Tras el golpe de estado que obligó a renunciar al presidente Evo Morales, la segunda vicepresidenta de la Cámara de Senadores boliviana, la opositora Jeanine Añez, se autoproclamó presidenta encargada por considerar que su cargo seguía en la línea de suceción. La opositora, que ingresó al Palacio Quemado con la biblia en alto, había llorado al opinar sobre su posible papel. “Si hay acompañamiento de las organizaciones civiles, voy a asumir”, dijo al ser consultada.
Horas después de autoproclamarse presidenta, la funcionaria actualizó su cuenta de Twitter. Subió una foto con la banda presidencial y se autodescribió como "Presidenta Constitucional de Bolivia". También borró infinidad de tuist en los que insultaba y degradaba a los pueblos indígenas y al presidente depuesto Evo Morales.
La senadora, oriunda de la región amazónica de Beni, fue electa en 2010 por el partido Plan Progreso para Bolivia-Convergencia Nacional, principal oposición en ese momento.
Antes, entre 2006 y 2008, se desempeñó como asambleista constituyente para la redacción de la nueva carta constitucional. Fue miembro en la Asamblea Constituyente de la comisión de organización y estructura del nuevo estado.
"Creo que los bolivianos no merecemos esto. Le debemos certidumbre a la gente. Por lo tanto, si hay acompañamiento de las organizaciones civiles yo voy a asumir, pero si se decide otra vía u otro camino también lo voy a aceptar", dijo entre lágrimas la legisladora al ser consultada sobre si asumiría o no el cargo vacante.
Añez confirmó que tras la renuncia del primer vicepresidente del Senado, Rubén Medinacelli, del Movimiento Al Socialismo (MAS), su cargo es el siguiente en el orden de sucesión establecida en la Carta Magna. Esto fue desmentido por los legisladores del MAS que sostuvieron que la Constitución establece que tanto la renuncia de un mandatario como la nueva presidencia deben ser aprobadas por el Congreso.
"Estoy en la segunda Vicepresidencia y en el orden constitucional me correspondería asumir este reto con el único objetivo de llamar a nuevas elecciones", afirmó al ser entrevistada días atrás
Añez insistió en conformar un gobierno de transición para renovar el Tribunal Supremo Electoral y llamar a elecciones, en un plazo de 90 días, según la Constitución. Antes es necesario que el Congreso sesione para "para poner en consideración la renuncia de los primeros mandatarios".