A través de una cuenta de Twitter con 2.5 millones de visualizaciones, 38 mil visitas al perfil y casi 2 mil seguidores, un juzgado de la Ciudad de Buenos Aires viene impulsando un cambio en la encriptada forma de comunicar que históricamente ha caracterizado al Poder Judicial. Desde 2016, en formato de "datos abiertos", los integrantes del Juzgado Penal, Contravencional y de Faltas Nº 10 que encabeza Pablo Casas difunden en su cuenta de Twitter (@jpcyf10 ) cada una de sus resoluciones convencidos que "la revolución tecnológica es una herramienta de poder muy valiosa, que permite comunicarnos de manera más directa con la comunidad".

En la "Guía de Lenguaje Claro y Estilo" que el Juzgado Nº 10 creó en 2017, también con el objetivo de mejorar la comunicación con la comunidad, están detalladas las pautas a seguir al momento de hacer una publicación en Twitter: los emojis, los hashtag y el link, en el caso de las resoluciones, o la foto, en los posteos de la agenda semanal de audiencias, no pueden faltar. "Si solo publicamos los fallos o la fecha de las audiencias, sería una cuenta aburridísima. Así que intentamos ponerle onda con las fotos y ese tipo de cosas. Si bien somos todos abogados, hay compañeros que han hecho cursos de community manager y a fin de año hay dos que van a terminar el curso de análisis de datos", celebró el juez Pablo Casas, en diálogo con este medio.

"En nuestro Twitter difundimos la agenda semanal de audiencias, con la dirección y los horarios para todo aquel que quiera presenciarlas. También compartimos todas las resoluciones que dicto yo como juez, ya que como son actos de gobierno, públicos por definición, tienen que estar sometidos al control ciudadano", consideró el funcionario judicial.

"Con un 85% de desconfianza en el Poder Judicial, algo había que hacer"

El juzgado que preside está compuesto por 9 abogados jóvenes "que trabajan muchísimo". Sin embargo, advirtió Casas, "con el tiempo me di cuenta que su esfuerzo no se condecía con las encuestas que publicaban los medios de comunicación sobre la mala percepción que tenía la gente respecto a la administración de la justicia. Había un 85% de desconfianza en el Poder Judicial. Así que entendimos que algo había que hacer".

Por otro lado, continuó el juez, "interpretamos que la revolución tecnológica es una herramienta de poder muy valiosa, que permite comunicarnos de manera más directa con la comunidad, sin intermediarios". Con su cuenta de Twitter, el juzgado no solo logró dar transparencia activa a sus actos, "ya que no esperamos que la ciudadanía requiera información sino que somos nosotros los que la ponemos a disposición", sino que también favoreció la democratización de la comunicación: "comunicamos en tiempo real. O sea que todos acceden a la información del mismo modo y al mismo momento. Eso cayó muy bien en el periodismo, ya que no tenes que ser amigo del juez para conseguir una primicia", reconoció.

Luego de analizar las distintas redes sociales y sus posibilidades, "se decidió que Twitter era la más adecuada". Primero, porque es gratuita para todos "y no genera un costo para el Estado". Y, segundo, "porque no requería que los ciudadanos y ciudadanas tengan una cuenta para acceder al contenido. Facebook, en ese sentido, es más incómodo". Además, remarcó Casas, "como todas las redes sociales, Twitter tiene una gran bondad, que es la posibilidad de participación".

Datos abiertos

Todas las sentencias publicadas a través de Twitter cumplen los requisitos de la política de "datos abiertos": "tenemos un repositorio y tenemos un set de datos que tiene documentos en formato abierto", celebró Casas, que además de ser juez se desempeña como profesor de Derechos Humanos y Derecho Constitucional en el CBC y de Derecho Administrativo Sancionador de la CABA en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.

Coherente con su política de apertura judicial, el Juzgado Nº 10 organizó para el próximo 12 de diciembre un hackathon. "Vamos a poner a disposición nuestros datos dentro de un laboratorio de Justicia Abierta e Innovación del Consejo de la Magistratura de CABA. Es una actividad donde se convoca a personas que vienen del mundo de la informática y se pone a disposición por una cantidad de horas nuestra base de datos", explicó.

El objetivo del hackathon, informó el juez, será brindar la posibilidad de reutilizar toda esa información para darle algún valor agregado. "Nos gustaría, por ejemplo, que nos ayuden a poder automatizar la anonimización que hacemos al publicar las sentencias judiciales", adelantó sobre algunas de las expectativas que tiene el juzgado sobre la jornada.

La cruzada tecnológica que Casas y su equipo vienen impulsando dentro del Poder Judicial no solo ha incentivado a otros juzgados a seguir sus pasos, como el Nº 13 de CABA, sino que también ha sido reconocida y recomendada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), por la Alianza Global de Gobierno Abierto (OGP) y por Joseph Cannataci, Relator Especial sobre Derecho a la Privacidad de las Naciones Unidas.