Desde Mendoza

“Pudimos aportar que no solamente somos una cara bonita. No es habitual: hay una costumbre de que no podríamos meternos en política”, desliza Flor Destéfanis. Una rara avis: primera mujer del PJ mendocino en ser jefa comunal, primera exreina nacional de la Vendimia electa para este cargo y única intendenta mujer de toda la provincia. Con 28 años, la más joven, además. En una charla con Página|12, la flamante funcionaria de Santa Rosa --departamento ubicado en la zona este, de 18 mil habitantes-- analiza el rol de la Comisión Nacional de Reinas de la Vendimia (Corenave) en el conflicto que derivó en el anuncio de la derogación de una ley que habilitaba la minería contaminante.

Fue elegida como reina en 2010, cuando tenía 19 años. Morocha de ojos marrones, dice que la suya es una belleza que no entra en el canon preferido por los mendocinos. Como la vocación política no parecía condecir con la condición de soberana, se volcó a la militancia ni bien terminó su mandato, siempre dentro del peronismo y particularmente en la Juventud Peronista. En las últimas elecciones derrotó a la radical Norma Trigo, quien contaba con el respaldo del aparato de Cambia Mendoza. Es abogada y escribana y fue concejala. Trabajó como asesora de la Legislatura en el bloque del Partido Justicialista y fue directora del Centro de Congresos y Exposiciones de la provincia durante el gobierno kirchnerista de Francisco Pérez. Está casada y tiene una hija de un año y medio. 

Esta semana llamó la atención que la Corenave se expresara con un comunicado que instaba a los departamentos a que no se realizaran las fiestas vendimiales y al gobierno a dar marcha atrás con la reforma que ponía en peligro el agua mendocina. El viernes, cuando el gobernador Rodolfo Suárez anunció por la noche la derogación de la ley 9209, eran siete los departamentos que se habían negado a llevar adelante la celebración: Santa Rosa, Maipú, Lavalle, Tunuyán, San Carlos, La Paz y San Rafael. Estaba incluso en riesgo la realización del evento nacional. Otro hecho que llamó la atención fue que las reinas de mandato cumplido nucleadas en la Comisión hayan sido convocadas al diálogo por el gobernador.

--¿Qué significa para Mendoza esta rebelión de las reinas?

--Sorprendió a todos, a nosotras mismas también. Estamos en una época en la que está en cuestión el rol de la reina, si hay que seguir eligiéndola o no. Es una fiesta que lleva más de 80 años y está muy dentro de nuestra idiosincrasia. Esta fue la oportunidad para poder reivindicarnos. Siempre lo digo: el espacio de la reina puede servir para reivindicar a la mujer, se puede aprovechar su visibilidad para la lucha del pueblo y de las mujeres, y se dio. Fue a través de las reinas juntas y unidas. Fuimos citadas por el gobernador en una instancia de diálogo. Las reinas con todo respeto siguieron en su misma postura: si no había marcha atrás no se hacía la Vendimia. Fue algo que el vecino tomó de manera sumamente positiva.

--No es habitual que las reinas se involucren en temas políticos, ¿no?

--No. Es como que no podemos. Es una costumbre, no podríamos meternos en política. Apenas dejé el reinado yo siempre participé. Como mujer, joven y exreina se hacen pesadas las cosas. Significa una revolución que las reinas se involucren en los temas que se están dando en la sociedad, que se les pida una opinión. Porque en general se las llama en febrero para que opinen de las vendimias departamentales y nada más. Esto es, creo, lo que la gente nos pedía. El gobernador promovió la instancia de diálogo y la nuestra fue la segunda institución intermedia a la que convocó. Hubo críticas, hubo quien dijo que podría haber invitado a los científicos, pero convocó a la Comisión porque estaba haciendo fuerza en el buen sentido. 

--¿Por qué dice que las reinas no podrían meterse en política?

