Tras el informe publicado en este diario acerca de atletas paralímpicos que por presupuesto se quedaron durante este año sin bono de almuerzo en el CENARD, se desnudó la interna del COPAR (Comité Paralímpico Argentino), intervenido en septiembre. La comisión normalizadora quedó a cargo de Oscar Dro, dirigente de deportes adaptados y convencionales, además de ex tesorero del Consejo Escolar de Quilmes, subsecretario de Deportes de ese municipio y vice de la Federación Argentina de Deportes para Parálisis Cerebral (FADEPAC). Carlos Beto Rodríguez, hasta entonces titular del COPAR, fue acusado de irregularidades administrativas y falta de rendición de cuentas. También de favorecer a la FADESIR (Federación Atlética de Sillas de Ruedas y Amputados), de la que es presidente.

Hubo, en cambio, presupuesto para el almuerzo de los dirigentes de la Agencia de Deporte Nacional. A los atletas con capacidades diferentes tampoco se les permitió almorzar en el comedor del CENARD por una cuestión bromatológica. Como algunos entrenaban a doble turno y no tenían el dinero para pagar alrededor de 300 pesos que cuesta un almuerzo tuvieron que reducir su jornada de entrenamiento para ahorrarse el gasto o comer al aire libre.

Ante Página/12, Rodríguez, quien pidió derecho a réplica, dijo que Oscar Dro y los dirigentes que lo acompañan “hicieron una comisión normalizadora sin quórum”. “Se juntaron cuatro tipos y para tener quórum necesitaban más. Bueno, hicieron una reunión y me suspendieron. Yo no le doy importancia a eso. Ante el ENARD y la Secretaría de Deportes sigo siendo el presidente del COPAR”. Rodríguez criticó las gestiones de Carlos Mac Allister, principalmente, y de Diógenes de Urquiza, en menor medida, por ser las responsables de la realidad de los paralímpicos. Negó, ante la consulta de este diario, que no haya calendario establecido para actividades nacionales e internacionales en 2020, como aseguraron otras fuentes consultadas.

“Presentamos los calendarios para el año que viene. Es mentira que no se hicieron. Tenemos Tokio 2020, un Open en Brasil para el que aún falta la aprobación del ENARD. En natación se pidió para competir en Portugal. Y hay otro Open de natación en el CENARD. El atletismo tiene un calendario muy similar. Está todo presentado. Falta que lo aprueben. Pero como hay cambio de gobierno el ENARD aún no me respondió. Lo mismo con las becas. Por ahí con Diógenes de Urquiza hubo un poco más de soltura, pero con Mac Allister la cosa fue muy dura”.

Rodríguez insistió en la falta de interés por parte de los dirigentes deportivos de más alto rango. Contó que al asumir en el COPAR se debían 40 mil pesos y por su gestión el activo llegó a los 90 mil. “No teníamos ni oficina. Recibía a la gente debajo de un árbol. Después, con apoyo internacional, logramos un montón de cosas”. También afirmó que paga con su tarjeta de crédito muchos gastos que no le corresponden. “Logramos el mejor medallero argentino en Parapanamericanos”, aseguró en defensa de su gestión y cuestionó a Dro porque, dijo, “no es del ambiente. Nunca entrenó a nadie”. Y agregó: “No hay un solo atleta paralímpico en esta comisión. ¿Quién los va a defender, entonces?”.

Rodríguez criticó el poder que consiguió el ENARD y que el deporte paralímpico haya sido el más olvidado por dirigentes “que ya tienen todo cocinado”. También contó que su máxima autoridad, Daniel Jacubovich, le dijo que no había presupuesto para los atletas paralímpicos: “Hicieron canchas de hockey, (pistas) de ciclismo y no compraron una silla (de ruedas)”.

Las trabas para los atletas paralímpicos no son nuevas ni se reducen al almuerzo. Los casos del lanzador de bala Hernán Urra, la velocista en silla de ruedas Lucía Montenegro y el referente en salto en largo Alain Villamarín son apenas algunos. Rodríguez le dijo a Página/12 que sólo se irá cuando se lo indiquen desde la Secretaría de Deportes, insistió en defender su gestión, y no dejó de atacar a Oscar Dro por anteponer sus intereses personales por sobre los de los deportistas. Así, mientras se dirimen las internas, los atletas siguen a la espera de una solución: ellos son los únicos perjudicados.