Los estados de Washington, Oregon, Minnesota y Nueva York anunciaron ayer que se unirán a Hawai para judicializar y tratar de suspender el nuevo veto migratorio firmado por el presidente Donald Trump para prohibir el ingreso al país de refugiados y ciudadanos de seis países de mayoría musulmana.

El nuevo veto migratorio suspende durante 120 días el programa de acogida a refugiados y durante 90 la entrada de ciudadanos de Irán, Somalia, Sudán, Siria, Yemen y Libia, al considerar que presentan riesgo por terrorismo. “Es mi deber, es mi responsabilidad actuar y no nos vamos a dejar intimidar por amenazas del gobierno federal”, dijo ayer en una rueda de prensa el fiscal general de Washington, Bob Ferguson. Ese estado, acompañado por el estado de Minesota, consiguió bloquear el primer veto migratorio de Trump, proclamado el 27 de enero pasado y contra el que falló la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito, con sede en San Francisco, California.

Por el momento, hay cuatro estados (Washington, Oregón, Nueva York y Minnesota) que anunciaron que se unirán a Hawai en la pelea contra Trump, aunque los fiscales generales de estos estados –todos ellos gobernados por demócratas– no comentaron si otras entidades locales se unirán a la demanda.

En una rueda de prensa, el fiscal general de Washington aseguró que su petición se dirigirá al juez del distrito oeste del Washington, James Robart, y buscará que se extienda en el tiempo la suspensión que ya dictó el magistrado el pasado 3 de febrero contra la primera orden ejecutiva de Trump. Por su parte, el fiscal general de Nueva York, Eric T. Schneiderman, anunció en un comunicado que él y la fiscal general de Minnesota, Lori Swanson, se unirán a la demanda que interpondrá el fiscal de Washington en una corte de este estado de la costa oeste de Estados Unidos. “La última orden ejecutiva del presidente Trump es una prohibición musulmana con otro nombre”, consideró ayer Schneidermam.

El estado de Hawai se convirtió este miércoles en el primero en interponer una demanda contra el nuevo veto de Trump, que entrará en vigor el próximo 16 de marzo. Los abogados de Hawai, estado controlado por los demócratas, interpusieron su recurso ante un tribunal federal en Honolulu. Por tanto, cuando Washington, Oregón, Minnesota y Nueva York interpongan sus demandas, el veto de Trump se enfrentará a dos procesos judiciales paralelos: uno en Honolulu (Hawai) y otro en Seattle, donde tiene su sede la corte del distrito oeste de Washington. “Nada ha cambiado en el fondo: la prohibición generalizada de ingresar (a Estados Unidos) desde países de mayoría musulmana (menos uno) persiste”, declaró el fiscal general de Hawai, Doug Chin.

En este contexto, centenares de personas se manifestaron ayer en Nueva York en una protesta para apoyar a un activista que defiende los derechos de los inmigrantes, Ravi Ragbir, quien fue amenazado con ser deportado de Estados Unidos. 

Trump asumió el cargo el 20 de enero pasado, tras haber prometido que iba a deportar gran parte de los 11 millones de inmigrantes ilegales que residen en Estados Unidos. Una de sus primeras medidas fue lanzar un decreto migratorio que prohibía el ingreso por 120 días de los ciudadanos de los mismos seis países incluidos actualmente más Irak. Mientras tanto congelaba el programa de admisión de refugiados por 90 días, aunque para el caso de los refugiados sirios la restricción era por tiempo indefinido. Ese decreto anterior fue la primera medida polémica de la Casa Blanca en su arremetida para restringir la inmigración, y vedaba el acceso a ciudadanos de siete países de mayoría musulmana. Los demócratas desataron una tempestad judicial contra ese decreto, desde los estados que controlan, contra el veto, que forzó a Trump a reemplazarlo por uno nuevo.