiero más".

Dedicado a Alberto Fernández:

"Te alentaremos de corazón/está es la hinchada que te quiere ver campeón".

Dedicado a nosotros mismos:

Ahora, ahora…