En los cuatro años de la gestión de Mauricio Macri en la presidencia, y de Lino Barañao en Ciencia y Tecnología, se vio degradada la posibilidad del CONICET de contar con recursos formados.

En Salta y Jujuy el fenómeno de la falta de formación de recursos se reflejó en la poca demanda de investigadores para las convocatorias a las becas del CONICET, indicó Marcos Vaira, director del Centro Científico Tecnológico Salta - Jujuy que nuclea los 9 Institutos de investigación de doble dependencia de CONICET y las Universidades Nacionales de Salta y Jujuy.

“Todos los años había anualmente entre 150 y 170 candidatos” para obtener las becas. Sin embargo, en los últimos años (cuando el monto de becas disminuyó), “no se presentaban más de 120 postulantes en la región", dijo Vaira a Salta/12.

En esa lectura, que implicó una baja de la demanda en un 25%, es que estimó que muchos de los posibles investigadores prefirieron optar por becas en su formación fuera del país.

Según los anuncios del titular del Ministerio de Ciencia y Tecnología, Roberto Salvarezza, el gobierno nacional aplicará un aumento progresivo de más de 15 mil pesos para becarias y becarios del CONICET, cifra que en junio elevará a 45.430 pesos el monto de las becas doctorales (hoy es de 29.817 pesos) y a 54.833 pesos las postdoctorales (en la actualidad cobran 36.752 pesos).

“Cuando se pierde un proyecto que no se queda (investigando en el país), se pierden cinco años de trabajo”, dijo Vaira. Ello en tanto una beca doctoral se otorga por ese lapso. En el quinquenio se espera contar con un recurso humano que podrá perfeccionarse por dos años más con el postdoctorado. Pero si no se lo retiene en el país, el recurso (que ya vino formado por la educación local), se termina perdiendo.

También eso puede ocurrir si el investigador no tiene alternativa laboral estable. La única fuente para ello es el llamado “ingreso a carrera” en el CONICET.

Desde 2016, con la gestión del gobierno macrista, el número de ingresos se limitó a 450 por año. En 2015 habían ingresado 900 investigadores en carrera. 

Con los anuncios de incrementos en las becas, la convocatoria de este año será para 600 ingresos a la carrera. Vaira manifestó su expectativa de que con los años, ese número pueda crecer. 

“La proporción de investigadores argentinos es de 3,04 por cada mil personas de la Población Económicamente Activa (PEA)”, dijo. A su entender “un escenario ideal proponía acercarse en 2020 a 5 investigadores por cada mil. La gestión anterior congeló esa progresión”.

Vaira destacó además que otra política positiva suspendida fue el incentivo de líneas de subsidios a empresas que invertían en investigación. Esta política permitía al sector empresarial convertirse en otra alternativa de desarrollo para el investigador.

También durante los cuatro años macristas se recortó el presupuesto de instituciones estatales que se servían de los investigadores para continuar desarrollando conocimiento, como el INTA o el INTI.

Ante esta realidad el investigador tenía pocas alternativas para continuar su carrera: entrar al CONICET a trabajar dentro de la estructura, o ejercer la docencia en la Universidad. Para Vaira, es necesario que esta realidad se revierta.