Actriz, directora y maestra de actores, Irina Alonso asegura que le cuesta encontrar obras que la tienten, ya sea para interpretarlas o para dirigirlas. Es por esto que en muchas oportunidades, además de realizar versiones buscó en la literatura motivos de inspiración para generar espectáculos, como hizo con Sombras sobre vidrio esmerilado, unipersonal sobre el texto de Juan José Saer que aún lleva a escena, a diez años de su estreno. Esta misma disconformidad la impulsó a escribir textos propios. Así fue que concibió León y Sarita, obra que puede verse en el Espacio Callejón de Humahuaca al 3700, interpretada por Martin Bobet , Miranda Di Lorenzo , Facundo Giménez , Valentino Grizutti , Fernando Larrode , Juan Pablo Maicas , Luciana Tato , Juan Trillini y Germán Vitale , bajo la dirección de la misma Alonso.

Hija de los actores Ernesto Bianco e Iris Alonso, hermana de la actriz Ingrid Pelicori, Irina se formó en la actuación desde la adolescencia, con Raúl Serrano y Rubén Szuchmacher, a quien también asistió en sus cursos, tarea que le hizo descubrir su potencial docente. Precisamente pensando en dos de sus alumnos, el año pasado se le ocurrió que podría concebir una obra inspirada en Romeo y Julieta. Pero llevada por el impulso de propia escritura, rápidamente la enemistad entre las familias Montesco y Capuleto encontró en la grieta su versión argentina. Así, en una residencia de la provincia de Buenos Aires, dos hermanos de clase media muy acomodada y de ideas neoliberales reciben las quejas de sus vecinos por una cuestión edilicia a resolver, ellos también de clase media aunque en versión menos rumbosa y de ideario kirchnerista. Y aunque la historia de amor de los hijos de cada familia queda en un segundo plano, es esa alianza la que deja al descubierto el drama de quienes sufren las consecuencias de la contienda.

-¿Cuándo transcurre la acción de esta ficción?

-La acción de la obra transcurre en 2017 y desde ese año los personajes hablan acerca de lo que sucederá en 2019. Ahora, después de conocer los resultados de las elecciones, vemos que el país sigue dividido y que la grieta existe… y seguirá existiendo. La obra habla sobre el monstruo que unos encuentran en los otros, piensen como piensen.

-¿Cómo se tensa la diferencia entre los personajes?

-Con el afán de hacerse oír y ganar la discusión se enfrentan dos bandos: dos hermanos que supieron enriquecerse haciendo negocios con habilidad y un padre y su el hijo que viven al lado. Pero quien resulta perjudicada es la persona que, por estar aislada y sin red de contención, sufre situaciones que la clase media conoce solamente desde lejos, por los medios. Son los que nunca tienen una respuesta, los que sufren una grieta vertical, porque están por debajo de otros que se aprovechan de ellos, piensen de un modo o de otro.

-Finalmente se crea un clima de enorme agresión y a la vez de mucho humor.

-Muchas de las cosas que se dicen las saqué de foros de discusión política. Me sorprendió lo que ahí se escribe. Y eso que usé para el momento de la pelea las frases más elegantes (risas).

-Se podría pensar que la hostilidad no se reduce solamente a lo político.

-Es que hay algo de la incomprensión entre las personas que me hace reflexionar sobre la falta de sensibilidad que hay acerca de lo vincular. Pareciera que no es posible sentir como el otro. Podremos avanzar en lo tecnológico pero no sabemos nada acerca de cómo vincularnos.

-¿Qué teatro te inspiró?

-Obras como las de Florencio Sánchez, donde se ve un mundo masculino, sólido, un mundo de antes. Y partiendo de allí llegué al grotesco. La situación del país me fue llevando hacia allí. Y también la tradición teatral nuestra: creo que el grotesco es uno de los mejores sellos que tiene nuestro teatro. Permite que nos riamos de todo, hasta de cuestiones nada livianas.

*León y Sarita, Espacio Callejón (Humahuaca 3759), domingos 16 hs.