El discurso de apertura de sesiones de Mauricio Macri abundó en curiosas apreciaciones sobre la realidad, que en más de un pasaje chocaron de frente con lo que puede palparse en la vida del ciudadano de a pie. Pero más allá de la economía y lo social, hubo un segmento que dibujó una amplia sonrisa en el rostro de Hernán Lombardi, titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos y hasta produjo otra intervención de los aplaudidores. "Durante años fuimos conducidos a un enfrentamiento permanente, padeciendo persecuciones y un estilo de pensamiento que descalificaba al otro", señaló el Presidente. "Dejamos de hacer de los medios públicos y de los programas culturales herramientas partidarias o ideológicas. Incluso una buena iniciativa como Tecnópolis había sido usada con fines partidarios. Las buenas iniciativas tienen que permanecer. Mantuvimos Tecnópolis, la dotamos de contenidos pluralistas y la llevamos a varias provincias."

El párrafo es al menos llamativo si se tiene en cuenta el proceso de limpieza ideológica puesto en marcha en la TV Pública y en Radio Nacional, donde desfila permanentemente el discurso de "los K se robaron todo", se comparte agenda con los programas partidarios del Grupo Clarín y América y se hace la vista gorda frente a los temas candentes que el macrismo prefiere barrer bajo la alfombra. A mediados de febrero, en la "Radio de Todos" pudo escucharse un extenso reportaje en el que Jaime Durán Barba ensalzó los logros del macrismo, tachó a quienes simpatizan con Cristina Fernández de Kirchner de "fanáticos" y señaló que su jefe no tiene "nada que ver" con el escándalo de la deuda del Correo Argentino. Podrá decirse que no hay tanto daño si se tiene en cuenta que la nueva gestión hundió a la emisora en el fondo de los índices de audiencia, pero no deja de parecer un acto ideológico, la utilización de un medio público como herramienta partidaria del Gobierno. Zamba, el dibujo animado que consiguió el milagro de que los chicos se enamoraran de la historia, de pronto se convirtió en mala palabra. De nada sirvieron los elogios de historiadores o la nominación al Emmy: bastó tacharlo de kirchnerista para que el discurso del odio propalado por los medios afines al Gobierno hiciera el resto. De hecho, todo el Canal Encuentro dejó de estar bajo la órbita del Ministerio de Educación para depender de los designios de Lombardi.

La referencia a Tecnópolis, por otra parte, trae el recuerdo de lo que sucedió en 2016, cuando la primera edición de la feria de ciencia y tecnología bajo el nuevo gobierno fue dotada de "nuevos contenidos" como el pabellón "Club de Estilo", que se promocionaba invitando a "vivir la experiencia de una It Girl, mostrando cómo las mujeres son protagonistas en las redes sociales a través de la belleza, la vida saludable, el humor, la música y los libros". Porque, se sabe, no nay nada menos cool que la ideología.