La presencia del presidente Alberto Fernández el jueves pasado en Rosario, constituye un hito en el combate contra el delito y la narcociminalidad. El discurso de  Fernández en el acto de conmemoración del 27 de febrero de 1812 , al pie del Monumento a la Bandera, no tuvo la épica de la gesta belgraniana, pero sí un tono fundacional que el propio Jefe de Estado se encargó de hacer notar. Flanquedado por el gobernador Omar Perotti y el intendente Pablo Javkin, Fernández hizo una descripción elocuente del estado de la fuerzas policiales y el Poder Judicial. "Sé lo que es la policía" y "sé lo que es la justicia", vociferó Fernández mientras sus acompañantes aplaudían. Y luego de eso, fijó el 20 de junio como del plazo máximo en el que ya se habrá hecho notar el aporte de la nación al combate contra la inseguridad y el narcotráfico.   "Los rosarinos va a tener muchas respuestas del gobierno nacional al problema de la inseguridad", anunció.

Minutos antes de subir al escenario, el Presidente había recibido a los familiares de Carlos Orellano, el joven de 23 años cuyo cadáver apareció flotando en el Paraná a pocos metros de donde se hizo el acto, en lo que aparece como otro caso de criminalidad policial. "Sabía que retrasaba esto, pero ellos me necesitaban más que ustedes", explicó Fernandez al comenzar su discurso, visiblemente conmocionado por la reunión de minutos antes, y el contexto de violencia descontrolada que al día de hoy eleva a 45 el número de muertos en la ciudad.

"El Presidente venía decidido a formular este discurso, y seguramente lo afectó el relato de los padres de Orellano, pero ya sabíamos que ese sería el tono de sus palabras", dijo a este cronista una alta fuente del gobierno provincial que evaluó la palabra presidencial como un "aval expreso a la política de seguridad" que a la luz de los números expuestos resulta difícil considerar efectiva, sino mejor en proceso, que se inició con una purga policial de altos y medianos mandos, presupuesto necesario para encaminar la solución, tal como lo ha expresado en más de una oportunidad el ministro de Seguridad, Marcelo Sain, de alta exposición mediática, cosa que ha comenzado a preocupar en la Casa Gris, sobre todo después de las desafortunadas declaraciones en Crónica TV del fin de semana largo cuando dijo, entre sonrisas: "Vine a Buenos Aires a descansar, si me quedo allá me cagan a tiros". Tras levantar una ola de críticas generalizadas, decidió redoblar la apuesta y sostuvo: "Se creen que lo que digo es joda y no es serio. Son los que siempre han puesto la basura debajo de la alfombra que hoy se empieza a ver. No han corrido riesgo personales porque pactaron con la mafia policial y la política", apuntando a lo que llamó el gobierno "socialista-radical", y ratificando que "los que se visten de inteligentes pero militan en la mediocridad no quieren discutir el contenido de la nota porque no están a la altura". 

A partir de allí Sain se llamó a silencio, ya que las críticas no provinieron únicamente de "los que se visten de inteligentes" sino de la Asociación Civil de Vecinos, Familiares y Víctimas de la Inseguridad -por citar un colectivo representativo- salvo que para el funcionario eso sea militar en la mediocridad.

Al tiempo que Sain y sus declaraciones ocupaban espacio en los medios -no unicamente provinciales- otros ministros de Perotti intentaban tejer un acuerdo con la oposición para obtener el apoyo a la "emergencia" que naufragó en el primer intento en la Cámara de Diputados y con la que empecinadamente insiste el gobierno, como si se tratara de una llave maestra que abra las puertas de Santa Fe. No estaba sencillo, pero se iba encaminandado; dividir las diferentes áreas y tratar por separado cada "emergencia", entre ellas, primordialmente la de Seguridad. Como en el juego de "El Estanciero", después de las últimas declaraciones de Sain, "se retrocede tres casilleros" para no utilizar algo mas de la jerga de los juegos como es el "game over" que le anticiparon en la reunion del viernes al presidente del PJ, el diputado Ricardo Olivera -otro constructor de consensos- las autoridades del Partido Socialista, el diputado Enrique Estevez y el exministro Rubén Galassi. Ya la postergación del tratamiento para el 11 de marzo por parte de los senadores de la UCR había marcado un punto de difícil retorno entre gobierno y oposición.

Dead line

Uno de los temas centrales de campaña fue el de la seguridad. "Ahora paz y orden", rezaban las gigantografías de Perotti con gesto mesurado.

El otro: la educación, y allí el ahora gobernador remarcaba aquello de que "vamos a ir casa por casa para que todos los chicos estén en la escuela".

Ayer, la democrática y multitudinaria asamblea de AMSAFE , con la participación de 37 mil maestros (ver nota de tapa) votó el no incicio del ciclo lectivo, y paro de 48 horas cada una de las dos primera semanas de clase.

Perotti explicó la propuesta salarial a partir de la situación de las arcas provinciales y volvió sobre la necesidad de contar con más recursos. La contundencia de la respuesta sindical está dada no solo por la raquítica mejora que supone en sus ingresos la propuesta del gobierno sino por la sensación de estar "pagando los platos rotos" de una disputa entre el oficialismo y la oposición por las cuentas públicas, que arrancó mal barajada a partir de la extemporánea aprobación del Presupuesto 2020 a instancias de Miguel Lifschitz, quien ahora decidió no dar notas ni hacer declaraciones y "balconear" una situación de la cual es al menos particípe necesario, y que tuvo su primer muestra en el pago fuera de término de los salarios a los trajadores estatales.

"Es lo que podemos pagar (a los maestros)", resumió Perotti, y en dos semanas esa declaración será "desmentida" por los hechos cuando se haga una oferta suuperadora.

Pero la fecha límite no está dada por el inicio del ciclo lectivo ni siquiera por el tratamiento de la ley de emergencia. La "dead line" es el día de la Bandera.

"El 20 de junio todos los rosarinos tienen que venir a este Monumento, y todos los santafesinos a Rosario", bramó el Presidente , asumiento un compromiso inédito y explícito en el combate contra el delito. "Los que tienen que tener miedo son los delincuentes", arengó Fernández levantando la vara a una altura que los rosarinos merecen y anhelan. 

Para eso habrá que producir reformas estructurales en los sectores involucrados en el combate contra el crimen organizado. La acordada de la Corte Suprema de Santa Fe por la cual la justicia provincial puede intevenir en casos de lavado de dinero -narcotrafico- es una buena señal. Otra son los movimientos que han comenzado a obervarse en los tribunales federales de bulevard Oroño y calle Entre Ríos, incluso en funcionarios judiciales que aun no tienen la edad de jubilarse, pero actuaron estos años como si ya lo hubieran hecho.

 

Aun con la incertidumbre de la negociación con el FMI y los acreedores externos, con conflictos en ciernes  -retenciones, jubilaciones de privilegio, despenalización del aborto- y un horizonte en el que la movilización popular va a jugar un papel preponderante, fue el Presidente el que convocó expresamente a la primera, y será en Rosario. Para ese día, espera un Monumento lleno y con resultados alentadores. No con los problemas resueltos, pero con la esperanza tranformándose en certezas, y Cristina Fernández de Kirchner en el Día de la Bandera.