El presidente Alberto Fernández tomó exámenes en la Facultad de Derecho, aprobó a todes y se sumergió en la Casa Rosada. Allí la actividad bullía dando retoques finales a proyectos de ley que serán enviados el lunes al Congreso y algunos DNU. Página/12 dialogó con funcionarios de primer nivel que, con el clásico pedido de reserva de identidad, contaron trazos esenciales del proyecto de ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva en el Marco de la Emergencia económica (“Ley de Solidaridad”, en adelante). Y algo de la intensa agenda parlamentaria que impulsará Fernández de acá hasta bien entrado el verano.

El proyecto de nombre inacabable se propone privilegiar a los de abajo y promover un aporte solidario de los que más tienen. Dos anuncios ante la Asamblea Legislativa que ahora toman cuerpo. Poner plata de modo equitativo implica privilegiar a los de menos ingresos. Cumplirán ese objetivo los aumentos de sumas fijas para jubilaciones, Asignación Universal por Hijo, sueldos de estatales y de privados.

El ministro de Trabajo Claudio Moroni y el titular todavía no asumido de la ANSES Alejandro Vanoli, proveyeron simulaciones de los costos a erogar analizando diferentes números posibles.

Claro que, para reparar hay que conseguir recursos. En ese sendero, es esencial revertir la regresiva política fiscal del presidente Mauricio Macri. Que paguen más los que más tienen.

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Qué es la ley de Seguridad Social

Delegar y gravar: Como toda Ley de emergencia, la Solidaria contiene medidas concretas, de aplicación inmediata y delegaciones al Poder Ejecutivo para que tome otras, bajo el paraguas de la aprobación parlamentaria. Dichas delegaciones, es consabido, constituyen los aspectos más cuestionados por las oposiciones de turno aunque (¿o porque?) posibilita el accionar veloz del Presidente ante una crisis que estalla por todos los poros.

Medidas del proyecto

A continuación, se puntean algunas de las medidas que contendrá el proyecto, sujetas a retoques de último momento. Combinan cargas fiscales con incentivos, aún para los más ricos.

· Aumentarán las alícuotas del impuesto a los bienes personales. Las tasas serán más elevadas para los activos de argentinos ubicados en el exterior. El dadivoso blanqueo implementado por Macri proveerá de datos fehacientes que servirán de insumo a los recaudadores. Los contribuyentes evasores (todos) o lavadores (algunos) solo debían identificar sus bienes sin ningún compromiso adicional.

Habrá reducciones o acaso exenciones para quienes repatríen capitales. Podrán acogerse a este beneficio empresarios que confíen en el gobierno, con ansias de invertir. Habrá que ver cómo obra la parentela del ex presidente a quien se extendió ilícitamente la medida o a ex funcionarios que dejaron parte frondosa de su patrimonio en otras comarcas

· Todas, todos y todes descuentan que habrá aumentos pero en las retenciones a exportaciones agropecuarias pero posiblemente no sea súbito. La primera movida, deslizan en Palacio, es actualizar el absurdo tope de cuatro pesos por dólar de gravamen dispuesto en septiembre de 2018. “Indexarlo” por la inflación corrida desde entonces o por el cambio de cotización del dólar será un primer paso. El siguiente se delegaría al Ejecutivo con intención de llevar la alícuota para la actividades agrícolas más rentables hasta el 30 o 35 por ciento. Se contemplarían segmentaciones entre productores de distinta capacidad económica para no incurrir en deslices cometidos en 2008 en el apodado conflicto "con el campo”.

· Se impondrá un tributo a las compras efectuadas con tarjetas de crédito por turistas argentinos en el exterior.

· Se retocarán y restringirán los mecanismos que permiten a las empresas quitar los ajustes por inflación de sus balances. Y de ese modo, dicho en jerga profana por este cronista, eludir lícitamente (elusión) parte del Impuesto a las Ganancias

· La equidad que enarbola el Gobierno también se aplica al universo empresario. Los más grandes tendrán que tributar más mientras se prevén alivios para las Pymes. Planes de facilidades, con quitas y esperas, para deudas fiscales. Y créditos con tasas menos usurarias que las actuales.

La Ley Solidaria no reformará el coeficiente de actualización de jubilaciones legislado en 2017. Es una cuestión compleja que seguirá en estudio en órbita del Ejecutivo.

