Este martes se realizó la cuarta y última jornada de reconocimientos en el marco de la causa que investiga el asesinato de Fernando Báez Sosa. De ella participó el testigo “clave” que el lunes había declarado para brindar detalles del momento del crimen. El joven de 21 años confirmó a Máximo Thomsen como responsable directo de la muerte e identificó a siete de los diez rugbiers con “gran precisión y memoria”, según aseguró Fernando Burlando, abogado de la familia de la víctima. A su vez, el testigo logró ubicar a cada uno de ellos según el rol ocupado en el hecho. Otros dos testigos reconocieron a a otros dos rugbiers, con lo que son nueve los reconocimientos positivos. Este miércoles los diez acusados serán trasladados al penal de Dolores, mientras se espera que la fiscal dictamine su prisión preventiva.

En el cierre de los reconocimientos, Juan Pedro Guarino fue señalado por dos testigos como parte del grupo que estaba en la calle al momento del ataque a Fernando. Este testimonio contradice la versión de la madre de Guarino, que dijo días atrás que su hijo “no estaba en el lugar de los hechos”. Además, uno de estos dos testigos reconoció además a Blas Conalli como quien “golpeó Fernando a la calle antes de que se cayera”.

“Para nosotros está todo terminado”, así se expresó Burlando en rueda de prensa al finalizar la última jornada de reconocimiento de los diez acusados por el crimen de Báez Sosa. Según el abogado, las precisiones brindadas por el que llamó “testigo clave” acumulan la suficiente prueba para incriminar a “siete de los diez acusados”. “El lunes generó una descripción muy precisa y hoy la corroboró en la rueda de reconocimiento”, detalló Burlando acerca de los datos brindados. Durante la jornada, se sumaron otros dos testigos que reconocieron a dos rugbiers más, por lo que en total son nueve los identificados. Solo uno de los acusados  no fue reconocido hasta el momento.

El testigo "clave" es un joven de 21 años que asistió al boliche esa noche y que, al salir, se encontró con el ataque a Báez. Hasta el momento es el único de los testigos sin relación directa con la víctima ni con su grupo de amigos. Según fuentes judiciales, el joven confirmó lo que durante las otras jornadas habían indicado los demás testimonios: que Máximo Thomsen fue el responsable de asestar las patadas en la cabeza que terminaron por matar a Báez, cuando ya estaba inconsciente. A su vez, agregó que Thomsen era el líder del grupo y señaló a otros tres integrantes como atacantes del joven: Enzo Comelli, Ciro Pertossi y Luciano Pertossi. Los restantes tres de los siete rugbiers que refirió Burlando habrían golpeaba al amigo de la víctima mientras intentaba defenderlo, al tiempo que arengaban a Thomsen para que terminara de asesinarlo. Entre otras cosas, el testigo ratificó que Thomsen le gritaba a la víctima "levantate, negro de mierda". Consultado por el móvil del crimen, Burlando aseguró: "no descarto la discriminación, hubo términos racistas en los insultos y la ley lo prevé como agravante".

Con las ruedas de reconocimiento ya finalizadas, los acusados serán trasladados este miércoles a la Unidad Penitenciaria Nº 6 de Dolores. Los rugbiers serán alojados en un sector separado del resto de la población carcelaria para resguardar su seguridad, luego de que en las últimas horas en las redes sociales se viralizaran videos de presos que amenazaban con una supuesta justicia por mano propia. La fiscal Verónica Zamboni tiene hasta el 18 de febrero para dictar la prisión preventiva de los acusados, de confirmarse, los rugbiers serán trasladados del penal de Dolores. Teniendo en cuenta las pruebas, es casi un hecho que la prisión preventiva será dictada, sin embargo, resta saber si caerá sobre los diez acusados o solo sobre los nueve señalados de forma directa. En este sentido, Burlando aseguró que "como querella, queremos que solo los que participaron de la golpiza estén en prisión preventiva, a la familia de Fernando no le interesa tener personas inocentes en prisión".

Por otro lado, los peritos ya pudieron desbloquear los diez celulares que comenzaron a investigarse el lunes. Los datos serán importantes para determinar si los acusados premeditaron la emboscada sobre la víctima. Sin embargo, el proceso de retirar la información de los teléfonos podría ser lento, sobre todo en seis de ellos, de marca iPhone, que cuentan con sistema operativo IOS, de código difícil de desencriptar. Entre esos seis, se encuentra el smartphone de Thomsen, el principal acusado. Según los investigadores, antes del viernes podría haber novedades al respecto. A su vez, se analiza el teléfono de Pablo Ventura quien, al finalizar la rueda de reconocimiento, regresó a Zárate junto a su padre, luego de vivir lo que describió como “una pesadilla de película”. Su abogado aseguró que “Pablo está autorizado a volverse” y seguirá “a disposición de la fiscalía para lo necesario”.