El ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, se refirió a las consecuencias de las políticas de explotación salvaje del ambiente. Consideró a Trump y Bolsonaro como negacionistas y sostuvo que "hoy no hay lugar para poner en discusión las consecuencias del cambio climático".

-Si el cambio climático es un problema global, ¿qué actividades se pueden promover y ejecutar desde Argentina?

-Efectivamente el cambio climático es un problema global como consecuencia de las emisiones producidas por las economías sustentadas sobre las energías fósiles y las emisiones de carbono que afectan la capa de ozono. Eso produce, obviamente, situaciones acuciantes donde nuestro planeta empieza a mostrar síntomas: las zonas secas cada vez más secas, las zonas inundables cada vez más inundables; eventos climáticos muy fuertes como huracanes, inundaciones, sequías, problemas con el suelo. En Argentina tenemos algunos de estos problemas y para modificar esta situación son necesarias políticas públicas, pero no solamente; necesitamos una sociedad concientizada al respecto, si no va a ser muy difícil. Es más, yo diría que tenemos un conjunto de políticas públicas, pero a veces lo que falla es la implementación. Y me parece que vamos a poder avanzar en ese sentido si lo hacemos en conjunto con la sociedad y, sobre todo, con los sectores más concientizados que son los jóvenes, que son los que más fuerza tienen en esta discusión.

-¿Qué políticas piensan promover en este sentido?

-Nosotros tenemos el Gabinete de Cambio Climático, hay una Secretaria de Cambio Climático, hay leyes de presupuestos mínimos, está el principio de progresividad, que establece que no se puede retroceder en materia de protección ambiental. Lo que tenemos que hacer es descarbonizar esta matriz económica, emitir menos. Esto implica hacer un pasaje gradual hacia las energías renovables. Obviamente significa un cambio cultural que es clave en materia de hábitos de consumo, que todos nos comprometemos a hacer la separación en origen, el tratamiento de residuos pero, principalmente, el aspecto central son las emisiones, es por ahí que hay que abordar el problema.

-¿Qué piensa respecto de aquellas posiciones negacionistas y tan controvertidas como las de Donald Trump y Jair Bolsonaro al respecto?

-Es el reflejo de una matriz de pensamiento. Eso se corresponde con la voracidad por las ganancias, las utilidades, la voracidad del capitalismo inhumano. Me parece que lo que hay que poner sobre la mesa en la discusión es que esa voracidad te lleva a ganar hoy y mañana vas a dejar de ganar porque no vas a tener recursos para poder explotar. Entonces lo que hay que hacer es cuidar y hacer sostenibles esos recursos, esos bienes ambientales, esos bienes naturales, para que no se agoten como está sucediendo en este tiempo. Doy dos ejemplos: zonas agropecuarias que dejaron de tener utilidad por la desertificación y zonas que tenían valor turístico y ya no los tienen porque son zonas inundables, todo eso genera el cambio climático. El caso más claro es lo que está sucediendo en estos días en Australia. Creo que hay un conjunto de personas que piensan de esa manera, como Bolsonaro o Trump, y se esconden atrás del negacionismo de las consecuencias del cambio climático, aunque la ciencia, la conciencia social y hasta el sentido común contradicen a ese negacionismo. Hoy no hay lugar para poner en discusión las consecuencias del cambio climático.