Hay algo compulsivo y acelerado que se transmite desde el primer momento. Los personajes no pueden parar de hablar y la palabra es una acción sobre el otro, tan avasallante como desaprensiva.

En ParaAnormales los cinco personajes que inician la obra no logran quedarse quietos. Necesitan contar una película o relatar con exasperación el robo de un celular. Todo en ellxs desemboca en una cantidad de información, de excusas, de diálogos cruzados donde la atención esquiva el tema que lxs reúne.

Olga, la dueña de casa y directora del colegio al que asisten los hijos de las dos parejas que se acercan bajo los códigos de una amistad, de una confianza que nunca deja de parecer falsa, es una psicóloga social que intenta mostrarse equilibrada, abierta, portadora de los recursos que llevarán a tomar la decisión más democrática y saludable.

Pero lo cierto es que los padres y madres del 4º B ya resolvieron el supuesto conflicto. Quieren echar del colegio privado a Franco, un chico de nueve años con síndrome de Asperger que, según ellxs, es el causante de todos los desórdenes que atraviesan a sus hijos, el responsable de que la vida en el aula no sea tan ideal como imaginan.

El texto de Matías del Federico y Daniel Veronese indaga en esa exacerbación, en la satisfacción que lleva a los padres y madres a festejar descaradamente el ser capaces de tomar en grupo una resolución tan consensuada como extirpar a un niño del colegio donde tiene amigxs que lo quieren. De hecho Olga, el personaje que interpreta Paola Barrientos, describe la situación como un sacrificio y no tiene demasiados pudores en insinuar que esta medida se parece bastante a una muerte simbólica.

ParaAnormales no se aleja del formato comercial, aunque en las manos de Veronese esta obra tendrá el ritmo de una comedia desatada y la perfección al momento de dirigir a un grupo de actores y actrices que funcionan con una sincronicidad admirable. El material busca interpelar a lxs espectadorxs que podrán asistir a la sala del Multiteatro, una clase social similar a los personajes ficcionales, que se autopercibe progresista, que es exageradamente sensible con el uso de las palabras y rechaza con intransigencia cualquier signo de agresividad en el lenguaje pero que no duda al aliarse para defender su arquetipo de normalidad. Veronese demuestra entre risas cómo las conductas de ese sector social, que no hace más que adaptarse y cuidar sus privilegios, pueden crear nuevas formas de fascismo.

Cuando llega Verónica, la joven mamá de Franco interpretada por Laura Cymer, estos personajes tendrán que justificar su conducta. Allí surge, desde la dramaturgia, una discusión sobre las nociones de empatía y solidaridad. Estas personas sólo son capaces de entender los hechos, sufrir o comprender el drama del otro si atraviesan la misma situación, lo que implica una limitación total en relación al momento de analizar el entorno. Su mundo es solamente lo que les ha tocado en suerte, la realidad de lxs otrxs es algo que miran sin que lxs involucre y sólo entienden el mal que provocan si, en un experimento de la fortuna, alcanzan a sufrirlo.

Barrientos funciona como una figura que atrae la atención de manera inevitable. Si bien su personaje es el que sustenta y legitima las determinaciones del resto, la actriz hace de la comedia un lugar en el que puede también pensar a su personaje desde el detalle y brindar sus complejidades como una materia a cuestionar. Todo el elenco de Paranormales construye a sus criaturas desde una noción de humanidad, como un procedimiento que los defiende de esa fuerza desalmada que los habita y que opera como el sustento invisible de una felicidad ordenada.

ParaAnormales se presenta de miércoles a domingos a las 20.30, y sábados a las 22. 45 en Multiteatro. Avda. Corrientes 1283. CABA.