La reacción del mercado a la primera conferencia de Martín Guzmán fue de euforia. La brecha entre el dólar oficial y el financiero bajó más de un 4 por ciento. Las acciones marcaron incrementos de más del 7 por ciento y los bonos en moneda extranjera llegaron a anotar una suba de casi el 5. El nuevo ministro de Economía transmitió calma a los mercados pero marcando la hoja de ruta: crecer recuperando bienestar social. La consigna de no emitir en forma imprudente para cuidar la recuperación de los equilibrios macro fue clave para moderar expectativas de devaluación y achicar la brecha cambiaria.

El dólar oficial se ubicó en 63,09 con un leve aumento de 1 centavo. Los tipos de cambio financiero marcaron caídas de casi tres pesos. El dólar bolsa terminó la rueda en 70,16 pesos y el contado con liquidación en 73,34 pesos. El tipo de cambio paralelo bajó 2 pesos para finalizar en 66,50. Las expectativas de devaluación registraron una fuerte caída a partir de las primeras declaraciones de Guzman y permitieron achicar la brecha cambiaria. La diferencia del dólar oficial con el contado con liqui es menor al 16 por ciento.

El anuncio de mantener una política monetaria prudente puede interpretarse de dos formas complementarias. Este diario lo conversó con uno de los investigadores heterodoxos con mayor recorrido académico de la Argentina. El primero es administrar la ansiedad entre los inversores que hace años no cuentan con un programa económico integral. El segundo tiene que ver con la sustentabilidad del plan que se quiere aplicar.

La interpretación de este último punto es sencilla. La posibilidad de recuperar cierto orden financiero –en palabras del investigador, que prefirió mantenerse en el anonimato debido a su cercanía con los nuevos funcionarios- requiere en el mediano y largo plazo empezar a flexibilizar los controles cambiarios. “Esto significa que tener de entrada emisión importante implicaría aumentar el stock de masa monetaria que más adelante podría ser un problema para empezar a moderar el cepo. Se piensa en la consistencia”.

Esto no implica que parte de los desequilibrios fiscales de los próximos meses no puedan ser cubiertos con financiamiento del Banco Central. Los límites para comprar divisas para atesoramiento reducen el impacto en precios de la emisión. Esto se debe a que esos pesos en circulación no impactan en rondas de devaluación en el dólar comercial y por esa vía un efecto aceleración del proceso inflacionario. El punto es que no puede indefinidamente mantenerse el desequilibrio fiscal y financiarlo con emisión.

Letes, bonos y acciones

El mercado no sólo recibió señales con palabras. En la primera jornada completa del nuevo equipo económico se pagó el equivalente a 500 millones de dólares en vencimientos de corto plazo. El 40 por ciento de este monto fueron por Letes en moneda extranjera y el resto se explicó por Letras del Tesoro denominadas en pesos. Los nuevos funcionarios dejaron clara de entrada la voluntad de cumplir con los vencimientos de la deuda.

Los bonos registraron una fuerte recuperación. Se destacó el salto de 4,6 por ciento del Bonar 2024 aunque hubo importantes aumentos en casi todos los títulos públicos. Los de corto plazo como el Bonar 2020 aumentaron un 3,2 por ciento mientras que los de largo plazo como el Par en moneda extranjera lo hicieron al 3,9 por ciento. El riesgo país terminó en 2101 unidades, con un retroceso de 52 puntos. Las acciones también marcaron una importante recuperación. Los bancos fueron algunas de las firmas que más subieron en Nueva York con avances de más del 8 por ciento. Se destacó el avance del 4,3 por ciento de YPF.