¿Quién quedará a cargo del juzgado que ocupaba en Comodoro Py el fallecido juez Claudio Bonadio? La semana pasada, apenas se reanudó la actividad en tribunales, un sorteo definió que el despacho sería subrogado hasta fin de febrero por Sebastián Casanello. Sin embargo no está en el ánimo de la Cámara Federal que sea este juez quien quede al mando. El primero en plantear sus reparos fue el presiente del tribunal, Martín Irurzun, pero todo indica que sus pares lo acompañan. Las razones alegadas son formales. Las subyacentes indican que reina inquietud por las causas que quedaron pendientes y, en especial, qué material aparecerá si se hace un relevamiento. Entre algunas de las causas más calientes que tramitaba bonadio, además de la de los cuadernos y sus desprendimientos, un expediente de los más escandalosos de los últimos tiempos es el de la llamada “Operación Puf” y otro es el de lavado de dinero vinculado con la cuenta en Nueva York que tenía Alberto Nisman.

Casanello comenzó a subrogar el juzgado federal 11 en febrero porque Bonadio había pedido licencia por un mes. Estaba con cuidados paliativos debido al tumor de cerebro que padecía. Lo que debatieron los camaristas (Irurzun, Leopoldo Bruglia, Mariano Llorens y Pablo Bertuzzi) es si corresponde o no que Casanello complete esa subrogancia que suplía una licencia. El planteo formal es que la situación cambió porque ya no se trata de una licencia sino de una vacancia, que se rige por otra ley. Lo que pactaron los jueces aunque aún no lo firmaron, es que harán un nuevo sorteo que designe a un juez o jueza que se haga cargo del juzgado en cuestión posiblemente hasta que se haga el concurso. De acá a algo más de un mes podrían ser al menos tres las vacantes en los tribunales de Retiro. Ya está libre el juzgado 12 que dejó Sergio Torres, y habrá otro lugar si finalmente Daniel Rafecas asume como procurador.

En tribunales el razonamiento que plantea la Cámara es considerado válido, pero nadie se olvida que Casanello fue cuestionado y señalado con insistencia por Irurzun cuando se negaba a citar a indagatoria a Cristina Fernández de Kirchner en la causa por lavado contra Lázaro Báez y sus hijos. Y más memorable es aún que a Casanello le había tocado en el sorteo informático la causa por la muerte de Nisman, pero el sistema (que se operaba desde la Cámara Federal) se trabó un segundo después de adjudicarle el caso, que fue nuevamente sorteado y le tocó al juez Julián Ercolini, quien condujo la investigación a un fallo que decía que al fiscal lo mataron, inspirado en un peritaje de la Gendarmería, pero no dijo ni cómo ni quien fue el autor.

La mayor de las intrigas en Comodoro Py es qué habrá en los expedientes que dejó Bonadio y en qué estado está su juzgado, posible tarea a encarar por un/a subrogante. De las causas derivadas del de las fotocopias de los cuadernos queda poco (parte de la pesquisa que involucra a la viuda de Daniel Muñoz, fallecido secretario de Néstor Kirchner, a quienes les encontraron bienes en Estados Unidos); también hay un tramo de la causa sobre supuestas irregularidades en la importación de Gas Natural Licuado (GNL). Pero entre las causas más resonantes y polémicas en pleno trámite figura la llamada “Operación Puf”, un caso armado en base a una presentación de Elisa Carrió que aludía a un anónimo con escuchas tomadas a detenidos en el penal de Ezeiza, de las que la dirigente deducía la existencia de un complot de ex funcionarios presos para debilitar el caso cuadernos. El increíble planteo era que los detenidos estaban relacionados con el surgimiento de la causa sobre espionaje que tramita en Dolores, y que tiene procesado, entre otros, al fiscal federal Carlos Stornelli, y también complicaba al propio Bonadio. Este se había puesto a analizar tomando como válidas todas las escuchas, que se habían originado en una investigación por narcotráfico donde se escucharon pabellones enteros de Ezeiza. La causa pasó por seis fiscales. El último, Franco Picardi, no logró que Bonadio le diera acceso a las pruebas. Otra caso clave es la investigación por lavado vinculada con la cuenta de Nisman en el Banco Merrill Lynch en Nueva York con 600.000 dólares, a la que tenían acceso su hermana Sandra, su madre, Sara Garfunkel y Diego Lagomarsino. Pero también se debían investigar sus costosas propiedades en Uruguay, movimientos de dinero desde el país vecino y negocios en Argentina. La propia Cámara reprendió a Bonadio a fin de 2019 por tener el asunto cajoneado. Es un tema que podría revelar la verdadera situación patrimonial del fiscal.

Así las cosas, todo indica que la semana próxima el juzgado11 cambiaría de subrogante según lo que acordó la Cámara.