“Durante mucho tiempo soñamos con la idea de que perfumistas interpretaran grandes obras de grandes artistas. Si existe una interacción visual, ¿por qué no generar también una olfativa?”, arriesgan Victoire de Taillac y Ramdane Touhami, fundadores de la prestigiosa maison L’Officine Universelle Buly, que meses atrás se zambullesen en encantador proyecto con el Museo del Louvre. Un desafío a todas las lúdicas luces: crear aromas inspirados en esculturas o cuadros de la institución, que dio absoluta libertad de acción al dúo en cuestión. Con una salvedad: podían elegir cualquier pieza de sus galerías, excepto La Gioconda, para no caer en elemental obviedad. Para la labor, la dupla fichó entonces a ocho especialistas, prestigiosos perfumistas de Francia, dejando que cada cual eligiese con qué obra trabajar, amén de sumar una nueva dimensión sensorial a lo que, hasta entonces, era mera experiencia visual. Y el resultado fue, por lo menos, variopinto. A saber…

Para evocar a La bañista de Valpinçon, conocida pieza de Ingres, le nez Daniela Andrier creó una fragancia que mixtura neroli y citronela, explicando que su intención -y la de sus colegas- era oficiar de “traductores, capaces de transformar colores, luces y texturas en aromas”. Del dicho al hecho, con la reputada Domitille Michalon-Bertier interpretando otra célebre pintura del artista francés, La gran odalisca, con personalísima fórmula: a base de incienso y pimienta rosa, realzados por intensas notas de almizcle. Otra perfumista, Aliénor Massenet, optó por mirra, bergamota y jazmín amén de “ilustrar” La Victoria de Samotracia, famosísima escultura del período helenístico que -como es sabido- representa a la diosa Niké. Sidonie Lancesseur, por su parte, diseñó una esencia con bayas, verbena y cedro en su aproximación al cuadro San José carpintero, de Georges de la Tour. Mientras otra “nariz”, Dorothée Piot, jugó con menta, bergamota y rosa en su depurado abordaje a Conversation in a Park, pintura del inglés Thomas Gainsborough…

En fin, algunos ejemplos del experto team, mayormente femenino, seleccionado para la delicada tarea, y sus creaciones dispuestas en una efímera tienda del museo. Un pop-up store lookeado al estilo 1800s, dicho sea de paso, que podrán encontrarse hasta el 6 de enero en el interior del Louvre, decantándose quienes tengan unos euritos ahorrados por el perfume, o el cuadro, que más les conmueva, pudiendo optar además por velas, jabones, postales aromatizadas, y así.