“Una brillante y original reflexión sobre la capacidad del espíritu humano para perseverar en el optimismo y la resiliencia incluso frente a los eventos más traumáticos”. Tales fueron las palabras que dispensó el ilustre jurado de los prestigiosos Prix Pictet, uno de los certámenes más importantes dedicados a la fotografía y la sostenibilidad, al premiar a la artista Joana Choumali (Abiyán, 1974) por su obra Ça va aller (en castellano, “Va a estar todo bien”). Serie de imágenes que la mujer tomó tres semanas después de los ataques terroristas de marzo de 2016 en la zona costera de Grand-Bassam, en Costa de Marfil, interviniendo luego las pics con patrones ornamentados que bordó con significativa intención… “Cada puntada fue un modo de dejar que las emociones se asentaran, y recuperarme. Ha tenido un efecto terapéutico en mí, al modo de una meditación”, asegura la artista sobre el personalísimo modo que halló para –aguja mediante- cerrar profundas heridas…

Y es que, conforme confiesa la mujer en sus 40s, “hasta ese día Bassam era para mí sinónimo de felicidad: una ciudad tranquila y pacífica donde pasé muchas tardes de domingo de niña con mis seres más queridos”. Tras el atentado, sin embargo, “la atmósfera de esta pequeña ciudad cambió por completo. La tristeza estaba en todas partes. La melancolía lo invadió todo”. Acerca del título, Ça va aller, explica la coronada fotógrafa que remite a cierto gesto repetido entre los locales: “La gente no suele discutir sus problemas, y el estrés postraumático es considerado una debilidad. Va a estar todo bien es una expresión que las personas marfileñas usan mucho para dar por terminadas conversaciones que les resultan incómodas, emocionales, dolorosas. Es una manera no darle tanta importancia, pero también tiene su punto de positividad”.

Vale mencionar que el tema de los Prix Pictet de este año era “Esperanza”, y que en ésta, su octava edición, el codiciado galardón fue a parar por primera vez a manos de una persona de origen africano. Un triunfo que -a decir de voces especializadas- marca una ruptura con la tradición del Prix Pictet de distintas maneras: “porque la ganadora es africana, porque es mujer, y porque sus imágenes están signadas por la reflexión y por la delicadeza artesanal, a menudo subestimadas, que contrastan fuertemente con el enfoque documental épico de ganadores anteriores, que en su mayoría han sido hombres”. Por lo demás, la serie de Choumali -que estudió Artes Gráficas en Casablanca y laburó como directora artística para una agencia publicitaria antes de dedicarse a la fotografía de forma independiente- se exhibe por estos días en el Victoria and Albert Museum, en Londres, para exponerse en lo sucesivo en galerías de Tokio, Zúrich, Mónaco, Moscú, Lausana, entre otras ciudades. Más sobre la artista y su obra en www.joanachoumali.com