Su nombre se hizo conocido durante el Mundial sub 20 del año pasado. Nueve goles en la aplastante victoria por 12-0 de Noruega sobre Honduras lo llevaron directo a todos les resúmenes deportivos del mundo. Su estreno en la Champions League, con un triplete para el Red Bull Salzburgo ante el Genk belga, lo colocó en el radar de los grandes clubes de Europa. Y su debut de este sábado en el Borussia Dortmund con otro hat-trick en 20 minutos lo puso en las portadas de todos los medios del mundo. Con 19 años, el noruego Erling Braut Haaland es la nueva sensación del fútbol europeo. 

Cuando Florian Niederlechner anotó el 3-1 para el Augsburgo en el minuto 55, el suizo Lucien Favre se decidió por mandar al campo al nuevo fichaje, en reemplazo del lateral polaco Lukasz Piszczek. Y tres minutos más tarde, Haaland justificó la decisión con un zurdazo cruzado para marcar el descuento. Luego el inglés Jadon Sancho, la otra perla del Dortmund, anotó el empate y le cedió al noruego una asistencia para el 4-3. A los 79, Haaland completó su estreno soñado con una larga corrida y toque de zurda ante la salida del arquero Tomas Koubek. 5-3 y asunto resuelto para que el Dortmund siga en carrera en la pelea por la Bundesliga.



El nuevo prodigio, nacido en Leeds en 2000 cuando su padre Alf-Inge Haaland jugaba para el actual equipo de Marcelo Bielsa, comenzó a llamar la atención en el Molde, donde fue fichado por Ole Gunnar Solksjaer, el ahora entrenador del Manchester United. Tras destacarse en ese equipo y las selecciones juveniles noruegas, el Salzburgo lo contrató a principios de 2018, aunque todavía estaba verde: apenas jugó cinco partidos, con un gol, en esa primera mitad del año.

Sin embargo, tras la explosión en el Mundial sub 20, Haaland no paró de meter goles. En la Liga austríaca y en la Champions, donde además del triplete al Genk logró otros cinco goles en la fase de grupo, con tres al Napoli, otro al Liverpool y el restante en la revancha ante los belgas. Entre todas las competiciones consiguió 28 goles en 22 partidos. La pulseada por su pase la ganó el Borussia Dortmund, que el 29 de diciembre del año pasado lo anunció hasta 2024 a cambio de 21 millones de euros.

Zurdo, aunque le pega con las dos piernas, y alto (1,94 metros), Haaland se destaca por su capacidad de definición, ya que es capaz de resolver con un solo toque de balón, como lo hizo en primer gol, o de cabeza, gracias a su estatura. "Desde Lewandowski que no teníamos un delantero así", elogió Marco Reus, símbolo del club. Por su origen escandinavo, otros lo llaman "el nuevo Ibrahimovic", aunque el astro del Milan es bastante más técnico con el balón que el joven noruego. 

Sin embargo, tiene algo del sueco en su relación con la prensa. "Me siento muy bien", respondió cuando le preguntaron como se sentía ser el jugador más joven en marcar tres goles en la Champions. "¿Algo más?", insistió el periodista. "Me preguntaste como me sentía", reaccionó el goleador, que se caracteriza por respuestas monosilábicas y tiene como frases de cabecera como "seguro", "eso espero" o "sin comentarios" para responder a los cronistas televisivos. 

Y bien podría ser de Zlatan una frase que le dijo a un diario noruego, sobre lo que hace con los balones que se lleva a su casa cuando anota tres goles en un partido: "Las pelotas de los hat-tricks se acuestan en mi cama y yo duermo bien con ellas. Tengo cinco en Salzburgo, son mis novias". Tras el duelo de este sábado, la cuenta del Borussia en Twitter ironizó con aquella declaración: "Con sólo tres semanas en Dortmund, este muchacho ya encontró una nueva novia", con una foto de Haaland con el balón que se llevó a su casa por sus tres goles ante el Augsburgo.

¿Otra curiosidad? Menos de diez segundos le alcanzaron para saludar a los hinchas y decir que quería disfrutar de haber firmado con un gran club en la presentación oficial con su nueva camiseta. Allí escribió sus deseos para 2020: estudiar alemán, hacer más goles, disfrutar del muro amarillo (la famosa tribuna del Borussia), ganar el clásico ante el Schalke y preguntar sobre la camiseta negra del equipo, justo la que usó este sábado.

A pesar de su juventud, Haaland sabe convivir con las presiones del mundo del fútbol, ya que su padre fue jugador profesional, con una trayectoria que incluyó pasos con buen suceso por el Nottingham Forest, el Leeds y el cierre de su carrera en el Manchester City, con una polémica que perdura a pesar de los años: En 2001, una dura patada del irlandés Roy Keane en un clásico ante el Manchester United frustró la carrera de Haaland padre a los 31 años, que después de ese cruce nunca más jugó un partido como titular. 

Lejos de arrepentirse, Keane confesó en su autobiografía que le había pegado la brutal patada a propósito y que había esperado para golpearlo por un hecho ocurrido cuatro años antes en un Leeds-United, cuando Haaland lo acusó de simular una infracción en una jugada en la que el irlandés terminó con una rotura de ligamentos. 

Por ese motivo, el escandinavo le inició una demanda, pero en el juicio Keane resultó absuelto. Ante el juez, el noruego admitió que su retiro se debió a molestias en su rodilla izquierda y la plancha de Keane fue sobre la derecha, más allá de que Haaland aseguró que aquel golpe le provocó molestias en ambos sitios, de los que nunca se terminó de recuperar. Ahora su hijo está en camino a brindarle una revancha.