El gobierno de Mauricio Macri terminó dinamitando uno de los pocos “brotes verdes” que pudo mostrar en 2017. “El mercado se ha caído a pedazos”, resumió Ricardo Salomé, presidente de Acara, entidad que nuclea a los concesionarios de autos. A causa de la devaluación y de las tasas de interés, los precios de los autos subieron un 80 por ciento en 2018 y un 68 por ciento este año, y hay un nivel de sobrestocks de autos que equivale a casi cinco meses de ventas, lo cual implica un fuerte perjuicio financiero para las empresas. “Las terminales trajeron autos de más desde Brasil, con lo cual se inflaron artificialmente los stocks. Todo lo que vendimos era producción de Brasil”, admitió Rubén Beato, en relación al plan de subsidios a la compra de autos cero kilómetro que el gobierno de Macri implementó antes de las PASO. La semana que viene, toda la cadena automotriz presentará un plan y esperan la asistencia del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. Piden la rebaja de la tasa de interés y reducción de impuestos para estimular las ventas. También una ley para el desguace de autos abandonados.

Las ventas de autos en el mercado interno cerrarán este año en torno a las 435 mil unidades, lo cual implica una caída del 45 por ciento frente a la marca de 2018. “Venimos de dos años tremendamente complejos. Se había pensado un mercado para un millón de autos –según el plan lanzado por el gobierno en marzo de 2017—y quedamos sobreinvertidos y con peligro de subsistencia”, dijo Salomé. Para el año que viene, esperan que las ventas sigan en torno a los niveles actuales. “En 2014, la ex presidenta les dijo a las terminales que el sector costaba 10 mil millones de dólares por año. Creemos que en este contexto no va a haber dólares para la industria automotriz. Por eso pensamos que las ventas no van a despegar tanto de lo que fue este año”, agrega Beato.

En medio del derrumbe del mercado, el gobierno lanzó en junio pasado el plan de estímulo a la compra de vehículos cero kilómetro, por el cual subsidió una parte del precio. Como mencionó este diario en reiteradas oportunidades, ese plan sólo sirvió para movilizar levemente el ingreso de autos importados, sin impacto sobre la producción ni el empleo. “Trajeron autos de más para que nosotros vendiéramos. Por eso se generó un sobrestock. Todo lo que pudimos vender era producción de Brasil”, dijo Beato. Además, criticó que “las terminales hicieron abuso del flex –el coeficiente que regula las importaciones provenientes de Brasil en base a las exportaciones que se dirigen a ese país—y no pagaron las multas”.

Según los datos de Acara, hay un stock acumulado de 121.427 vehículos, lo cual equivale a 4,7 meses de ventas. A nivel de marcas, hay casos extremos como Iveco, que tiene stockeado el equivalente a 17 meses de sus ventas; Honda tiene once meses; Chery tiene 15 meses y BMW, para doce meses de ventas. En términos absolutos, el mayor nivel de stock lo tiene Volkswagen, con 24.707 vehículos, equivalente a 5,8 meses de ventas. “El stock ideal es de dos meses de ventas”, sostienen en Acara. La acumulación de stocks por falta de ventas se debe al fabuloso incremento en los precios de los autos. Subieron un 80 por ciento el año pasado, sobre lo cual se monta un incremento del 68 por ciento en 2019.

Automotrices, autopartistas, el SMATA, la UOM, Acara y Adimra (metalúrgicos) van a presentar la semana que viene un plan estratégico con vistas a que el nuevo gobierno envíe señales de ayuda. Para ese convite, esperan la presencia de Matías Kulfas, flamante ministro de Desarrollo Productivo. “Una de las claves para reactivar el sector es reducir la tasa de interés. No se puede trabajar con estas tasas, porque impiden el crédito al cliente y encarecen las deudas de los concesionarios con las terminales. Se van a presentar medidas de rebaja de impuestos para alentar la inversión productiva”, cuentan desde el autopartismo. Buscarán aplacar el peso de Ingresos Brutos y agilizar la devolución del IVA a la hora de gastos de inversión. También quieren mantener los planes Ahora 12 y Ahora 18 para la compra de motocicletas, que es un mercado que puede reaccionar más rápido es más elástico que el auto a las mejoras salariales. Otra de las iniciativas es impulsar una ley de desguace, para regular la recuperación de las partes de autos abandonados.