El proceso de desafectación del inmueble donde funcionó el CCD Pozo de Quilmes se dio en un contexto político donde los derechos humanos y la memoria fueron fuertemente atacados en su legitimidad desde señalarlos como “curros” hasta acusaciones falaces con sentido negacionista. Sin embargo, fue un proceso exitoso, porque se asentó desde su inicio en una construcción colectiva que tuvo la capacidad de incorporar en su dinámica la lógica de las instituciones estatales y avanzar en la puesta en marcha de un nuevo espacio público como es un Sitio de Memoria.

El “Pozo”, desde su desafectación parcial, comenzó a ser habitado por los sobrevivientes, los familiares, las organizaciones, las nuevas generaciones. Protagonistas todos del proceso de resignificación, de subversión del sentido de lo antes habitado, tanto en sus tiempos de centro clandestino como en su función de detención en democracia. La desafectación total abre otra etapa, que coincide con el cambio político en el contexto, con lo cual las ideas en borrador, los proyectos imaginados en tantos intercambios podrán ir concretándose. En breve se inicia el juicio por los crímenes de lesa humanidad ocurridos allí, lo cual será una nueva oportunidad para instalar en la comunidad quilmeña el debate sobre el pasado y con él, lo que queremos del porvenir.

Directora general de la Comisión Provincial por la Memoria