La economía de América Latina y el Caribe registrará un débil crecimiento de 0,1 por ciento en 2019 y de 1,3 por ciento en 2020. Así lo advirtió ayer la Cepal. La Argentina cerrará este año con una del peores performance entre los países de la región. La caída del pib será de 3 por ciento. Para el próximo año se estima una baja del 1,4 por ciento.

Las políticas no convencionales del nuevo equipo económico podrían colaborar para revertir esta situación de recesión y potenciar la expansión del mercado interno. La Cepal se mostró a favor de medidas heterodoxas para evitar el ajuste fiscal y reducir la desigualdad.

El macrismo fue un verdadero lastre para la economía argentina. Hubo caída en tres de los cuatro años de gestión y en 2019, el último período del mandato, la caída será las más elevada (estimada en 3 por ciento). Cepal compara la pérdida de pib argentino contra otros países de Latinoamérica que al menos terminan el año en terreno negativo. En Brasil se registrará una suba del 1 por ciento y en Chile de 0,8 por ciento. En el organismo a cargo de Naciones Unidas aseguraron que las tensiones sociales y políticas de la región son un elemento que impacta en el crecimiento tanto de 2019 como del año que viene.

“Ante este escenario la región no aguanta políticas de ajuste y requiere de políticas para estimular el crecimiento y reducir la desigualdad”. Así lo declaró Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, en la presentación del documento. “Las condiciones actuales necesitan que la política fiscal se centre en la reactivación del crecimiento y en responder a las crecientes demandas sociales”, agregó.

La Cepal enfatiza en que una política fiscal activa requiere a mediano y largo plazo una estrategia para garantizar su sostenibilidad en el tiempo. Esto implica que debe estar vinculada con la capacidad de crecimiento y la dinámica de la productividad, junto con el fortalecimiento de la capacidad recaudatoria de los estados.

La Cepal señaló que la "desaceleración generalizada del Producto en América latina alcanzará a 18 de los 20 países de la región en 2019. Desde 2014 hasta 2019 el producto de la región acumulará una caída de 4 por ciento. Se trata del menor crecimiento en las últimas siete décadas”. Esto muestra algunas de las tensiones globales que enfrenta el nuevo equipo económico de la Argentina además de los desequilibrios internos heredados.

El retroceso de la demanda interna, la moderación del comercio mundial y la fragilidad de los mercados financieros internacionales fueron algunos de los principales puntos de presión para la expansión de Latinoamérica. A esto se suman las crecientes demandas sociales y las presiones por reducir la desigualdad e incrementar la inclusión social. Así lo demostraron los estallidos en Ecuador, Chile y Colombia.