En el área de Educación, el presidente Alberto Fernández definió como prioridades de su gestión equiparar las posibilidades de acceso a las aulas de los niños y adolescentes que quedan en desventaja por razones de pobreza. Habló de la escolarización temprana para “romper las desigualdades de cuna con que ingresan al colegio chicos y chicas”, de crear para los jóvenes con mayores dificultades económicas un secundario de jornada extendida que los contenga, ampliando así sus oportunidades de permanencia y formación. Y de de garantizar que cada adolescente vuelva a tener sus libros y una computadora. Anunció, en otro orden, la intención de impulsar modificaciones en el nivel universitario con una nueva ley, sin adelantos, más allá de la aclaración de que no entrará en debate la gratuidad ni y el ingreso irrestricto.

El discurso incluyó una mención a que este lunes comenzarán las clases “normalmente en casi todo el país”, alusión al acuerdo en la paritaria nacional docente, que el miércoles pasado firmaron cuatro de los cinco gremios con representación nacional -Ctera, UDA, CEA y Sadop-. Este espacio de discusión del gobierno nacional con las organizaciones de los docentes había sido eliminado en 2017, en el segundo año de gobierno de Mauricio Macri. La supresión fue de la mano de un ajuste que eliminó las principales herramientas que se habían construido, en los gobiernos kirchneristas, en favor de una educación inclusiva.

El acuerdo en la paritaria nacional ayudó al gobierno a reducir el nivel de conflicto en el inicio de las clases, aunque es claro que en las próximas semanas los docentes pueden entrar en planes de lucha que interrumpan el dictado de las clases, según las negociaciones por provincia. En la mayoría de los distritos, esta segunda ronda de paritarias está recién comenzando. El piso salarial docente del país quedó fijado en la paritaria nacional en 23 mil pesos en marzo y 25 en julio, suma por debajo de la canasta básica para una familia, que confrontará con los aumentos en los precios de los alimentos y la escasez de recursos de las gobernaciones, encargadas de pagar -y mejorar- ese piso salarial. Las provincias en las que hoy no comenzarán las clases son cuatro (ver aparte). Las que arrancan, pero con negociaciones en curso son once más.

Nueva Ley de Educación Superior

El Presidente anunció que propondrá una nueva ley para las universidades. De su contenido no adelantó detalles; solamente aclaró que “la gratuidad y el acceso irrestricto” no se pondrán en debate porque son el punto de partida para democratizar el acceso al conocimiento.

La propuesta de cualquier proyecto que modifique la Educación Superior es un objetivo de difícil avance, teniendo en cuenta que requiere poner de acuerdo a actores múltiples y con autonomías que hacen a su identidad.

Otros párrafos apuntaron a la necesidad de ampliar el vínculo entre universidades, centros tecnológicos calificados y la reconstrucción del sistema productivo.

Conicet

En relación al Conicet, el Presidente ratificó lo que ya adelantaron recientes medidas de gobierno, con la ampliación de ingresos a la carrera de investigación y el aumento de los montos que perciben los becarios. Fernández aseguró que el Estado va a “revertir la tendencia a la caída presupuestaria observada en ciencia y tecnología en los últimos años”.

“Tengo el orgullo de haber convocado al gobierno a numerosos científicos y científicas de Argentina”, agregó. “Somos un gobierno con científicos, no con Ceos. Un gobierno con la convicción de que el conocimiento es clave para las políticas públicas y para el desarrollo”. Una veintena de investigadores del Conicet ocupan cargos de primera línea del gobierno. Entre ellos hay tres ministros, dos asesores presidenciales, ocho secretarios y subsecretarios y varios directores nacionales.