El pesimismo financiero a nivel internacional empieza a acelerarse. Las principales bolsas de Estados Unidos bajaron por sexto día consecutivo y acumulan pérdidas cercanas al 9 por ciento. El miedo de los inversores globales es que el contagio del coronavirus fuera de China se masifique, provocando un parate de la economía mundial. En la Argentina el clima externo suma presiones a la compleja situación financiera. El riesgo país se acercó este jueves a los 2200 puntos y las acciones cayeron hasta 5 por ciento. La Bolsa porteña bajó 2,8 por ciento en su principal indicador. La posible desaceleración de Brasil y la caída de la soja son los principales puntos de presión.

“La situación afuera empieza a generar importantes luces de alarma. El S&P norteamericano viene marcando importantes caídas hace varios días y preocupa el desabastecimiento en distintas cadenas de producción. Cuando se cierran las fábricas de China en definitiva estás cerrando las fábricas del mundo”, dijo a este diario José Ignacio Bano, de InvertirOnline. Indicó que las consecuencias en las próximas semanas son impredecibles.

Empresas como Apple perdieron en lo que va de febrero casi 10 por ciento de capitalización bursátil. Las tecnológicas no son las únicas afectadas. Las acciones vinculadas al negocio del turismo también se están derrumbando. La cadena de hoteles Marriot perdió 25 por ciento de su valor. Las cadenas de crucero replican estas pérdidas.

“Hay que ver cuál será la respuesta de los grandes bancos centrales. Por ahora Christine Lagarde en Europa dijo que no iba a actuar. Se empieza a hablar que la Reserva Federal de Estados Unidos podría bajar la tasa este año y son cada vez más los economistas que adelantan una crisis. El principal problema es que no se conoce cuánto tiempo durará la epidemia”, dijo Bano. Agregó que “en medio de esta incertidumbre, los inversores salen a comprar oro, bonos del Tesoro de Estados Unidos u monedas fuertes”.

El clima financiero internacional impacta en la Argentina a través de distintos frentes. El primero es que se prevén problemas para la economía brasileña (principal socio comercial del país). Los analistas aseguran que con un crecimiento de China limitado, habrá menos exportaciones de los grandes conglomerados industriales como Vale y Petrobras. Las acciones de ambas empresas bajaron fuerte esta semana, alcanzando picos de caída este miércoles. Las aerolíneas brasileñas como Gol también se derrumbaron: Gol perdió 15 por ciento de su valor.

El segundo frente de tensiones tiene que ver con los bonos. La incertidumbre global hace que los inversores empiecen a desprenderse de los activos de riesgo y provoca un flujo de capitales desde las economías emergentes hacia las desarrolladas. Los títulos públicos argentinos resultan afectados por esta lógica y el riesgo país alcanzó este jueves los 2187 puntos (con una suba de 78 unidades). Los bonos de corto plazo como el Bonar 2020 marcaron una merma del 2,1 por ciento y los de largo plazo como el Centenario lo hicieron al 2,2.

El dólar terminó este jueves en 64,03 pesos y marcó una baja de 6 centavos. El mayorista cerró en 62,14 pesos y volvió a subir 5 centavos. Los tipos de cambio financieros terminaron con leves bajas para cotizar en 79,56 pesos (dólar bolsa) y 80,56 (contado con liquidación). En el Banco Central hace algunas semanas empezaron a dejar correr la cotización del tipo de cambio mayorista para evitar expectativas de apreciación.

Los analistas aseguraron que la autoridad monetaria maneja la divisa en forma coordinada para establecer los valores que considera razonables para el buen desempeño del mercado interno. Fernando Izzo, de ABC Mercado de Cambios, comentó que “a pesar de los inconvenientes de los mercados mundiales financieros y cambiarios, el dólar mayorista en el mercado local se mueve en la banda diaria que fija el BCRA”.