--Cuando estás en el mandato te dan capacitaciones el gobierno provincial y el municipal. Te forman en oratoria y para los medios. No podés dar opiniones que te muestren más cerca de uno u otro. Dependés de los gobiernos y cuesta que puedas políticamente expresarte mientras estás en esta función. Así se ha mantenido en la historia. Creo que más allá de las ideologías, una reina puede levantar la bandera del pueblo. Supuestamente tiene que ser cautelosa y cuidadosa y se mantiene en esa línea, pero en este caso las reinas no han tenido miedo a nada ni nadie y estuvo buenísimo. No hay antecedente. Nos cuesta pensar en suspender la fiesta porque la amamos. Pero pusimos los intereses colectivos por sobre los individuales.

--¿Qué significa ser reina en Mendoza?

--Muchas mendocinas ven en ese espacio muchas oportunidades. Los vecinos quieren seguir eligiendo su reina, aunque no hay que cosificar a la mujer. Todos coleccionan imágenes, la siguen por la tele, en las redes... tenemos que usarlo en el buen sentido. Aprovechar ese espacio en vez de dejarlo de lado. La reina acompaña todos los actos oficiales, las inauguraciones, eventos protocolares, pero ahora se le está dando también un rol social y solidario, a través de programas en conjunto con instituciones. Se viaja con los ministerios promocionando los vinos, la industria, el turismo. Estamos también para promocionar una provincia.

--¿Cómo evalúa el anuncio de la derogación de la ley 9209?

--Con mucha alegría. Esto nos ha enseñado a todos los partidos que tenemos que escuchar y dar explicaciones. Tenemos la total obligación de hacerlo, podemos consultar y convocar a los que nos han elegido. Habla de la humanidad de los políticos. El gobernador pudo reconocer que no tenía consenso social. Consideraba que se lo habían dado a través de las elecciones porque había comentado que iba a llevar adelante las reformas. Pero a la gente no se le había explicado y cuando esto salió a la luz, sobresalió la fuerza de autoconvocarse. No había banderas políticas. Eran vecinos autoconvocados que no bajaban los brazos y día tras día salían a la calle. La actitud de derogar fue la correcta. Hay que garantizar siempre la paz social.

--¿En Santa Rosa cómo se vivió?

--Es un departamento alejado, del interior de la provincia, no relacionado con la actividad minera, pero sin embargo es un pueblo solidario. Se vieron las plazas llenas de asambleistas, que también viajaban a la ciudad de Mendoza con muchísimo esfuerzo. 

--¿Y qué piensa de la actuación del PJ en todo el conflicto?

--En un primer momento se trataba de una ley enviada por el gobernador como prioridad máxima, que contaba con los votos y las mayorías para el quórum. Frente a esto la postura que tomó el PJ fue hacer modificaciones y enriquecerla. Se incorporó, por ejemplo, la policía ambiental y que la actividad pasara a través de los concejos deliberantes. Eran modificaciones valiosas. Pero fue tan efervescente y creciente la posición del pueblo que uno tiene que aprender a rebobinar. Yo estaba a favor de la ley. Tiene que haber un cambio en la matriz productiva de Mendoza. Vivo en un departamento que no tiene fuentes de trabajo fuera de la Municipalidad, es insostenible. Tenemos que cambiar la matriz de la vid, complementarla, tecnificar el riego para hacerlo más eficiente en los cultivos. Nos hemos pronunciado en contra de la posibilidad de la escasez del agua que la ley podía habilitar. Uno de los fundamentos para el desarrollo de la minería es generar trabajo, que no está comprobado que se dé en distintos emprendimientos. Pero creo que hay que buscarle la vuelta a la matriz productiva. Estamos buscando la vuelta con la ganadería y la diversificación de cultivos.

--El presidente del Concejo Deliberante de Godoy Cruz, Fabricio Cuaranta, pidió plebiscitar los “certámenes de belleza” que “cosifican más a la mujer”. ¿Qué piensa?

--Por la función que cumplimos durante el mandato de un año, no es un concurso de belleza. Es una fiesta que comenzó eligiendo cosechadoras que estaban en la viña. Sin embargo, sí creo que hay que cambiar el método de elección: los que votan son seleccionados por sorteo, y eligen por la belleza. Puede terminar votando un turista inglés o un estadounidense. Existe la embajadora de la ganadería elegida por capacidades por un jurado. Creo que hay que hacer modificaciones y si no funcionan plantear bien de fondo la finalidad de tener una reina de la Vendimia.