El Salón Mujeres Argentinas del Bicentenario fue reinaugurado hoy en la Casa de Gobierno, a la par de la apertura de la Sala de las Mujeres, Género y Diversidad. El acto se hizo a exactos 11 años de la apertura original que hiciera Cristina Kirchner en su primera presidencia. Como recordó Santiago Cafiero, “acá antes funcionó un call-center”, en relación al uso que se hizo del lugar durante los cuatro años de Mauricio Macri.

El jefe de Gabinete encabezó el acto junto a la asesora presidencial Dora Barrancos y la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta. Su auditorio, como no podía ser de otro modo, estuvo compuesto casi íntegramente por mujeres: Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, diputadas, senadoras, gobernadoras, intendentas, funcioanrias judiciales.

“Hoy resignificamos este lugar con una agenda de reconocimientos, como lo había hecho Cristina en su presidencia”, arrancó el ministro coordinador, quien parafraseó un lapsus de Alberto Fernández: “Como volvimos para ser mujeres le agregamos el reconocimiento a la diversidad”. Durante su acto de asunción con la militancia en la Plaza de Mayo, Fernández había dicho, en un acto fallido: "Volvimos para ser mujeres" (en vez de mejores). 

Al recuperar esa frase, Cafiero insistió: "Vinimos a reparar el daño simbólico, cultural y económico del macrismo y buscamos ampliar derechos y nuevos horizontes”. El Jefe de Gabinete consideró que “el presidente y la vicepresidenta amplían la agenda" para lograr que eso suceda. 

En el cierre de su breve alocución, resaltó que “Alberto no pudo estar hoy por temas agenda, estamos en crisis trabajando para que las cosas salgan adelante y vinimos a escucharlas”.

A continuación habló Barrancos, quien se mostró “emocionada”, en “un día conmovedor”, al recordar que el 6 de marzo de 2009 se había realizado la inauguración del salón. “La idea de recuperar el salón fue de Alberto Fernández”, señaló la socióloga y feminista. “Él urdió la trama de la reconstitución de algo que estaba depredado, en las peores condiciones”, completó. Barrancos agradeció también la ayuda del secretario general de la presidencia, Julio Vitobello, y del jefe de asesores, Juan Manuel Olmos, así como de la primera dama, Fabiola Yáñez, también presente. 

La reconocida socióloga feminista consideró que “hay una continuidad fotográfica, no están todas las que quisiéramos, hay omisiones, pero hay un reconocimiento que ha comenzado”. Y calificó como “momentos notables” dos leyes sancionadas en el gobierno de CFK: el Matrimonio Igualitario y la Identidad de Género. “Estamos en un cambio de época, van a venir una serie de normas que traerán mayor equidad entre todos los géneros”, cerró.

Finalmente, tomó la palaba Gómez Alcorta, que agradeció a Barrancos y Cecilia Nicolini “por haberse puesto a los hombros esta empresa”. Ponderó la inauguración original, encabezada “no por cualquier mujer, sino por la primera mujer electa presidenta de la historia argentina, que decidió montar e inaugurar este hermoso salón para conmemorar a las mujeres del Bicentenario, gente que con sus luchas y sus raíces nos parieron a todas y nos siguen pariendo, nos antecedieron en las luchas por más derechos”. 

La ministra citó luego a Rodolfo Walsh: “Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores. La experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan”. 

Se tomó de ella para decir que “la Historia estuvo en manos de los varones de las clases dominantes, que nos sacaron a nuestras libertadoras, como Machaca Güemes, que nos vuelven hermanas con sus sables y tambores, cada lucha se vincula con las anteriores y posibilita otras”. Gómez Alcorta resaltó, en ese mismo sentido, que “sin Evita no estaríamos acá ni Cristina hubiera podido inaugurar este salón”. 

Por último, apuntó a "enlazar luchas” y se refirió específicamente a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. "Si algo nos han enseñado es que la memoria nos obliga a saber de dónde venimos, por eso nos señalan a las generaciones más jóvenes el camino al futuro para seguir pensando más derechos, más pluralidad, más géneros, que no nos alcancen las letras para sumar más al colectivo LGBTQUI”. 

Y cerró con el reconocimiento de que la lucha feminista “permitió ejercer el derecho al voto, al divorcio, a querer elegir si ser madres o no; muchas no están acá, peor las llevamos en el corazón y nos guían todos los días”.