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El bondi gira en “u”: Fernández metaforiza, ante quien lo pueda oír: "Íbamos en un micro hacia el precipicio, frenamos cambiamos de rumbo, vamos a otro lado. Pero seguimos en el mismo micro, en el desierto. Vamos a dar alivio”. Las ambiciones del presidente son moderadas ante una situación desesperante, con indicadores sociales pavorosos, chirolitas en la caja e intenciones de no abusar de la emisión monetaria. El ministro de Economía Martín Guzmán anunció cautela en ese aspecto. De ahí a emisión cero media una rotunda diferencia, intuye este escriba con más olfato costumbrista que data oficial. El objetivo principal es colocar plata en el bolsillo de los argentinos, reparar a los jubilados y a los pobres.

En paralelo se irán desandando abusos de la CEOcracia que gobernó hasta el 10 de diciembre. Se dejarán sin efecto las abusivas incorporaciones de funcionarios de rangos elevados al sector público, con un paraguas protectorio de cinco años. Una jugada vergonzosa que conocen los empleados públicos de dilatada trayectoria y sueldos más modestos que la comentaron con este cronista ayer en Balcarce 50. Palabras más, palabras menos reversionaban el hit del verano 2018. Cuando empezaba a sonar, el equipazo M denunciaba que la cantaban militantes kirchneristas. No entendían del todo, negaban la realidad sin percatarse de que los coreutas eran ciudadanos de diferentes vertientes políticas que le darían la espalda en las urnas este año.

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Como en el 2002: El proyecto de ley entrará al Congreso la semana que viene lo que implica que podría haber pequeños cambios en lo que anticipa esta nota.

La idea es que tenga media sanción el miércoles. Optimistas de la voluntad y con el porotómetro en mano los funcionarios creen que se conseguirá.

Fernández y sus ministros comenzarán reuniones con los tres gobernadores radicales antes de que termine este año tremendo. Cuentan en quinchos políticos que Macri trina de rabia por esos cónclaves que son pura lógica instrumental. Quienes tienen responsabilidades de gestión manejan criterios distintos a los de aquellos que pasaron al llano. Aserto extensible al jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta quien no espera, precisamente, que Macri sea candidato presidencial de Juntos por el Cambio en 2023.

Las sesiones extraordinarias fueron convocadas hasta el 31 de diciembre. Fernández, informan en su torno, volverá a ampliarlas con otro temario, que abarca la Reforma Judicial anunciada el martes pasado (ver recuadro aparte).

Diputados y senadores se aprontan a trabajar duro y parejo durante enero. Ahora dicen que podrán volver a sus provincias o vacacionar desde el año nuevo hasta el 15 de enero. Desde 2002 no ocurría algo semejante. No es la única semejanza con esos años difíciles.

Entre tanto el Presupuesto 2020 espera en gateras que se encarrilen las negociaciones para reprogramar la deuda con acreedores privados y con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Cauto optimismo al respecto, miden los especialistas.

Los primeros días mostraron a un gobierno bien ejecutivo, circunstancia lógica considerando que muchos de sus cuadros tienen experiencia reciente de gestión. Pocos pensaron que volverían tan pronto pero Macri lo hizo factible. Hubo 2019 y se está trazando un rumbo progresista e inclusivo con sensatez (algunos llaman a eso peronismo del siglo XXI) para 2020.

Ayer daba gusto atravesar la Plaza de Mayo sin vallas que la afeaban y limitaban derechos. El día de la asunción un calor africano azotó Buenos Aires sin disuadir a los manifestantes que protagonizaron una fiesta popular con pocos precedentes. Hasta hubo quien metió las patas en la fuente para bailar. Las jornadas subsiguientes trajeron alivio climático. Días peronistas, con sol y templados. Son puras coincidencias, claro.

Las claves

· El proyecto de Ley Solidaria contiene medidas de implementación inmediata y delegación de facultades parlamentarias al Ejecutivo.

· Se contemplará especialmente a las personas de menos recursos.

· Para procurar recursos habrá suba en las retenciones, cuyas nuevas alícuotas serán fijadas por el presidente.

· Aumentará el impuesto a los Bienes Personales. El gravamen será más elevado para los activos de argentinos en el extranjero. Se prevén reducciones o hasta exenciones para quienes los repatríen.

· Se impondrá un tributo para las compras con tarjetas de crédito realizadas en el exterior.

· Se decidirá una moratoria, con esperas y quitas para las deudas fiscales de las PyMes.

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