Si algo le cuesta a Alberto Fernández es delegar. Eso le cuesta críticas de todos sus amigos y, sobre todo, de los distintos equipos de comunicación que trabajan para él. Los que se encargan de sus redes sociales aseguran que durante el día, aunque exige dar el ok a cada una de las piezas, les permite tomar el mando de sus cuentas. Pero la noche es su territorio y vuelva al comando sin intermediarios.

La conmoción que afectó a Twitter la madrugada de este jueves es prueba de ello.

En realidad, todo empezó a última hora del miércoles cuando Alan Paul Casas publicó un tuit festivo:

“¡Me recibí!, soy sociólogo. Lo cuento porque me muero si me saluda Julia Strada (periodista), o Leandro Santoro (diputado de la Ciudad), o bueno, ya Alberto Fernández sería una locura."

Para su sorpresa, no solo le saludaron la periodista y el legislador, sino también el propio presidente electo.

Ese fue el comienzo. Enseguida se viralizó y cientos de usuarios empezaron a pedir su propios deseos y Alberto Fernández se lanzó a responderlos. Decir que fue trending topic es poco.

Los primeros recurrieron al mismo recurso: pedir apoyo presidencial para sus estudios. “Gente me quiero recibir ya, así también me saluda @alferdez”, publicó otro trasnochado. Y enseguida tuvo su recompensa.

Y pronto se hicieron catarata:

Algunos amenazaban con pasar la noche despiertos a fin de conseguir el saludo personalizado.

Otros aprovecharon para exigir medidas de gobierno, como la recomposición de los ministerios jibarizados por el macrismo.

También hubo espacio para el intercambio regional. En particular con dos colombianos residentes en la Argentina.

Otro tuitero se atrevió a poner en duda si era el propio Fernández el que respondía y también tuvo su respuesta.

Y ya que estaban hablando de sus mascotas, no faltó la pregunta sobre el nombre de su nuevo perro.

La ola de amor que despertó semejante trasnoche tuitero amenazaba desbordar, y lo hizo cuando un tal Lucas (remember Cortázar) le confesó que había sido muy crítico de Fernández en el pasado pero que ahora lo bancaba "a muerte".

Una vez enterrada la grieta llegó el turno de los problemas cotidianos.

El ida y vuelta se mantuvo por más de una hora, cuando finalmente Fernández anunció que había llegado el momento de dormir, por lo menos para él.

Lo que desató decenas de respuestas.

Lia129 fue solo una, pero las reacciones emocionadas se repitieron al infinito. Para tener una muestra, solo hace falta asomarse a la cuenta @alferdez.