Finalizó la recepción de pruebas testimoniales en el juicio que se sigue contra Valeria Zarza por supuesto abuso sexual a una joven en su infancia. El juez Javier Araníbar dispuso posponer la declaración de la imputada para el próximo martes, día en que dictará sentencia. Este viernes testimoniaron por videoconferencia el ex novio de la denunciante, una asistente social y una psicóloga. 

La denunciada, Zarza, fue monja de la Congregación Discípulos de Jesús de San Juan Bautista fundada por Agustín Rosa Torino. Ella fue quien denunció a este cura por abuso sexual en la justicia canónica y en la penal en 2016. Rosa Torino no llegó a juicio pese a que tiene otras dos denuncias que se tramitan en la justicia salteña.

Zarza sí llegó a juicio acusada por abuso sexual simple continuado y gravemente ultrajante contra la sobrina del cura amigo de Rosa Torino, Josué Sergio Salas. La ex monja vincula la denuncia en su contra a unarepresalia.

“Es de público conocimiento por qué se armó esta causa y de qué manera se armó. Tengo la tranquilidad de quien escucha un relato que no pertenece a su vida. Ha sido un impacto muy fuerte llegar a juicio. Ojalá todas las mujeres que denuncian sean escuchadas y sus causas lleguen tan rápido a juicio como ha llegado ésta. Estoy esperando y confío en el discernimiento del juez”, sostuvo Zarza a Salta/12.

Según relató, en la justicia canónica hay alrededor de 30 denuncias por abusos sexuales cometidos en la Congregación y dijo que allí también hay acusaciones contra el cura Josué Salas. Sostuvo que las víctimas no lo denunciaron en la justicia ordinaria "porque le tienen pánico". 

Acerca de la sobrina de Salas que la denunció, Zarza manifestó: "no tengo ni bronca ni odio contra esta joven porque ha sido manipulada como nosotros, monjas y monjes, lo hemos sido por 5, 15 o 20 años".

La psicóloga Natalia Pillancar, quien tuvo a su cargo la pericia psicológica realizada en Santa Cruz a la denunciante, especificó que realizó tres entrevistas para pruebas periciales y distintos tests. Dijo que lo primero que manifestó la joven fue el relato de una historia de vida, pero que "se iba por las ramas y no podía seguir un hilo conductor". La chica relató otra situación de abuso por parte de su padrastro "detalladamente", "luego como al pasar lo de la señora Zarza". 

La psicóloga diagnosticó de forma "presuntiva" a la joven con un "trastorno esquizotípico de la personalidad". Describió que éste presenta  ideas autorreferenciales; dificultades para empatizar con otros; creencias con componentes mágicos que son extrañas; interpretación falsa de señales del propio cuerpo. La profesional dijo también que la denunciante presenta alterados los procesos de memoria y pensamiento, que se adapta parcialmente a la realidad y que puede interpretar estímulos de forma distorsionada. Ante la pregunta del fiscal de si la joven pudo haber captado la situación con la monja como abuso pero que no lo haya sido, la psicóloga dijo que sí.  

Pillancar sostuvo que encontró al relato sobre la situación que involucra al padrastro de la joven "afectivamente cargado de mayor intensidad" y que éste es más veraz que el vinculado a Zarza puesto que cuando hizo mención a ella "fue al pasar y desafectivizado". Pero indicó también que los tests realizados arrojan que padece traumas infantiles. 

Entre otras de las características que, dijo, pudo notar en la chica fueron "alto nivel de idealización, tendencia a la fantasía, incoherencias, escape, ocultamiento, exageración, "mucha fabulación a nivel mental", y detalló "fabulación" como "crear historias falsas". También nombró recortes parciales en la percepción y el curso del pensamiento, "puede tener situaciones de confabulación". "En ocasiones puede no responsabilizarse de sus actos, retacear u ocultar información que la ponga como responsable", dijo la psicóloga.

También testimonió el ex novio de la denunciante, Matias Jofré, quien habló del momento en que la joven le contó sobre la situación de abuso. Sostuvo que ambos estaban en la casa de un amigo de ella, recostados en un sillón. Dijo que la ahora denunciante recibió un mensaje en un grupo de whatsapp familiar donde también estaba Josué Salas, quien no tenía mucha participación. Afirmó que en el grupo contaban que en la televisión estaban pasando una nota periodística vinculada a la Iglesia. Según contó, en el video en cuestión aparecía Zarza y ese habría sido el disparador de la denuncia realizada. Jofre dijo que le recomendó a la ex novia que hiciera la denuncia.

Precisó que ella se puso a llorar y que no le quería contar el motivo pero que después lo hizo. Le mencionó que la religiosa la tocaba en sus partes íntimas con el pretexto de higienizarla y que estos hechos le sucedieron entre los 5 y los 8 años de edad, aproximadamente. Dijo que le hacía regalos, generalmente cosas dulces. También dijo que creía recordar que la joven le dijo que se quedaba a dormir en la misma habitación de la casa donde se hospedaba la ex religiosa.

El testigo habló luego acerca del viaje que realizaron a Tucumán, donde residen la abuela y el tío padrino de la víctima (cura de la misma congregación a la que pertenecía Zarza), y desde ahí a Salta, para radicar la denuncia en contra de la ex monja. Precisó que antes de hacer ese trámite se entrevistaron con un abogado. El joven dijo que ella le pagó al letrado, él no lo hizo. "La mamá la ayudaba hasta donde yo sé", expresó. En esa oportunidad, su ex novia denunció a Zarza y a su padrastro por abusos en su niñez.

A Jofré le exhibieron el video de una nota periodística donde salía Zarza, emitido por un noticiero, pero dijo que no era el mismo que él había visto con su ex novia cuando le relató la situación de abuso. 

También declaró la asistente social Ivana Córdoba que elaboró un informe sobre la víctima en diciembre de 2017, quien en ese momento convivía con Jofré. Durante su visita ambos le comentaron que vivían en pareja desde hacía dos años. Manifestaron cómo vivían y cuáles eran sus ingresos. Jofré la puso en conocimiento de que cobraba una pensión por discapacidad y que se mantenían también realizando “changas”. No recuerda que la joven le haya dicho que la madre la ayudaba económicamente. Le dijeron que no tenían contacto con la madre de la denunciante, quien vivía en una localidad ubicada a 30 kilómetros junto a dos hermanos de la damnificada. Ambos estaban cursando el 5 año en un secundario nocturno.