Tres días después de reconocer, al pie del Monumento a la Bandera, el problema de violencia e inseguridad que padece Rosario, el presidente Alberto Fernández aprovechó el discurso inaugural de las sesiones del Congreso para brindar una serie de anuncios  para Santa Fe. El jefe del Ejecutivo posó la mira en el accionar de la Justicia federal y confió que apostará a su “fortalecimiento” en Rosario y Santa Fe “especialmente”, donde “el crimen organizado ha logrado desarrollarse a través del narcotráfico”. En ese sentido, se comprometió a aumentar la “actuación” de jueces y fiscales “en la zona” de las dos ciudades más grandes de la provincia. A la vez, anunció la creación de una nueva sala y una Secretaría de Narcotráfico en el ámbito de la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario. El gobernador Perotti, presente en la Asamblea Legislativa, celebró los anuncios.

No sólo eso. Bajo la atenta mirada de diputados, senadores, dirigentes y militantes, Fernández adelantó que, para fortalecer el Ministerio Público Fiscal y la aplicación rápida del Nuevo Código Procesal Penal (Rosario será el tercer distrito judicial del país donde se implementará), reforzará la creación de nuevos "cargos auxiliares fiscales y asistentes fiscales" bajo la órbita de un fiscal coordinador de distrito. Al mismo tiempo, propondrá la creación de un juzgado federal, una fiscalía y una defensoría federal en la ciudad de San Lorenzo, que también va a estar orientada a la investigación de la trata de personas, el lavado de dinero y el narcotráfico. “La política de seguridad interior no puede estar marcada por una mirada centralista, la naturaleza del delito recorre múltiples factores, muchas veces ignorado desde la capital”, defendió el presidente, que suele definirse como “el más federal de los porteños”.

En el medio de los anuncios se permitió el análisis de la política de seguridad del macrismo. En ese sentido, destacó: “El objetivo que había sido enunciado de reducir el narcotráfico fue más retorico que efectivo. Los operativos crecieron, el narcomenudeo se expandió y la cantidad de drogas secuestrada bajó”. Pero, ahora, bajo su mando, se orientará a las fuerzas de seguridad federales a la “destrucción de las grandes redes criminales”, para lo cual se fortalecerá la inteligencia e investigación de delitos federales como el narcotráfico y organizaciones delictivas. “La lucha contra el narcotráfico, el crimen organizado y violento no es un show mediático, sino un compromiso estructural, sustentable y permanente para mi gobierno, que apunte a las raíces profundas de la impunidad”, apuntó Fernández.

Parte de lo anunciado por el presidente fue lo que charló con el gobernador Omar Perotti, en un encuentro que mantuvieron en la Casa Rosada a mediados de enero. Escoltado por su mano derecha, el senador nacional Roberto Mirabella, y el diputado provincial Leandro Busatto, el rafaelino le pidió a Fernández en dicha ocasión que implemente en la provincia el Código Procesal Penal Federal, que comenzó a regir en Salta y Jujuy a mediados del año pasado. De este modo, el titular de la Casa Gris puso el tema sobre la mesa presidencial y demandó la creación de más fiscalías federales con el fin de acelerar las investigaciones vinculadas al narcotráfico y conseguir una resolución, a priori, más rápida de las causas.

Perotti, en tanto, siguió el discurso desde la segunda fila del sector destinado a los gobernadores, detrás del bonaerense Axel Kicillof, el chubutense Mariano Arcioni y el cordobés Juan Schiaretti. A la salida del Congreso, el rafaelino hizo medios y celebró los anuncios del presidente. “No me cabe duda que esa presencia federal nueva, con fiscales, con salas, con cámaras, con juzgados, nos va a dar una posibilidad cierta y concreta de un accionar mucho más duro contra el delito”, ponderó y, luego, cuando lo apuraron sobre plazos, eligió ser prudente y declaró: “Nunca vamos a prometer un tiempo puntual, lo que vamos a prometer es un cambio de mirada y una política en seguridad muy diferente, claramente conduciendo a la policía. Lo que se ha ido estructurando en más de doce años no se desarma de la noche a la mañana”.

A la vez, aprovechó la ocasión para pegarle al Frente Progresista y recordar que, cuando le tocó gobernar las últimas tres gestiones, “el Estado (fue) retirándose de lugares donde nunca debió hacerlo”. Eso permitió, para Perotti, el crecimiento de un delito “que fue organizándose cada vez más, con mucho poderío, no sólo en el armamento y avance territorial, sino también con poder económico. Esto es lo que hay que enfrentar en estos momentos, muchos años de consolidación de esa estructura delictiva y un Estado que siempre ha ido detrás”.