La nueva estructura del Ministerio de Salud Pública de Salta salió simplificada. “Achicada”, calificaron algunos gremialistas que la ven con un poco de recelo pues temen que la reorganización implique la pérdida de puestos dentro de la cartera sanitaria.

Pero la mayor advertencia ya se había señalado desde antes cuando referentes originarios se enteraron de que el Programa de Relaciones Interculturales podía desaparecer de la estructura. Otra Secretaría que se quitó y que se encontraba en la anterior estructura fue la de Nutrición y Alimentación Saludable.

Para las comunidades que vienen trabajando en una Red de Salud Intercultural, el Programa de Relaciones Interculturales, que se sostenía con el trabajo de dos personas, representaba la “piedra basal” de un proyecto necesario y más ambicioso. Esa fue la definición del referente de la Unión de Pueblos la Nación Pueblo Diaguita (UPND) y el Encuentro Nacional de Organizaciones Territoriales de Pueblos Originarios (ENOTPO), David Pastrana. Se mostró preocupado por la decisión ya plasmada con la publicación del decreto N° 124 el jueves que pasó.

La secretaria de Salud Mental y Adicciones de la provincia, Irma Silva, afirmó ante Salta/12 que quienes estaban dentro del programa van a quedar bajo la órbita de la dependencia a su cargo. Aunque reconoció que aún no se tiene definida la denominación de esta nueva dependencia, dijo que se va a articular lo necesario para continuar con lo que se venía planteando. “Lo importante es que no se pierdan los trabajos”, dijo.

Bienestar Animal

Llamó la atención que dentro de la estructura ingrese “Bienestar Animal” en directa dependencia de la figura del Ministro de Salud. Pese a que se pidió explicaciones, que en principio se derivaron a la titular de Desarrollo Organizacional, Celina Caro, la respuesta fue que “la estructura está en el Boletín Oficial y es lo que está vigente”.

Bienestar Animal es una dependencia que se trasladó desde el municipio de Salta Capital a la Gobernación con el traspaso de cargos de intendente a gobernador de Gustavo Sáenz. De hecho, uno de los principales caballitos de campaña del actual gobernador fue el Hospital de Mascotas, defendido a capa y espada por los proteccionistas de animales. Esas asociaciones salieron a organizarse para erradicar los carros a caballo que manejaban muchas familias de ingresos económicos más bajos de la capital salteña.

Conocedores de la organización del Estado provincial afirmaron que “nunca” había estado Bienestar Animal en la estructura del Ministerio de Salud. En los archivos de los decretos gubernamentales se encuentran rastros del programa de Zoonosis pero en la Secretaría de Ambiente, que depende del Ministerio de Producción y Desarrollo Sustentable.

Veterinarios que trabajan en el Hospital de Mascotas entendieron que la incorporación de la dependencia en el Ministerio de Salud es importante. Para ellos, desde allí se pueden tratar las enfermedades que transmiten los animales. Entre ellas, la rabia, o la enfermedad de las garrapatas.

Sin embargo, otros conocedores de la administración pública provincial entendieron que la dependencia no debería incorporarse en la estructura de Salud.

Un Programa con 8 años

El Programa de Relaciones Interculturales apareció dentro de la estructura de Salud en 2012 como una figura en dependencia de la Atención Primaria de Salud (APS). A su vez, la APS dependía de la Subsecretaría de Medicina Social enmarcada en la Secretaría de Servicios de Salud.

Desde el Programa se capacitaba a los agentes de la salud en conceptos de interculturalidad con el fin de acercar a pacientes de las comunidades originarias con los efectores sanitarios. Solo dos personas formaban parte del Programa y, según contó el mismo Pastrana, recorrían distintas dependencias sanitarias parar lograr el cometido.

Este fue el primer paso para luego contar con programas interculturales en los hospitales de referencia de la provincia, como el San Bernardo o el Materno Infantil, ubicados en Salta Capital.

En el espacio físico del Programa, que funcionaba en un sector del viejo Hospital de Niños (hoy Centro de Salud de la Madre y el Niño), se daban cita los referentes comunitarios. Allí debatieron las ideas para cumplir con acciones concretas enmarcadas en la ley N° 7856, que crea la Red de Apoyo Sanitario Intercultural e Interinstitucional para Pueblos Originarios, sancionada en 2014, pero que el ex gobernador Juan Manuel Urtubey dejó sin reglamentar. Con las acciones, dijo el referente indígena, se logró contar con algunas camas en albergues de los Hospitales de Tartagal y Orán, que suelen ser los primeros que contactan con las comunidades. En muchos casos, si los pacientes del pueblo wichí llegan a hacerse atender es porque la condición de salud es muy crítica con todo lo que ello conlleva para la familia.

Sin una política pública

En su análisis, Pastrana indicó que la expectativa con el cambio de gestión a nivel provincial era poder continuar con las acciones y lograr un sistema de Salud Intercultural. Se venía logrando con una construcción colectiva entre comunidades y algunos agentes de Salud.

“Había que aportar y avanzar. Pero este Gobierno hizo todo lo contrario. En lugar de acompañar y fortalecer lo que faltaba, vino a desfinanciar”, dijo el referente. Agregó como ejemplos de esa desjerarquización y desfinanciamiento el haber eliminado los Ministerios de Asuntos Indígenas y de Primera Infancia. Entendió que mientras el gobierno de Sáenz solo busca fondos a nivel nacional poco se sabe qué sucederá cuando los recursos se acaben: “¿Qué nos va a quedar como política pública hacia una Salud Intercultural?”, dejó como incógnita.

Para la foto

Por otro lado, la ministra de Salud Pública, Josefina Medrano, se sacó una foto con el rector de la Universidad Nacional de Salta (UNSa), Víctor Claros. Según el comunicado oficial de ese encuentro, “ambos plantearon la necesidad de un trabajo mancomunado con perspectiva intercultural, que favorezca la aproximación de los equipos que desarrollan tareas socio comunitarias y sanitarias en la zona, considerando sobre todo las comunidades wichí”.

Se informó que se acordó relevar el recurso humano ya instalado en los territorios y sumar a egresados y estudiantes de los últimos años de las carreras de Enfermería, Nutrición y Antropología, que manifiesten su deseo de participar en el apoyo y fortalecimiento de las tareas que se realizan en terreno.

Con una mirada a futuro, se planteó la posibilidad de sumar a los próximos egresados de la carrera de Medicina y diseñar sus rotaciones por esas localidades.

También coincidieron en la necesidad de dejar capacidad instalada en la región. El rector de la UNSa puso a disposición las sedes de la Universidad que funcionan en ciudades del interior, para que sus egresados puedan desarrollarse como profesionales en sus lugares de origen.