Por una vez, el delito de amenazas no quedaría impune. En un fallo unánime, los jueces de la sala 7 de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional confirmaron el procesamiento de una mujer que, a través de una red social, amenazó de muerte a Vilma Ripoll (MST en el FIT-Unidad) luego de que la dirigente de izquierda participara de una marcha contra la concesión de prisión domiciliaria al represor Miguel Etchecolatz, el 7 de enero de 2018 en Mar del Plata. “Esta mujer podrá añorar a la dictadura pero eso no le da derecho a cometer el delito de amenazarme a mí ni a nadie por opinar que los genocidas merecen cadena perpetua y en cárcel común. La condena también debe servir de ejemplo a otros personajes de igual calaña que se sienten habilitados por los discursos militaristas de este gobierno, como los que días atrás amenazaron de muerte a mi compañero Alejandro Bodart”, señaló Ripoll a Página12. El caso ahora va a juicio oral y público.

La abogada Alejandra Giordano (CADHU), que patrocina a Ripoll, sostuvo que “el mensaje ‘dejate de romper las pelotas o querés una bomba en tu casita’ más la imagen de un comando armado son una clara amenaza y la IP es de la computadora de la imputada. Por eso es falaz el argumento de su defensa oficial de que ‘pudo no ser ella la autora’ y que ‘en todo caso fue una opinión ideológica’.” En diálogo con este diario, Ripoll recordó que cuando fue amenazada habían acudido a la Policía Científica, que a su vez consultó a Facebook porque si no no había forma de saber quién había sido. "Es una mujer de Mendoza, la Justicia allanó la casa y avanzó la causa, fue procesada y embargada en 30 mil pesos, apelaron y ahora vamos al juicio definitivo", explicó la candidata a senadora del FIT-U.

La sentencia en primera instancia había sido dictada por la jueza Paula Cortea, y los camaristas de la sala 7 de la Cámara en lo Criminal y Correccional la avalaron al verificar que, a pesar de la negativa de la imputada "la publicación en la página de Facebook de Vilma Ana Ripoll habría partido de una usuaria registrada bajo el perfil Edith Taride". La misma empresa verificó que la dirección de correo electrónico indicada en el registro contiene datos que se relacionan con la persona de Taride, como el año de su nacimiento. Finalmente, según informó Telefónica de Argentina, algunas de las direcciones IP informadas por Facebook fueron asignadas también a Taride. La defensa de la mujer intentó esgrimir que se trató de "la expresión de una opinión política e ideológica", pero los camaristas entendieron que la frase "dejate de romper las pelotas o querés una bomba en tu casita" junto a la imagen de un soldado que apunta con un arma de fuego, contiene una alusión claramente intimidatoria.

"La damnificada declaró que tal intimidación fue recibida al día siguiente de haber participado en una manifestación de protesta para que no se concediera la prisión domiciliaria de Miguel Etchecolatz, por lo que puede presumirse, como lo hizo la denunciante, que tuvo la finalidad de que no efectuara declaraciones públicas como las que había realizado", dijeron los jueces Mariano Scotto, Juan Esteban Cicciaro y Mauro Divito. El reclamo de prisión efectiva para los represores condenados por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura sigue siendo sostenido con vehemencia por los organismos de derechos humanos, a pesar de que el Poder Judicial es cada vez más propenso a concederles tan beneficio. Según la ley, puede acceder al mismo los mayores de 70 años que padezcan de una enfermedad terminal.

Las amenazas e intimidaciones --cuya pena va de uno a cinco años de prisión-- son moneda corriente para los y las militantes y dirigentes políticos y sociales, sobre todo de la izquierda y el campo popular, y en un alto porcentaje cuando son denunciadas las investigaciones no llevan hacia ningún resultado. El caso Ripoll podría encaminarse a ser la excepción.

En tanto, la imputada mantiene activa y pública su cuenta, donde pueden verse imágenes similares a las que utilizó para amenazar a la dirigente de izquierda.