El programa de empleabilidad y promoción de los Derechos Humanos para la inserción laboral de las personas trans se puso en marcha en enero del año pasado, pero desde el último cambio de gestión municipal, aún no hay una persona responsable que lo maneje. Además, no se sabe bajo que órbita del Ejecutivo municipal quedará.

La subsecretaria del Área de la Mujer de la capital salteña, Gabriela Gaspar, dijo a Salta/12 que “actualmente se está armando un área específica” en donde se incluya al programa. Anteriormente, dependía de la Dirección General del Área de la Mujer perteneciente a la Secretaria de Desarrollo Social. Cuando asumió como intendenta Bettina Romero la Dirección paso a ser la Subsecretaría actual, pero nunca se especificó si el programa quedará ahí. 

“No depende de mí”, aclaró Gaspar. “En principio estaba bajo nuestra orbita” pero con el cambio de rango esto dejó de ser así. Sin embargo, la subsecretaria explicó que se está acompañando desde su cúpula en la terminalidad de estudios para las personas trans que están inscriptas al programa.

En este sentido, la ordenanza 15475 dispone acciones vinculadas al acompañamiento y fortalecimiento en la terminalidad educativa y en la gestión de empleo para personas trans de la capital salteña. 

En tanto, Carla Champicien, la responsable de ejecutar el programa en 2019, contó a este medio que “la problemática es mucho más grande” cuando se habla de la comunidad trans. Sostuvo que “un programa no va a resolver la situación, pero dejarlo de lado no es lo correcto”.

Además, destacó que en este gobierno municipal nuevamente no se contempló un área de la diversidad. En su momento, el entonces intendente Miguel Isa, creó un área que estuvo a cargo de la reconocida militante, Victoria Liendro. Pero en la gestión de Gustavo Sáenz el área fue directamente eliminada y esta situación se mantiene con el gobierno de Bettina Romero.

“Lo primero que se hizo fue sacar el área de la diversidad”, lamentó Champicien. Sin embargo, sostuvo que la ordenanza que implementa el programa simboliza “las luchas que realizaron las compañeras y compañeros”. “Fue la lucha de la diversidad”, advirtió. El programa se obtuvo luego de que se negara el proyecto que trataba el cupo laboral trans para la ciudad.

“Me parece que hoy tienen que dar respuestas a las necesidades de las compañeras de la comunidad trans”, declaró. “Es necesario, que a siete años de la ley de identidad de género se generen y promuevan políticas públicas que apunten al abordaje de la no discriminación por orientación sexual e identidad de género”, afirmó.

Agregó que “a partir de la experiencia en los talleres realizados ratificamos que es necesario acompañar y fortalecer las trayectorias educativas libres de discriminación y violencias”. 

A 7 años de la ley de identidad de género

El funcionamiento del programa inició con un relevamiento e inscripción de 50 personas de la comunidad trans en la ciudad. También hubo13 casos “en los que se brindó asistencia y acompañamiento, pero no quisieron ser registrados en la base de datos”, sostuvo Champicien.

Del relevamiento se destacó que 13 personas tienen entre 17 a 21 años, 15 poseen entre 22 a 30 años, 8 personas tienen entre 31 a 40 años, 5 entre 41 a 50 años y 9 personas “de las que no tenemos esa información”. “Cabe destacar que estas encuestas fueron realizadas sin presupuesto alguno y sin personal afectado al programa de empleo”, relató.

En este sentido, consideró que, desde la ley de Identidad de género, “las generaciones trans más jóvenes (entre 17 a 30 años) aspiran a tener una buena calidad de vida y proyección de futuro. Es decir, mayor inclusión y acceso a la educación, a la salud integral, al trabajo real, a la vida social y a los espacios públicos según lo manifestaron en las encuesta”.

“Esas estadísticas nos marcan que la comunidad trans está preparada, pero hay una sociedad que lejos de ver la capacidad, juzga por la identidad de género”, continuó, “ahí hay que trabajar”, afirmó.

Champicien explicó que el acompañamiento para que las personas terminen los estudios, se articuló con el Banco Municipal de Becas de la ciudad de Salta donde accedieron cinco personas. Y en el caso de que existan puestos vacantes dentro de la municipalidad, sean consideradas las personas que integran el programa.

Actualmente, son cinco los expedientes que están en el Centro Cívico Municipal, “dos de compañeras trans y tres de compañeros trans” y “se tuvo que pedir el pronto despacho de los expedientes para puedan seguir su curso”, aclaró. “Es importante destacar que hay dos personas con estudios terciarios completos y una graduada de la Universidad Nacional de Salta”, declaró.

Sin voluntad política para la diversidad

Champicien sostuvo que, durante todo el desarrollo del programa en el 2019, “nunca hubo voluntad política” para una efectiva implementación. La dependencia directa venía desde Secretaría de Desarrollo Social, pero a su titular, Guadalupe Colque, “nunca le interesó la problemática”, expresó.

Relató que el programa “no tenía personal”. “Estaba yo y una voluntaria de la universidad de Salta a quien, tuve que pagarle el sueldo”, manifestó. En referencia al presupuesto designado para el funcionamiento, la ex directora del programa sostuvo que “se destinó presupuesto, pero nunca llegó y se ejecutó para otras cosas”

Además, afirmó que “todo lo que se pudo hacer en materia de respuesta a las demandas fue por medio de articulación con Provincia o el municipio”. “Fue todo a pulmón”, añadió. En este punto, hizo referencia al alcance de las 50 personas relevadas en el programa. “Fueron 50, pero obviamente hay muchas más en la Capital. El alcance que tuvimos fue ese, porque fue un trabajo a hormiga”, alertó.

Dentro de los casos relevados se encontraron situaciones de vulneración de derechos en donde se decidió trabajar de forma articulada con el Programa de asistencia a la víctima. “Desde ahí se contó con un equipo interdisciplinario de psicóloga, abogada y asistente social para dar respuesta a las demandas y problemáticas que llegaban al programa de empleo”, informó.

Detalló que “a pesar de no ser el trabajo específico del programa se dio respuesta a las necesidades y demandas urgentes de integrantes del comunidad trans que acudieron por ayuda económica, beneficios sociales gratuitos de la municipalidad, remedios, entre otras cosas”.

También, dijo que se trabajó en los barrios de Salta. Específicamente en el barrio Juan Pablo II en donde a partir del dictado de cursos de peluquería, se llegó a abordar y concientizar sobre la expulsión temprana de las niñez y adolescencia de sus hogares por expresar su identidad de género.

Además, “se pudo detectar situaciones de violencias de género que muchas mujeres viven y naturalizan, y en ese sentido se articuló con el Área de la mujer para que se realicen talleres semanales sobre la violencia de género”, relató. 

En otras actividades se articuló con el Museo de la Universidad Nacional de Salta, el centro cultural Martínez Borelli, el museo de la Casa Hernández y el instituto Redfel.